El invierno, tiempo de reposo de los viñedos que coincide con la llegada de visitantes de otras provincias para disfrutar las cumbres nevadas de la montaña fue parte del foco de análisis de Fernando Barbera, actual presidente de la Asociación de Hoteles y Bares de Mendoza.
Desde su rol empresarial está trabajando para que la provincia sea mucho más que vino, montaña y nieve. “Nos estamos articulando con otros empresarios de la provincia y con legisladores para que promulguen leyes necesarias y de ordenamiento hacia el sector de turismo”. A su vez, también remarcó la necesidad de seguir apostando por los turistas que generan las rutas gastronómicas, los grandes eventos deportivos y los congresos empresariales en Mendoza.
-¿Coinciden con las estadísticas del gobierno provincial que se logró el 81% de la ocupación hotelera durante las vacaciones de invierno?
- Sí, el balance para nosotros es también positivo. Lo que sería muy bueno es contar con el esquema que existía antes de la gripe A. Hace unos años atrás las vacaciones de la gente de Buenos Aires eran después de Santa Fe y de Córdoba. Con la enfermedad se cambió el calendario y hoy tenemos que se superponen las provincias. Como resultado tenemos una semana de plena ocupación porque en pocos días se concentra a los viajeros no sólo de provincias vecinas, sino también de Brasil y Chile. Es mejor tener cuatro semanas buenas que tener una excelente y el resto con algo menos de demanda. Es una política a nivel nacional que se debe coordinar con el sistema educativo para que el turismo pueda reforzar las vacaciones de invierno y la temporada alta.
-¿Qué le parece la política de feriados largos?
-Es muy buena porque fomenta el comercio. Ciertamente el hábito del turista nacional ha cambiado. Antes era común que se tomara de una sola vez las vacaciones y se destinaba un mes completo. Hoy, la gente fracciona mucho más sus días de descanso, eso hace que los niveles de ocupación aumenten. De todas formas hay que encontrar la manera para que impacte positivamente en el comercio. Por ahí abrir en la mañana cuando la gente se va de excursiones a las bodegas no es negocio y hay que estudiar cuál es el comportamiento del turista, cuándo abrir si sábado o domingo o días feriado y en qué horarios porque también es cierto que el comercio debe pagarle doble jornal a sus empleados en esos días.
-Fuera de la estacionalidad que marca el vino, montaña y nieve, ¿están trabajando para atraer otro tipo de turistas como el que genera los grandes eventos deportivos y de congresos?
-Si, claro. Hay una institución que se llama Bureau de Convenciones de hecho este año hicieron un Congreso organizado justamente por los que desarrollan eventos y justamente se dieron cita en la provincia para conocerla y así promocionarla como destino de Congresos en otros países. Es sumamente beneficioso alentar los eventos corporativos porque genera un derrame económico mucho mayor que el turismo convencional. Además no se genera bajas en nuestra actividad por lo tanto el personal contratado pasa a ser permanente en las firmas de nuestro sector.
-Hay destinos turísticos como por ejemplo Perú, que se ha posicionado entre los turistas internacionales por su gastronomía, en Mendoza las rutas gastronómicas como por ejemplo la del olivo ¿en que estado está?
-Son excelentes iniciativas, pero lamentablemente el sector del aceite de oliva está pasando por un presente comercial difícil y para posicionar rutas gastronómicas es necesario invertir en publicidad y promoción. No olvidemos que el aceite de oliva desde el 2008, España inundó el mercado internacional con precios subsidiados los que hacen muy difícil al productor local competir con esos parámetros. Yo creo que cuando pase esta situación, que ya lleva algunos años, el sector del aceite de oliva va a poder posicionarse.
-De las variables del contexto actual como inflación, presión impositiva, costos crecientes, ¿cuáles los afecta más y porqué?
-Los costos fijos nos asfixian económicamente. Antes un hotel con el 45% de ocupación lograba el punto de equilibrio, con esto no se ganaba, pero tampoco se perdía. Hoy para lograr el equilibrio hay que tenerlo ocupado un 55%. En algunos de los establecimientos más chiquitos se necesita más ocupación no es lo mismo tener 60 habitaciones con un conserje que tener 30 con el mismo trabajador.
-¿Se está llevando a cabo alguna estrategia para atraer el turistas brasileño?
- Se sigue trabajando desde el Ministerio de Turismo con la gente de Aerolíneas Argentinas, pero hasta ahora no hay avances. Desde el sector privado alentamos para que exista esa ruta. Hoy para que llegue un brasileño a Mendoza debe pasar como mínimo 8 horas arriba de un avión, en tanto si existiera el vuelo Mendoza-Sao Pablo serían sólo tres horas con 20 minutos. El brasileño es un mercado enorme, de altísimo consumo que le encanta el vino la montaña y está cerca.