El clima seco del Sur redujo la floración natural de los montes y bajó el ingreso de néctar a las colmenas. El 70% de la producción mendocina se localiza entre San Rafael y General Alvear, y fueron estas las zonas en donde el calor en verano, junto con la baja en las precipitaciones afectaron la actividad.
En la provincia se cuentan al menos 400 apicultores y 72.000 colmenas. Ese es el número que tiene registrado el Consejo Asesor Apícola, pero puede ser cambiante, ya que responde a las inversiones que puedan ir haciendo los apicultores, entre otros factores.
"El bajo ingreso de néctar es coincidente con el clima. Venimos de años complicados y hace un par de años atrás tuvimos una emergencia apícola", recordó Alberto García presidente del Consejo.
En cuanto al rinde actual por colmena, García señaló que están alrededor de los 15 kilos, pero hay lugares en los que estas no llegan a superar los 8 kilogramos.
Actualmente las colmenas están “durmiendo”, hasta el comienzo de la nueva temporada, que coincide con la floración.
Precios internacionales
Humberto Pellisa, propietario de la marca "Miel Don Humberto", de Rivadavia, advirtió la misma situación con sus colmenas, mientras que "en los buenos años alcanzaba a obtener alrededor de 10.000 kilos, este año, el viento Zonda, las heladas y la falta de lluvia, hicieron que el néctar que las abejas pueden obtener sea escaso y actualmente el rinde es de 5.000 kilos".
Esta situación aumenta los costos para el apicultor, ya que para evitar daños o mermas en las colmenas tienen que alimentarlas de forma externa, a fin de que "no se les termine la despensa durante el invierno". "Les agregamos dos o tres litros de un jarabe preparado a base de azúcar, y esos también son costos que se suman a los de abril y setiembre, cuando se aplican los productos para evitar enfermedades", explicó el apicultor.
Igualmente, Adela Mercado, productora de Malargüe y una de los cerca de 15 apicultores que venden bajo la marca colectiva La Malargüina indicó que mientras que por colmena se pueden extraer cerca de 20 kilos -promedio-, esta temporada la producción rondó los 15 kilogramos, un número muy lejano a los 30 kilos que obtenían hace poco menos de diez años atrás.
Sobre la calidad, la apicultora señaló que no ha cambiado, "en la primera cosecha la miel es mucho más clarita que en la segunda y eso tiene que ver con las flores autóctonas de Malargüe (de jarilla, algarrobo, romerillo, etc.), y tiene el sabor que tenía la miel que consumíamos cuando éramos chicos, porque eran mieles de campo o de montaña de Mendoza", apuntó.
En cuanto al precio, tanto Pellisa com Mercado refirieron la misma situación, la venta se hace a través de acopiadores y el precio se maneja de forma internacional, de modo que actualmente están manejando entre $ 60 o $ 65.
Al respecto, García señaló que el asociativismo es el primer paso para reducir costos y mejorar la realidad del sector, pero principalmente, consideró que se necesita un cambio cultural. "En Argentina existe una confederación de cooperativas y están haciendo sus primeras experiencias en lo que tiene que ver con evitar a los acopiadores. Exportando de manera directa están obteniendo $85 por kilo libres, por tambores de 300 kilos", cerró.
Para ello, ofrecerán una capacitación sobre "ser empresario apícola" en la Municipalidad de Capital a las 9 horas el 6 de julio, y posteriormente darán un taller sobre la exportación de miel (Facebook: Consejo Asesor Apícola de Mendoza).
Ayuda económica
En 2017 el gobierno de Mendoza decretó la emergencia apícola en la provincia por las contingencias climáticas que afectaron las principales zonas productoras de miel y provocaron pérdidas de entre el 70% y el 80%. Dicha emergencia continuó hasta diciembre de 2018 y se destinaron 6 millones de pesos para otorgar créditos a los productores que todavía no se han entregado en su totalidad.
Según destacó García, de la totalidad del dinero, 3 millones se entregaron a los productores, a razón de $ 41 por colmena. "En años anteriores, las pocas veces que se dieron ayudas económicas se ponían topes por cantidad de colmenas y lo que se vio es que quienes realmente pueden vivir de la apicultura son quienes tienen al menos 500 colmenas", explicó el presidente del Consejo.
En referencia a los $3 millones restantes destacó que son administrados por el Fondo Fiduciario de la provincia y pueden solicitarse por los productores. "Muy pocos los han solicitado y eso que se dieron a tasa subsidiada del 9% y con pocos requisitos, según los montos a solicitar", señaló el apicultor.
En Tunuyán las condiciones climáticas colaboraron con los 22 socios de la cooperativa Apitun, obtuvieron un rinde de 227.000 kilos, y aunque las lluvias fueron tardías, según destacó Sebastián Amurr, titular de la organización, fue suficiente para sostener la producción.
“La cooperativa les facilita poder extractar la miel sin importar el tamaño de la producción y reduciendo costos. Así logramos tener muchos jóvenes dentro de Apitun, el 50% de los productores están iniciando. Nos dedicamos mayormente a la exportación, y la sala de extracción habilitada facilita los procesos de venta”, agregó.
Producción viva
La producción decaída impactó también al mercado y exportación de material vivo (reinas o paquetes de reinas). Walter Chechi, productor apícola, destacó que hace 15 años que vienen sorteando diferentes dificultades, y para mantenerse en el mercado además de miel venden todos los subproductos ya fraccionados (polen, cera, propóleos, jalea real, etc.).
“Hace una década producía 6.000 o 7.000 reinas, y en este momento llego a 1.000 reinas. Estamos buscando la vuelta por el lado de exportar productos con manufactura nacional”, agregó.