Sabido es que la problemática del abuso sexual infantil y adolescente presenta muchas caras. Ante esto, Leandro Ferrón y un equipo de trabajo presenta batalla, en el mismo campo en el que se manejan los jóvenes: el de los teléfonos celulares.
Lamentablemente, necesita ayuda económica para desarrollar la última parte del proyecto que está llevando adelante, que es único en el país y, por su enfoque, el equipo se anima a decir que en el mundo.
Según estadísticas recientes proporcionadas por Unicef, 1 de cada 4 adultos sufrió algún hecho de abuso durante su infancia. En el mundo no menos de 20 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso, perpetrado en la mayoría de los casos por personas pertenecientes a su entorno cercano.
Por ello es que Ferrón inició los trabajos en una aplicación para celulares, denominada Kobijo, hace un año, aunque ya lleva más de diez años abocado a este temática.
Además, cuenta con el aval de la Fundación Estudios Inteligentes, y con el respaldo del doctor Carlos Parma, autor de los libros "Abuso sexual" y "Delitos contra la integridad sexual" de Ediciones Jurídicas Cuyo y la empresa Noviggo que provee el soporte tecnológico necesario para concretar de las etapas técnicas.
"En algún momento me encontré por casualidad con gente interesada en generar un desarrollo tecnológico con impacto social tangible. Pensando en esta problemática, vimos la posibilidad de generar algo nuevo", cuenta Ferrón, miembro además del colectivo de Varones Antipatriarcales de Mendoza.
El promotor de esta idea también detalló que si bien existen aplicaciones a nivel mundial que manejan esta temática, no lo hacen en el sentido de la diseñada por él, ya que en general todas tienden a reforzar la situación de control parental, pero no generan otro tipo de habilidades que le permiten al niño saber que se expone a una situación peligrosa.
La aplicación
Tal como detalló Ferrón, Kobijo fue pensada teniendo en cuenta la integralidad de la problemática del abuso sexual de niños, niñas y adolescentes -abarca edades desde 6 a 18 años-, y es novedoso porque conjuga tecnologías móviles con recursos educativos promoviendo la protección de los derechos humanos y dando respuesta a una problemática social que afecta a las futuras generaciones.
La aplicación tiene como fundamentos una serie de estudios y declaraciones elaboradas en la última década por diferentes organismos internacionales como UNICEF, OEA, Amnistía Internacional, Asamblea General de las Naciones Unidas, CEPAL y se enfoca en la búsqueda del bienestar físico y psíquico, como una herramienta de generación de capacidades individuales y de fortalecimiento del capital social individual, grupal y comunitario de niños y adolescentes.
Lo que intentan hacer, en definitiva, es poner a disposición de los padres o tutores de niños, niñas y adolescentes un canal abierto de mensajes y voz hacia un círculo de contactos de alta confianza pre-configurados, herramientas de monitoreo de redes y geodetección, e introducir contenidos de Educación Sexual Integral adecuados a cada edad de los y las menores a través de la dinámica del juego.
"El carácter innovativo de nuestro emprendimiento se basa en tres ejes: la conectividad, la educación y la georeferenciación. No sirve de nada reforzar los sistemas de control de los niños implementando botones de pánico o un ojo vigilante, ya que lo importante es que el ellos tomen conciencia de los límites de su cuerpo"", aclara Ferrón.
Por el contrario, lo que la aplicación busca es generar capacidades autónomas en los niños, y eso lo hace a través de juegos referidos a la educación sexual y a las partes de su cuerpo, entre otros.
"Cuando él crece, el juego lo acompaña, y van apareciendo otros temas como el noviazgo, los cuidados personales íntimos, la anticoncepción o la violencia en la pareja", describió el mendocino que lleva adelante esta iniciativa.
"Estos juegos permiten abordar los temas de forma natural, estrechando los vínculos entre los padres o tutores y los niños", agrega.
Cuestión de financiamiento
Ferrón contó que ya han atravesado las etapas de definición y requisitos de la plataforma, experiencia del usuario y aplicación de diseño de flujo de trabajo, y diseño gráfico.
Pero para poder terminar el proyecto necesita ayuda ecnonómica para que, con el el dinero recaudado, se pueda continuar con la programación de la aplicación en distintos lenguajes nativos (iOS, Android y BB), además del diseño del soporte web para usuarios.
"Lo ideal es que una institución adquiera la aplicación, cuando esté terminada, y desde allí se las haga llegar a los adolescentes o los niños", explica.
La cifra a alcanzar es de unos 160 mil pesos y aunque el número puede llegar a asustar, Ferrón ha creado una campaña de financiamiento colectivo- o crowdfounding- a través de la plataforma Kuabol, especializada en proyectos sociales. ·Si alcanzamos nuestro objetivo calculamos que en un plazo de 120 días podremos lanzar la primera versión beta de KOBIJO", finalizó.
La necesidad de creer en el relato
Ferrón aseguró que es relevante poder comprender que hablar de estos temas con niñas, niños y adolescentes no predispone ni asusta. Y que se puede hacer desde edades muy tempranas, siempre desde un abordaje adecuado.
"Se puede comenzar con el nombramiento de las partes del cuerpo, y delimitando espacios de intimidad y espacios compartidos. Cuando se recalca la importancia de definir y expresar lo que les molesta, desagrada, incomoda y lo que no, se desarrollan habilidades que posibilitan poner en palabras las vivencias de adolescentes, niños y niñas, y así ir habilitando la expresión y la confianza", opina.
Por ello, considera que es necesario que este tipo de conversaciones se den en un clima de confianza, que se desarrolla y se sostiene en el vínculo.
"Un vínculo sólido y positivo implica un espacio de contención y protección en el cual niños, niñas y adolescentes puedan sentirse respaldados.
Sobre todo que cuenten con un espacio donde alguien les provea una escucha genuina, una escucha desde un silencio contendor, sin prejuicios ni preconceptos, una escucha que reciba la expresión y la manifestación de esa niña o niño. Lo fundamental es que el niño o el adolescente pueda restablecer la confianza, para ello son necesarios más adultos que escuchen, comprendan y actúen", aclara.
Por último, señala que en los casos de abuso muchas veces se pone en duda el hecho. Esto conlleva la necesidad de creer en el relato. Creer, en estos casos, implica recibir y contener a ese o esa menor que ha sufrido una situación que ha amenazado su integridad.
"Determinar la veracidad del relato y la investigación del hecho es competencia de la justicia. Asumir la responsabilidad de determinar la verdad o no del relato, puede dejar a una víctima a la deriva y sin contención alguna, produciéndose un daño profundo.
Para más información
Consultar la página: www.kobijo.org
Contacto: leaferron@hotmail.com o lferron@mendoza-conicet.gob.ar