"Suele pasar que los homenajeados son los últimos en enterarse de los detalles", describió Antonio Parafioriti, -mejor conocido por su nombre artístico Antonio Del Pino- , cuando se le preguntó para esta nota sobre el concierto de esta noche en Le Parc, donde se reunirá un grupo de artistas, entre músicos, actores y bailarines, para celebrar, lamentablemente por primera vez, la carrera de 72 años de uno de los intérpretes emblemáticos del 2x4 hecho en Mendoza, a pesar de no haber conseguido grabar ningún disco en todas estas décadas. "Todo esto de las grabaciones tiene una explicación", se atajó Antonio antes de retroceder en el tiempo con una lúcida colección de recuerdos.
Hoy por hoy, con 93 pirulos, continúa cantando, de hecho, su último concierto fue a principios de junio en la velada Tango Solidario. Antonio, como muchos tangueros de su generación, es un sobreviviente de una época dorada de la movida milonguera en Mendoza, una de las más sobresalientes del país durante el apogeo de las orquestas típicas.
Costaría creerlo ahora pero antes del boom del rockabilly, la juventud de los 40 y 50 salía de carreteo por los salones para bailar el repertorio de una orquesta en vivo, donde, como al mismo Antonio le pasó, se conocían señoritas y se armaban parejas. De hecho, en los 50 habían más de 30 ensambles en Mendoza, desde los creados por los Manganelli, los Colombo, los Appiolazza, los Mancifesta.
En ese ajetreado ambiente, Antonio integró por 20 años la recordada orquesta del maestro Luis Astrudillo, vecino de barrio, cantando en lugares emblemáticos de aquella época como los carnavales del Club Huracán Las Heras, el Casino de Mendoza y la confitería Bola de Nieve, en la calle San Juan. Allí ellos hacían mucha "parrilla". "Esto es cuando se pasa el repertorio clásico, los tangos más conocidos uno detrás de otro", explicó Antonio.
Actualmente, todavía canta eventualmente en el ensamble formado por el hijo, Jorge Astrudillo.
Un lugar en el mundo
Como muchas familias de inclinación socialista, a José Parafioriti, su esposa Rosa Capisi y el pequeño Antonito, de 5 años, les tocó huir del fascismo y del pueblo siciliano Galati Mamertino partieron rumbo a nuestro país en 1925. "En la pensión donde vivíamos escuché los discos de Gardel en una vitrola de un vecino. El amor hacia él fue instantáneo". Dos años después, se mudaron a Mendoza. "Un paisano le dijo a mi papá que acá era igual que Galati Mamertino. Y nos encantó".
Fue un vecino del barrio San José de Guaymallén, Roberto, un percusionista, quien lo invitó a Antonio, de 21 años, a presenciar el ensayo de la orquesta típica que daba sus primeros pasos. Roberto lo alentó a cantar con ellos "San José de Flores" y luego de escucharlo, el director contrató a Antonio como voz principal. "No lo busqué pero ese fue el inicio de mi carrera".
Su profesión dio otro escalón cuando apareció un señor elegante de Buenos Aires en el Sindicato de Músicos preguntando por él después de llegarle repercusiones de su performance y Antonio terminó recorriendo tres años el país con la orquesta porteña de Osvaldo López.
"El apogeo se apagó a mediados de los 50 porque todo fue invadido por el rock de Elvis Presley, - recordó Antonio - aunque creo que los tangueros nos descuidamos. Para darte un ejemplo, ya en los ochenta, sólo recuerdo que habían tres o cuatro agrupaciones en actividad en Mendoza, tocando en alguna confitería".
El por qué nunca grabó
"En realidad, nunca conseguí un sello al que le interesara grabar mis canciones. Esto tiene que ver con que acá se imitaba el estilo de otras orquestas que hacían lo mismo en Buenos Aires, como la de Alfredo De Angelis o la de Juan D'Arienzo. Creo que no debíamos haberlo hecho. Deberíamos haber encontrado un estilo propio. Me imagino que eso fue la causa de no haber grabado". Antonio, tiene varias grabaciones caseras guardadas, de sus tangos "Estoy desorientado", "Lo dice el linaje", "Si es amor", entre otros.
El tributo
"El homenaje fue gestado en la Casa de Mendoza en Buenos Aires y con el tiempo quedó bajo la batuta de Pinty Saba", describió Liliana Parafioriti, la hija de Antonio, quien cantará en compañía de su nieto, el reconocido percusionista de jazz, también mendocino, Oscar Giunta. El equipo artístico se completará además con las actuaciones especiales de Pocho Sosa y Javier Rodríguez, amigos personales de Antonio y un fragmento de una obra del teatro ya estrenada de danza-tango llamada "Texturas", a cargo de Carlos Chacón, Evangelina Rojas y compañía.
Actualmente, Antonio del Pino, es vicepresidente del Círculo de Compositores y Autores de Mendoza, miembro fundador de la Asociación de Músicos de Mendoza, de Sadaic y miembro honorario de la asociación sin fines de lucro Ateneo del Tango.