Una de las resultantes de la crisis, al parecer, ha sido la toma de conciencia del gobierno nacional, pero especialmente del Presidente Macri, de la necesidad de terminar lo más rápido posible con el déficit fiscal para poder acelerar la baja de la inflación.
En este sentido, es interesante la forma en que el primer mandatario, en sus primeros anuncios, ha planteado la gravedad de la crisis y la necesidad de acelerar las reformas. "No podemos gastar más de lo que tenemos" ha sido el planteo básico del primer mandatario quien, para instrumentar este nuevo programa recurrió a varios planteos.
En principio, el presidente ha dejado claro que la única forma posible de terminar con el déficit es bajar el gasto y esta definición es muy importante. La Argentina ha llegado a un punto donde no se puede pensar en aumentar impuestos ni se puede esperar un crecimiento vigoroso de la economía porque el déficit y la inflación atentan contra las inversiones.
La segunda definición fue que del esfuerzo de rebajar el gasto deben participar todos los integrantes del Estado, es decir que se deben comprometer no solo el Poder Ejecutivo sino también el Legislativo y el Judicial. Además, les trasladó el desafío a los gobernadores para que ellos hagan lo mismo con los intendentes de los distintos municipios.
El hecho de haber tenido que recurrir al Fondo Monetario Internacional para solucionar el problema de financiamiento generado por la suba de la tasa en EEUU, obliga a un programa realista. Por esta razón se ha decidido plantear que a partir de ahora el gradualismo dejará de ser lento y se acelerará.
Además de Macri, está jugando un rol muy importante la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, ya que uno de los puntos más complejos planteados ha sido la reducción de los gastos de la política. Mientras Macri apuntaba a los niveles nacionales, Vidal apuntaba sus dardos a sus pares gobernadores y a los intendentes. “No podemos pedirle más esfuerzo a la gente si no lo hacemos nosotros", dijo con simpleza pero mucha firmeza.
Por eso extraña que, a pesar de estas manifestaciones de buena voluntad, se publiquen diariamente designaciones que hace la Jefatura de Gabinete en diversos organismos públicos. Queda como recuerdo la Dirección Nacional de Circulación en bicicleta, que luego fue anulada, pero la funcionaria luego relocalizada.
Lo importante es tener en cuenta que la reducción de déficit debe ser la primera meta de un objetivo más ambicioso. Reducir el gasto es lo primero porque el gasto excesivo consume recursos de la sociedad y no le permite crecer.
Pero además de eliminar el déficit, la reducción del gasto debe implicar el comienzo de un proceso de mejora cualitativa de las prestaciones de Estado en sus tres niveles y organismo descentralizados.
Hasta ahora, el Presidente solo describió parte de los problemas, cuando habló de la cantidad de trámites que se debían hacer para comenzar una empresa o negocio, pero hay miles de procedimientos inútiles que, con el auxilio de la tecnología, se podrían poner en marcha para mejorar los niveles de prestaciones a los ciudadanos.
Cuando se creó el Ministerio de Modernización, la ciudadanía tenía la esperanza de que entráramos en una lógica mucho más racional, pero hasta el momento no se ha visto la eliminación de cargos innecesarios sino la proliferación de nuevos organismos totalmente sin justificación. Ni siquiera se proveyó un sistema para comenzar un método de ingreso al Estado por concurso.
Toda la mejora cualitativa es fundamental para poder acelerar las rebajas de impuestos y cargas que hace imposible el funcionamiento de la economía. Para poder funcionar con menos impuestos, el Estado debe mejorar su eficiencia y productividad. Es una obligación fundamental con los contribuyentes, que son los ciudadanos de la República.
