Dos meses antes de que se confirmara el primer caso de coronavirus en Argentina, el empleo privado de Mendoza registró su decimocuarta caída consecutiva y uno de los peores resultados de los últimos cinco años. La retracción fue de 4.462 puestos de trabajo y corresponde a enero de 2020, en comparación con igual mes del 2019.
Las estadísticas se desprenden de un informe publicado por el Ministerio de Trabajo de la Nación, en base a datos del sistema de la seguridad social (AFIP). En concreto, los números indican que el mercado laboral privado mendocino se achicó de 245.334 trabajadores activos en enero de 2019 a 240.872 en el primer mes de este año. Es decir que en doce meses se destruyeron 4.462 puestos de trabajo.
La baja de enero le dio continuidad a una tendencia negativa que comenzó en diciembre de 2018. En algún momento se pensó que la caída del empleo podía encontrar un "piso" en los primeros meses de este año y luego el mercado laboral volvería a crecer, pero el avance de la pandemia y el aislamiento obligatorio cambiaron completamente las proyecciones. De hecho, el escenario a futuro no es nada alentador, teniendo en cuenta que Mendoza se está adentrando en una profunda crisis (por el coronavirus), sin haber salido del estado recesivo que arrastra desde el año pasado.
El escenario hasta enero
En el contexto económico de hoy, hablar de estadísticas de enero puede parecer algo obsoleto, pero analizar dónde estaba parada Mendoza antes del inicio de la pandemia sirve para entender qué puede ocurrir a partir de ahora.
El economista Pablo Salvador, explicó que el récord negativo de pérdida de puestos de trabajo fue consecuencia directa de la recesión económica a nivel nacional. "El EMAE (estudio del Indec que mide la actividad económica en Argentina) marcó una caída interanual del 1,8% en enero. La economía viene cayendo en picada y Mendoza no es una excepción", comentó.
"Hay sectores que venían muy golpeados en el cierre de 2019 y sufrieron de una gran destrucción de puestos de trabajo. Es el caso del agro, la industria manufacturera y la construcción, entre otros sectores", comentó.
Se mostró de acuerdo la economista Amalia Granata, quien advirtió que "enero fue un mes muy recesivo". La especialista señaló que, si bien en ese momento existían expectativas de mejora a futuro, las empresas estaban expectantes a la negociación de la deuda con el FMI.
"El empleo va a de la mano de las inversiones. En ese marco de incertidumbre, el mercado laboral siguió achicándose, pese a que existían buenas perspectivas a futuro", agregó.
En tanto, Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, atribuyó la contracción del empleo privado de Mendoza a la recesión económica nacional y destacó el hecho de que "la provincia ha caído menos que el promedio nacional" (a nivel país la retracción del mercado laboral fue de 2,5%, frente al 1,8% negativo de Mendoza).
Por otro lado, Laza indicó que “el turismo y el comercio venían creciendo en la provincia, pero no se ve un impacto en el empleo privado registrado porque son dos sectores con mucha informalidad laboral”.
El riesgo de la pandemia
Sin importar la inclinación política, todos los economistas coinciden en este momento en que la propagación del coronavirus generá un inevitable impacto negativo en la economía y por supuesto, en el mercado laboral. La incógnita, es cuán grande será el impacto.
Un dato que puede dar una idea de la magnitud de la crisis a la que se encamina Mendoza, es el de la recaudación de Ingresos Brutos. El fin de semana el Ministerio de Hacienda reveló que en marzo se contrajo 14% (en términos reales) el monto percibido por ese impuesto. No es un dato menor, considerando que es el impuesto provincial más ligado a la actividad económica.
Si bien el resultado de marzo está mostrando una “película vieja”, porque refleja el pago de las declaraciones juradas de febrero, da una muestra tangible de la delicada situación que atraviesa la provincia. Estos números, conjugados con los registros negativos del Ministerio de Trabajo y la baja productividad que han dejado los hasta ahora 18 días de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, amenaza con dar un duro golpe al mercado laboral de Mendoza.
Pablo Salvador advirtió que las expectativas son muy malas para los próximos meses. "Quizás las estadísticas nos muestren que alguna actividad repuntó en febrero, pero en marzo va a ser difícil ver algún indicador positivo. Primero se verá con claridad la retracción de la actividad económica en general y dos meses después se verá el efecto en el empleo", lamentó.
También Amalia Granata opinó le esperan meses muy difíciles a Mendoza. "El Gobierno está tomando medidas con el objetivo de que la cadena de pagos se corte lo menos posible. Hay que trabajar sobre eso, más allá de las consecuencias que puede traer hacia adelante. Quizás haya inflación alta, pero va a ser menos perjudicial que un eventual corte de la cadena de pagos", comentó.
Pablo Salvador coincidió en que el sostenimiento de las pymes debe ser una prioridad, pero advirtió que las consecuencias económicas pueden ser muy graves. "La asistencia a las pymes está bien, pero corremos riesgo de una hiperinflación. Con el default que acabamos de declarar, no podemos tomar deuda y no queda otra que emitir dinero para pagar sueldos en semanas que no se ha trabajado. Esos pesos de más se van a volcar a la economía y van a impactar en los precios", alertó el economista.
“Además, me preocupa que haya sido en vano el esfuerzo de trabajar desde casa y en muchos casos de pasar varias semanas sin cobrar.. No me gustaría que se usara el coronavirus como excusa para el default o para hacer cualquier DNU”, agregó el experto.
Desde el Gobierno, Laza indicó que Mendoza ya avanzó con todas sus herramientas financieras, pero aseguró que para que sostenga el nivel de actividad o al menos se evite una caída drástica, "es necesario que Nación ayude a todas las provincias en los meses en los que caiga la recaudación".
"Al mismo tiempo se necesita que funcionen los subsidios a monotributistas, empleados informales y pymes, para que la economía se mantenga activa y no se caiga el consumo", apuntó.
Las medidas que se necesitan
Salvador y Granata estuvieron de acuerdo en que el Gobierno nacional debe seguir apoyando a las pymes, con el fin de evitar el corte de las cadenas de pagos y garantizar el pago de salarios. "Sólo así se evita una caída abrupta del empleo", indicaron. El problema, es que esto puede traer aparejada una hiperinflación, si no se logran sacar los pesos excedente del mercado a tiempo.
Sebastián Laza, en tanto, comentó que el Gobierno de Mendoza ya avanzó con todas las herramientas financieras que están a su alcance, pero sostuvo que "sólo se podrá atenuar el impacto del coronavirus si la Nación ayuda a las Provincias en los meses en los que caiga la recaudación".