Antojos al paso en México

Las calles de las ciudades mexicanas tienen ese “no sé qué” que las hace únicas. Los sabores se agolpan en escaparates tentadores, y el viajero cede a sus hechizos.

Antojos al paso en México

México tiene una de las culturas de comida al paso más extensas de la región. Según un estudio sobre los hábitos alimenticios de ese país, el 58% de la población come en los locales de la calle al menos una vez por semana. Mucha de la mejor cocina es o está basada en la comida al paso, por ello en 2010 la Unesco la nombró como herencia cultural intangible de la humanidad. Según la revista Forbes, el DF es una de las diez mejores ciudades con comida al paso del mundo.

Allí, se le dicen "antojitos", qué mejor. En los pequeños mercados tradicionales, tacos, quesadillas, tostadas, tamales y sopas son un delirio, por eso hay que llegar al Mercado San Juan Arcos de Belén, al de Roma, a la Calle López en el centro histórico y al Mercado de Antojitos en Coyoacán. Un dato muy interesante es que 20 de las 21 millones de personas residentes “chilangos” comen todos los días en la calle. Habrá que seguirlos entonces. Los stands rebalsan de comida desde temprano hasta altas horas de la noche.

Uno de los atractivos de Xochimilco son sus famosas trajineras, unas barcazas floreadas con mesas y sillas que recorren los canales del pueblo. Estos transportes se pueden contratar para celebraciones o como un paseo romántico con música en vivo pero también existen trajineras con degustaciones de platos locales como las quesadillas o los tacos. Estos tours sobre agua se pueden contratar por hora y ofrecen distintos servicios con dips, antojitos mexicanos, platos con cerdo, carne, mariscos, pollo y postres.

Puebla es otro de los sitios destacados en esto de los sabores callejeros. De hecho en la urbe se considera a la comida como uno de sus tesoros culturales. Aquí los comercios cuentan en su mayoría una ventana de venta al caminante muy cómoda para vendedores y compradores. Un paseo inefable es La calle de los Dulces, a su vez llamada la calle de Santa Clara, porque ahí se encuentra el antiguo convento de monjas clarisas, quienes desde el siglo XVIII elaboran deliciosos rompopes, dulces y galletas, de diferentes formas y presentaciones que combinan recetas e ingredientes ancestrales. Sobre la calle 6 Oriente del centro histórico poblano, se encuentran más de 40 tiendas familiares que brindan sabores propios a quien se pare en su frente.

Oaxaca por su parte, se destaca por los puestos que venden la "tlayuda", un plato típico de la región que consiste en una tortilla larga y fina con porotos fritos, queso de Oaxaca, salsa y acompañamientos con carne trozada, nopales, chorizo y palta. Sus casi 40 centímetros de largo, su sabor diferente y la dureza de su consistencia la diferencian de la tortilla normal. Los stands están en las veredas, en los parques y en las estaciones de colectivos de toda la ciudad.

¿Qué pido?
Las delicias callejeras favoritas de los mexicanos son las quesadillas de huitlacoche, un hongo de la región, chorizos verdes saborizados con espinaca y almendras, tacos al pastor recién salidas de la parrilla, y las aguas frescas que se venden en toda la ciudad.

Tortillas: la base del sabor
Las tortillas son los clásicos y se pueden encontrar en todas partes. Los habitantes las compran frescas de la tortillería, una fábrica que suele ser un local estrecho de un solo cuarto con una máquina enorme. Uno o dos trabajadores controlan la creación de la masa, a base de harina de maíz y agua, a la que le agregan ralladura de lima para su preservación. La prensa de tortilla es la máquina que crea y tuesta los círculos en línea.

Los tacos 
Con tortillas de maíz y cualquier ingrediente arriba, que va de distintos cortes de carne, pollo, chorizo, pescado frito o mariscos, hasta vegetales como morrones, cebollas, choclo azul, cactus, hongos, lechuga o coliflor, el taco está listo. La variedad de salsas a disposición es infinita. Desde picantes, hasta con choclos, existen salsas de cactáceas, de cebolla, de cilantro fresco, de palta, por lo general livianas, hasta de crema espesa, queso fresco y mucho más.

Claro que el foráneo quiere saber de sus ajíes. Entonces buscará una salsa típica como la de chipotles -un pimiento local- humeantes, pico de gallo, una especie de salsa criolla mexicana, las de habanero, un tipo de chile, y para los que no disfrutan los sabores fuertes, pueden agregar porotos a sus comidas.

La tlacoyo 
Es también una tortilla de maíz pero que tiene forma ovalada, es más gruesa, y puede rellenarse con nopales, un cactus popular de México, con queso, hasta cerdo con chiote, una especia rojiza. Los tamales también son importantes, como los puestos de frutas. Las combinaciones de frutas en licuados son populares, pero uno de los manjares locales son las frutas cortadas en gajos con polvo de chile, lima y sal. Una gran combinación es el ananá con estos sabores, por tanto hay que probarla..

En cuanto a los burritos pueden ser preparados mayormente con vegetales o distintos cortes de res y achuras.

Uno de los mejores platos son las carnitas. Se trata de una tortilla con carne de cerdo cocinada en grasa también de cerdo. Los tacos al pastor son similares al shawarma pero no las especias que se usan para marinar el cerdo. Se cortan trozos de carne de un torno que gira lentamente. Como puede verse hay tanto para degustar que un par de días no alcanza para la estadía.

Sugeridos

Para aprovechar al máximo estas experiencias culinarias se recomienda buscar lugares que estén limpios y con mucha gente alrededor. 
Por lo general, los lugareños saben dónde se come mejor y una buena idea es ir durante las horas pico.

Idealmente la persona que cobra no debe ser la misma que la que prepara la comida y a su vez puede ser beneficioso exprimir un jugo de lima a todas las comidas, ya que ayuda a calmar un estómago revuelto.

El consejo es preguntar siempre si son platos picantes. Hay que tener en cuenta que lo que no pica para ellos, para un paladar no acostumbrado puede quemar lenguas.

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