La llegada de la época invernal, para la apicultura, implica el diseño y desarrollo de estrategias de manejo para evitar la reducción o incluso la mortandad de las colmenas. Por esto, un equipo de técnicos del INTA Cuenca del Salado –Buenos Aires– recomienda contar con un plan de alimentación energético y sanitario para arrancar la primavera con un primer ciclo de cría vigoroso.
“Una colmena bien nutrida le asegurará al productor que la colonia pueda almacenar las reservas energéticas y proteicas (miel y polen) suficientes para sobrevivir al invierno”, señaló Daniel Poffer, especialista del programa Nacional Apícola de esa unidad del INTA, y agregó: “Esto, además, posibilita un primer ciclo de cría vigoroso para la próxima primavera”. Para realizar una buena preparación de las colmenas para la invernada es necesario definir la estrategia.
Esto significa que será necesario decidir cómo se agruparán las colmenas: con doble cámara de cría o en una sola. “En general, se recomienda esta última dado que permitirá reducir la población al mínimo sin perjudicar la supervivencia de las abejas”, indicó Poffer, quien explicó: “Para esto, se debe incorporar un alimentador tipo Doolittle que permanecerá dentro de la colmena durante todo el año, más los nueve cuadros correspondientes”.
El ingreso a la invernada requiere contar con ocho cuadros cubiertos por abejas y cinco o seis con reservas. “Con este esquema, las abejas controlan mejor la temperatura y la humedad interior, se logra mayor eficiencia en cuanto a la sanidad y se facilita la realización de la inspección de las cámaras de cría”, expresó el técnico del INTA.
Asimismo, Poffer aseguró que es fundamental contar con un plan de alimentación energético y proteico adecuado. “El objetivo de alimentar las colmenas en otoño es para producir un bloqueo en la cámara de cría, lo que genera un corte en la postura de la reina, o la reduce al mínimo, y permite aprovechar el último flujo de néctar; si con esto no fuera posible será necesario incorporar alimento en forma artificial”, indicó.
En este sentido, el técnico del INTA recomendó que cada productor se asesore sobre el mejor producto a utilizar para este fin. “Es importante que conozca las ventajas y desventajas del uso de los sustitutos que se podrán utilizar, como jarabe de azúcar al 66% o jarabe de alta fructosa al 55%”, señaló.
Una suplementación proteica posibilita el desarrollo de colmenas con abejas de calidad, bien nutridas y con suficientes reservas corporales que les permitan pasar el invierno. Por otro lado, Poffer explicó que otro de los puntos importantes en la preparación para la invernada es el monitoreo y control de varroa.
“Si bien se sabe que es importante controlar la carga de este parásito durante todo el año, es fundamental lograr una baja cantidad luego de la cosecha para evitar que los últimos ciclos de cría se debiliten”. Una vez realizada la preparación para pasar el invierno, se recomienda realizar una inspección de otoño.
“En esta época es posible determinar la prevalencia de las principales enfermedades que pueden afectar a la colmena, como loque americana (LA), loque europea (LE) y cría yesificada (CY)”, indicó Poffer, y agregó: “En el caso que se detecte alguna, adelantarse le permitirá al productor desarrollar acciones correctivas”.