Aportes para la lucha contra la inseguridad reinante

El pasado fin de semana largo miles de usuarios de nuestro principal pulmón verde, el parque General San Martín, plantearon que el preciado escenario, una verdadera meca para las actividades deportivas y de recreación, se ha convertido en una zona de peligro que pasó de potencial a real.

La alevosa muerte del turista neocelandés Nicholas Heyward, de tan sólo 31 años, cuando caminaba con amigos por la calle Adrián Ruiz Leal hacia el Oeste, marcó el pico de violencia en esa verde geografía.

Miles de ciudadanos se movilizaron para poner en tela de juicio las acciones que realiza el Estado para garantizar la segura circulación de las personas, sean oriundas de la provincia, visitantes de otras partes del país o extranjeras de paso.

Ocurre que tras un episodio de tamaña gravedad como el suceso del lunes 28 de abril, suelen ajustarse las medidas de control y exacerbarse los patrullajes, por lo menos durante un tiempo que puede extenderse arbitrariamente con más o menos días, pero con el paso de las semanas la situación vuelve a caer en un "sálvese quien pueda" porque la presencia del personal uniformado comienza a restarse.

Tras el trágico deceso del joven Matías Quiroga, del médico Sebastián Prado o del vecino de la Sexta Sección Enrique Conte y de varias personas más, se hicieron anuncios en el sentido de que las cosas cambiarían, y todos sabemos que nada de eso ocurrió.

Con la muerte del visitante neocelandés, que bien podría haber sido cualquier paseante o deportista mendocino, también hay promesas de modificaciones. Para eso se está convocando desde la Legislatura a sumar todos los aportes en la materia, partiendo de las leyes ya presentadas por todos los representantes del pueblo. Ojalá esta vez el esfuerzo sea permanente y dé resultados.

Volviendo al caso concreto de nuestro Parque, creemos que debe protegerse con un mayor esfuerzo la enorme extensión de ese paseo, colocando más puestos de seguridad y personal que lo recorra todos los días y mucho más durante las jornadas de fin de semana y feriados. Asimismo deben ser protegidos otros destinos muy visitados del área oeste de la capital, como son el Cerro de la Gloria, El Challao y la reserva ecológica San Guillermo.

Además, debe llegar a los turistas una información amplia y generalizada sobre la necesidad de evitar lugares peligrosos y debe brindarse en los puntos de arribo, en los lugares de alojamiento (hoteles y hostels), en los puestos informativos turísticos. Con la ingenuidad que les da la condición de ser viajeros despreocupados, distendidos, y curiosos, porque así se sienten en otras latitudes a las que también concurren, vemos a muchos visitantes avanzar por calles o sectores de privilegio que son atractivos, sin la menor precaución, ignorantes de los potenciales peligros que corren.
 
No lo decimos sólo con respecto al Parque sino también en relación a otros destinos, como pueden ser las rutas del vino de Luján de Cuyo y Maipú.

Hacemos votos también desde estas líneas para que se proceda con energía contra los "motochorros", promoviendo en la Legislatura provincial el análisis del tema y una ley que conduzca a neutralizar este peligro urbano que se cierne sobre la población, tanto la estable como la que nos visita. Una ley que realmente sirva y no que sólo se haga para calmar la indignación popular.

El Estado debe realizar un enorme esfuerzo, protegiendo a la población nativa y a los visitantes. A todos por igual, con la peculiaridad en el caso de los que eligen venir a Mendoza a pasear,  porque de otra forma no se entiende la campaña para promocionar la condición turística de nuestro territorio si no podemos garantizar un sencillo paseo por un escenario natural como es nuestro Parque.