Ante un posible golpe letal a la libertad de expresión

En una Argentina que, lamentablemente, nunca deja de sorprender para mal, el oficialismo nacional vuelve a apelar a prácticas contra la libertad de prensa que ya se vivieron hace décadas y que se pensaba formaban parte de etapas superadas. No es así.

Ante un posible golpe letal a la libertad de expresión

El Congreso se apresta a debatir un proyecto de ley de los diputados ultrakirchneristas Conti y Kunkel por el que se pretende expropiar la empresa Papel Prensa. La iniciativa busca que el Estado se haga de un porcentaje de acciones actualmente propiedad de Clarín y La Nación que le permita pasar de ser minoría accionaria a tener el total control de la firma.

Simultáneamente, el Gobierno prepara el terreno para lo que puede llegar a constituir la embestida más dañina que pueda gestar: la intervención del Grupo Clarín a través de las herramientas que le permite usar la modificada ley que regula el funcionamiento de la Comisión Nacional de Valores.

Este artero avance sobre la prensa no adicta y también la arremetida contra la Justicia, contenida en los recientemente aprobados proyectos de reforma de ese poder, son clarísimas demostraciones de que el kirchnerismo pretende perpetuarse en la conducción del país utilizando métodos autoritarios, especialmente destinados a someter a todos los sectores independientes de la sociedad que puedan elevar su voz en disidencia con los planteos oficialistas. Además, tiende a lograr de los poderes del Estado una absoluta reverencia a las disposiciones emanadas del Poder Ejecutivo.

En el caso concreto de Papel Prensa, las empresas afectadas se han manifestado recientemente expresando la preocupación por los procedimientos elegidos para hacerse de ella mediante la expropiación. El kirchnerismo recurre al proyecto que fue presentado en la Cámara de Diputados porque el Gobierno no pudo nunca justificar las numerosas y sucesivas denuncias comerciales, administrativas y hasta vinculadas con el origen de la empresa que se gestaron en los últimos años desde los despachos oficiales.

Y, como segunda alternativa, cuenta con el recurso de la opción de intervención directa a través de la Comisión Nacional de Valores, como ya dijimos, habilitada a actuar en estos casos como consecuencia de una nueva legislación sobre el mercado de capitales pensada específicamente como elemento de presión y castigo hacia empresas que no comulgan con las metodologías del poder de turno.

El pretendido control accionario de Papel Prensa le permitirá al Gobierno disponer de un manejo absoluto de la importación y producción de papel de diario en la Argentina, situación nunca vista antes en el país, obteniendo así un dominio pleno sobre lo que se publica y un elemento de presión casi imposible de resistir entre los pocos medios periodísticos independientes que pudiesen subsistir. De ese modo, el efecto no sólo será sobre la prensa escrita sino sobre la labor periodística en general, que verá en el ejemplo de Papel Prensa el modelo de lo que puede llegar a ocurrir entre quienes pretendan hacer frente a las prácticas autoritarias del oficialismo.

En un año electoral, el momento elegido por el Gobierno para intentar destruir al periodismo libre se da en coincidencia con la difusión de investigaciones sobre gravísimos hechos de corrupción que comprometen seriamente a las principales figuras políticas del kirchnerismo y que obligan a fiscales y jueces a obrar en consecuencia. Por lo tanto, la ciudadanía debe ser consciente de la gravedad del momento y saber que lo que hoy lee, ve y escucha por los medios independientes puede caer en un cono de silencio por la destructiva acción de un grupo político basado en una democracia autoritaria totalmente alejada de los principios básicos republicanos.

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