Los asalariados del sector privado registrado de Mendoza perdieron 3% de poder adquisitivo durante 2019. El dato se desprende de un informe publicado por el Ministerio de Trabajo de la Nación, que muestra cómo evolucionaron los sueldos brutos de los trabajadores según la rama de actividad a la que pertenecen.
De acuerdo al estudio, únicamente el sector de la construcción logró ganarle a la inflación, con una variación real del 26%. Pero aún así, se mantuvo entre los sectores con los sueldos más bajos de la provincia. El resto de los 13 rubros considerados perdieron ante el avance de los precios, aunque algunos de forma más notoria que otros.
Salario promedio
El cálculo de la variación del salario real de Mendoza entre un año y otro se obtuvo al comparar el sueldo bruto (antes de aportes y contribuciones patronales) al finalizar 2018 ( $ 28.031) y el mismo dato de 2019 ( $ 41.788,58).
Como resultado, se obtuvo una variación nominal del 49%, pero si a ese crecimiento se lo compara con el avance del Índice de Precios al Consumidor (IPC) medido por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (54,4%), el balance pasa a ser negativo. Es que durante 2019 cada peso que ganaron los mendocinos tuvo un poder de compra 54,4% inferior al que tenía un año atrás. De ahí se deduce entonces, que el ajuste anual fue inferior a la inflación y el ingreso promedio de los trabajadores locales en realidad cayó 3%.
Si se consideran los salarios sin aportes ni deducciones, se observa que el sueldo promedio neto pasó de $ 24.000 en 2018 a $ 35.700 en 2019. Claro está, que la variación porcentual es la misma que se encuentra con el sueldo bruto.
Pérdida nominal y real
La economista Paula Pía Ariet, de Gestión Consultores, explicó que si se realiza la misma comparación, pero teniendo en cuenta el salario por cantidad de trabajadores, y no por rubro, para evitar distorsiones por actividades que cayeron mucho más que otras, se ve una caída superior: el salario se incrementó un 44%, frente a una inflación acumulada que cerró por encima del 54%. Para 2020 se esperaba que los salarios acompañaran a la inflación, pero la crisis sanitaria, y sus efectos económicos configuran un nuevo escenario en que la caída no es solo real, sino que también nominal (sin ajustes por inflación).
Por su parte, el economista Pablo Salvador, señaló que hacia la segunda mitad de 2019 la inflación se aceleró, y los salarios no acompañaron, con algunas excepciones en el sector público, en jurisdicciones con cláusula gatillo, que "lograron empatar".
En tanto que Jorge Day, coincidió con sus colegas en que 2019 continuó con una recesión que se notó en 2018, y también en años anteriores. "En ese contexto, es difícil que haya habido una recuperación económica del poder de los salarios. Es más, hubo un ajuste con salarios rezagándose con respecto a la inflación".
Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza consideró que "la variación real del -3% es relativamente baja para el contexto económico que se dio en 2019. Es muestra del poder de los sindicatos en Argentina para defender los sueldos, permitiendo que los ingresos de los trabajadores no cayeran en mayor porcentaje en un escenario de estanflación. También ayudaron las políticas de sostenimiento de la actividad económica por parte del Gobierno Provincial, como el plan anticíclico del vino y el programa del bono fiscal", indicó.
Horizonte incierto y a la baja
"Para el año 2020, la recesión va a ser más fuerte, con empresas que generan bajos (o nulos) ingresos por ventas, y por lo tanto no cuentan con fondos suficientes para hacer frente a todos sus pagos, incluyendo salarios. En varios sectores, se ha pactado pagar una fracción de esos salarios, ante alternativas más negativas como el desempleo", explicó Day, en cuanto el presente año que comenzó con una crisis sanitaria mundial con efectos económicos que todavía están por verse.
El economista señaló que el Gobierno, en todos sus niveles no cuenta con ahorros, ni financiamiento para auxiliar a habitantes y a empresas más allá de la emisión monetaria, "un impuesto para todos los que tengan pesos y que reducirá aún más el poder de compra de salarios".
Por su parte, Alejandro Trapé, hizo un análisis similar: "se están renegociando salarios con recortes en algunos sectores, y las cláusulas de ajuste por inflación desaparecieron, e incluso hay despidos para luego re-contratar en la informalidad. El salario no se va a recuperar, y mucho si pensamos que la inflación proyectada antes de la pandemia estaba en el orden del 40%, y ahora nos queda esperar una mucho mayor".
Igualmente, Pablo Salvador, explicó que las empresas no están trabajando, y los trabajadores autónomos, incluso aquellos de rubros exceptuados, están trabajando por debajo de su capacidad. "Para las empresas no es momento de hablar de paritarias, y el sector público está abocado a combatir la pandemia", agregó.
En este contexto el especialista advirtió que el país entró en cesación de pagos, y por lo tanto no puede obtener financiamientos externo. “La única herramienta que tiene el gobierno argentino es emitir pesos, y si no aumentan los niveles de producción, ni la demanda, habrá más dinero por cada bien, y se va a traducir en aumentos de precio".