Con la obligación de cantar victoria y sabiendo que no tenía margen para el error, el Santo saltó al parque con autoridad y haciendo prevalecer todos sus recursos ofensivos. La estrategia lo llevó hasta el suplementario, pero Anzorena gritó campeón con un marcador ajustadísimo: 90 a 89.
El Rojo apostó a una marca cajón y uno, donde Alejo Schestakow le hizo presión personal al Garza Rubia. De esta manera, el goleo de San José recayó sobre Nani Da Viá quien aportó 7 puntos en el inicio del juego.
Por su parte, el Rojo depositó en Schestakow su arma más ofensiva en el uno contra uno y con su lanzamiento perimetral. Así terminó el primer capítulo con una leve ventaja para el Santo, de 4 puntos: 21-17.
En el arranque del segundo parcial, San José contó con la presencia de Lucas Rubia, el equipo tuvo mayor velocidad y rompió la zona pintada con mayor constancia. Racha a favor de San José y máxima diferencia del juego (15 puntos): 34-19. Mucho tuvo que ver el goleo del juvenil Lucas Muller a quien no le tembló el pulso a la hora de tomar decisiones (aportó 12 puntos).
Sin embargo, en los últimos tres minutos todo cambió. Anzorena ajustó las marcas. Fue a personal y dejó al Santo sin gol. Rompió la sequía Juan Luca Hernáez tras un rebote ofensivo y el Rojo metió un parcial de 14-1 para irse al descanso largo en desventaja: 35-33.
El tercer cuarto fue todo de Anzorena. Apareció el Chori Funes con 2 triples consecutivos y el Rojo pasó al frente por primera vez. Defensa fuerte sobre Facundo Rubia y atrape permanente sobre el jugador con pelota fue la premisa de los de Suárez.
En ataque otra vez Pablito Furlanetto hizo daño y el Rojo entró al último cuarto con una ventaja de 5 puntos: 54 -59. Cuando Anzorena festejaba, apareció el Garza Rubia y con 18 puntos en el último cuarto y un triple faltando 4 segundos, igualó la historia en 79. El suplementario fue emociones y extendió el suspenso hasta besar la corona.