Aportes para superar la crisis del agua

Muchos aspectos hacen falta para que la peor temporada hídrica de las últimas tres décadas se revierta.

Aportes para superar la crisis del agua
Aportes para superar la crisis del agua

En materia de cuidado del ambiente y la biodiversidad hay algunas noticias que promueven cierta esperanza, como por ejemplo los progresos observados en la recuperación de la fauna silvestre en el Parque Provincial Cordón del Plata.

En cambio, donde no se pueden dar informes auspiciosos es en lo que concierne a la crisis hídrica que viene sufriendo la provincia, que, según todas las evidencias científicas a la vista, seguirá golpeando.

“El panorama hidrológico de Mendoza es muy poco alentador de cara al próximo verano. A tal punto que en las seis cuencas más importantes de la provincia -y que son los nutrientes fundamentales de agua en el territorio provincial-, no sólo se espera un año seco y la peor temporada de los últimos 33 años, de hecho, si consideramos las cuencas principales, será la peor temporada de los últimas 46”.

Así, Los Andes literalmente con estas palabras, presentaba la situación sobre el agua, tras recibir las previsiones en la materia difundidas por el Departamento General de Irrigación.

El cuadro de situación es bastante preocupante: habrá 11% menos de líquido que en 2018, lo que convierte al año en curso en uno de los peores desde que se hacen mediciones en el organismo rector del uso del agua.

Sabemos los mendocinos y confiamos en que así será, que la dotación de agua para el uso humano está garantizado y asegurado, siendo en cambio problemática la realidad de la superficie cultivada bajo riego de los diferentes oasis que conforman el territorio.

Una de las propuestas del sector científico, que estudia el posible mejor aprovechamiento de la gestión del agua, es avanzar hacia una más óptima prestación y explotación del agua subterránea, que según algunos estudiosos del Instituto Nacional del Agua-Cela, “ha sido librado al azar”.

Otra propuesta -volcada en un trabajo que firman A. Llop, M. Buccheri, E. Comellas, C. Marziali, J. Reta, Alicia Duek y Patricia Puebla- apunta a que el organismo de conducción cuente con la intervención de todos los sectores usuarios, priorizando al sector agua potable y saneamiento, e incluyendo al siempre omitido sector ambiental, si es que se intenta lograr un desarrollo sustentable.

Otra condición que se impulsa desde esta área de la investigación “es establecer institucionalmente la articulación entre todos los organismos relacionados con la gestión del agua, haciendo factible una gestión integrada de recursos superficiales y subterráneos. “Actualmente Departamento General de Irrigación actúa, como hace décadas, de manera autónoma, y ostentado un poder oligopólico en el manejo del agua”, se señala. Además, los que estudian el fenómeno agua en sus distintas facetas solicitan poder colaborar en el mejoramiento del sector hídrico, pero admiten que la cooperación es muy difícil ante el hermetismo en el acceso a la información relevante.

“Es necesario, de una buena vez, realizar los tan pretendidos balances hídricos, de manera expeditiva y con la experiencia acumulada, que es mucha. Con ello, avanzar en la tan rezagada normalización de las concesiones, tanto de agua superficial como subterránea”.

Quizás con estas premisas expuestas sucintamente, porque hay muchas en el sector de organismos que estudian la temática del agua, se acceda a una mejor gestión del recurso, mientras los mendocinos no dejamos de tener la esperanza que la sabia naturaleza nos provea de más nieve en la cordillera y que los glaciares y los empobrecidos seis ríos provinciales aumenten sus cuencas.

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