Una persona que estaba de vacaciones en Villa Gesell se presentó como nuevo testigo de asesinato de Fernando Báez Sosa y complica aún más la situación de los 10 rugbiers acusados.
"Reconozco al sujeto ubicado en el número 2 de la rueda como aquel que tenía la camisa desabotonada oscura y bermudas", aseguró haciendo referencia a Máximo Thomsen como el rugbier que lideró la golpiza a la salida del boliche Le Brique.
Este joven de 21 años, que regresó a la ciudad costera para dar declaración, dio detalles muy precisos del rol que tuvo cada uno de los implicados en el momento del ataque a Fernando.
"Al único que vi que le pegaba en la cabeza era el de camisa negra. El de camisa negra arengaba y le decía 'cagón, levantate'", dijo y agregó que "le pegó dos puntinazos en la cabeza".
Este joven habría ratificado el testimonio de otros testigos que escucharon nombrar "negro de mier…" a Fernando, en el momento de la agresión de los rugbiers.
Fernando Burlando, el abogado de la familia Báez Sosa, que esta semana se incorporó a la causa, dijo que espera que otros testigos se animen a hablar y cuenten lo que sucedió aquella fatídica noche y anticipó que prevé sumar el agravante de la alevosía. La pena prevista para todas las imputaciones es de prisión perpetua.