Despedir a una mascota es un acto de valentía. Algunas personas afrontan el último adiós con entereza y otros simplemente no logran visualizar cómo seguir adelante después de tantos años sin sus amigos animales.
Sofía Giro (43), desde su propia experiencia, comprendió que este es un momento en donde el acompañamiento resulta fundamental y es por eso que, poco a poco, fue construyendo un camino para facilitar esta partida. Amante de los animales, entiende - y así lo comparte- que es un proceso que es mejor vivirlo de la manera más natural posible. De esta forma, ya ha trabajado con unas 15 personas que despidieron a sus mascotas de una manera menos traumática.
Facilitadora
Sofía es arquitecta de profesión y se dedica a la construcción. Sin embargo, toda su vida trabajó como voluntaria en proteccionismo de animales. De hecho, tiene 12 perros rescatados que conviven en su casa. "Sentía que no llegaba hasta donde quería llegar. Era un trabajo ingrato que nunca se alcanza a hacer lo que una quisiera, que es que no haya más necesidad de rescates", explica Sofía. Así, empezó como educadora canina a la par de su trabajo cotidiano.
"Buscando ir más allá de ver otros problemas y la conexión de los perros con sus dueños, encontré la formación Doula", detalla. Agrega que la formación Doula está orientada a las personas que se dedican a acompañar a las mujeres que están por parir.
“Son facilitadoras para traer vida a este mundo. Pero también, y es menos conocido, son las personas que ayudan a partir de la vida hacia la muerte”, señala.
Este conocimiento lo aplicó a los animales, ayudando a facilitarles a las personas -ella no habla de dueños porque no se trata de un objeto, sino de responsables- la partida de sus mascotas. "El Doula del Alma Animal es una forma de ayudar a transitar ese período de una manera sana, saludable para ellos y para el ser que se está por morir", aclaró.
Concepto diferente
Los animales, claro está, no tienen incorporado el concepto de la muerte. Es una racionalización humana. Para Sofía, dejando de lado la cuestión religiosa, el fallecimiento es visto como un castigo, como el final de todo.
Pero, según explica, los animales no cargan a la muerte con conceptos negativos, con sentimientos o significados. "Ellos simplemente se mueren. Y ese proceso de morirse muchas veces está cargado de emociones por parte de sus responsables, que no los dejan ir. Sucede que muchos animales domésticos llenan vacíos. Entonces la partida de un animal es un proceso muy difícil, a veces más que el de un pariente cercano", remarca. Por esta razón Sofía considera que primero se debe cambiar el concepto de muerte que las personas tienen para poder ser más libres, naturales y para irse preparando para el final inevitable.
Entonces, el acompañamiento se hace mientras se continúa brindándole al animal la asistencia del veterinario. Esto quiere decir que cuando ya no hay más nada que hacer con el animal, ya sea por una enfermedad terminal o porque cumplió los años de vida a los que estaba destinado, en vez de que el veterinario haga la eutanasia, el acompañamiento es una alternativa a eso. "No siempre el animal está sufriendo cuando no hay más nada que hacer. Eso es algo muy común que la gente diga 'pobrecito lo vamos a dormir'. Pero el acompañamiento es una alternativa a la eutanasia y hay que tener coraje para acompañar ese proceso. Lo que se busca es que el momento de la muerte llegue de manera natural. Por eso digo que es una alternativa", explica la educadora y añade que el Doula es una especie de biombo entre el animal y las preocupaciones que tiene su responsable.
Bajar la ansiedad
Giro considera que en el acompañamiento se pueden usar elementos naturales, como flores de Bach, esencias del Mediterráneo o gotas para la ansiedad. Estas mismas gotas también pueden usarse con los animales para reducirles la ansiedad a la par del tratamiento veterinario.
Sofía acompaña esta "charla" con un protocolo que le permite a la persona liberarse y liberar al animal para dejarlo ir. "Quien ha hecho este tipo de procesos aceptan la partida con serenidad. Si bien el duelo se hace posteriormente, el acompañamiento no termina con la partida del animal. Es un duelo sano, que se hace desde el recuerdo de la alegría. No desde la tristeza ni el egoismo, sino desde el amor", finaliza.
El error de humanizar a los animales
Mucho se critica a quienes cuidan a sus mascotas como "hijos humanos". Aunque admite que se ha cambiado la visión sobre los animales domésticos, Sofía Giro coincide en que no deben ser tratados de esta manera porque siguen siendo animales. "Hay gente que viste a los animales, que los trata como personas. No está bien. Pero creo que ha habido un cambio de visión, que pasa por el respeto a la vida", destaca.
Cree que la "humanización" de los animales pasa por la soledad en la que viven las personas: "Tiene que ver con los vacíos actuales, que son llenados por los animales. Tampoco debe ser así".