Una de las frases célebres del líder del justicialismo, Juan Perón, fue la que señalaba que "el siglo XX nos encontrará -a los países latinoamericanos- unidos o dominados". Trasladada la situación al sindicalismo actual, no quedan dudas de que los dirigentes no aprendieron aquella lección y la primera década del siglo XXI los encuentra "divididos y dominados" por los sectores políticos.
Así se advierte de la integración de las listas de candidatos a diputados y senadores nacionales, en las que las próximas elecciones no hicieron más que sacar a la superficie las profundas diferencias que se plantean en el seno de los cinco sectores que conforman el mapa sindical actual: la CGT oficialista, la CGT Azopardo, la CTA oficialista, la CTA opositora y la CGT Azul y Blanca que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo.
En un marco de situación a la que Mendoza no ha sido ajena y que ha determinado que el movimiento obrero local sólo haya podido incluir a un candidato a diputado provincial por el tercer distrito electoral en la lista del Frente para la Victoria.
También quedó en claro que Antonio Caló podrá ser metalúrgico, pero no es Lorenzo Miguel y que Hugo Moyano podrá tener un gremio poderoso, pero no es Saúl Ubaldini.
Miguel nunca fue candidato a cargos electivos pero era el hombre que "manejaba" la conformación de las listas desde las 62 Organizaciones, basándose en aquella decisión de Perón que indicaba que la CGT debía considerar los problemas laborales y las 62 ser el brazo político del movimiento obrero. Tuvo diferencias internas inclusive en su propio gremio, pero impuso su condición de hombre fuerte, discutió y logró que dirigentes de extracción sindical integraran las listas del peronismo.
Ubaldini se convirtió en su momento en el complemento ideal de Miguel y logró el reconocimiento político, a punto tal de ser el hombre que acompañó a Italo Lúder en la campaña pre-electoral de 1983. Ubaldini era secretario gremial del los cerveceros y tuvo más poder de convicción y de seducción en la central obrera que el actual titular de los camioneros.
Lo de Moyano es un hecho llamativo. Aún con Néstor Kirchner vivo se animó a señalar en un acto que "un trabajador" podría llegar a ocupar el sillón presidencial, tal como ocurrió con Lula Da Silva en Brasil, lo que motivó la respuesta de Cristina, al señalar que ella también era una "trabajadora".
La pelea y el distanciamiento de CFK llevó a Moyano a liderar una CGT opositora que perdió fuerza cuando, impulsados por el Poder Ejecutivo, un grupo de sindicalistas le discutió la conducción de la CGT y muchos de sus hombres se fueron detrás de Antonio Caló.
Moyano insistió e impulsó -vino varias veces a Mendoza con ese objetivo- la conformación de un "movimiento" para que actuara como partido político, pero sólo logró conformarlo en la Capital Federal, donde uno de sus escuderos, el judicial Julio Piumato, irá como primer candidato a diputado nacional.
Y de aquellas aspiraciones presidenciales, Moyano terminó integrando la nómina de diputados nacionales de Francisco De Narváez, pero ¡¡en el 35 lugar!! de la lista. De todos modos, dos de sus integrantes, Omar Piani, de canillitas, se ubica en el segundo lugar de diputados y Susana Caburu, de Soeme, en el sexto lugar para diputados nacionales.
Una "ensalada" con consecuencias
Los hechos llevan a indicar también que el sindicalismo no pudo actuar corporativamente en las decisiones de quienes tenían a su cargo la conformación de las listas, lo que derivó en que cada dirigente lo hiciera de manera individual tanto en los lugares como en el sector político en el que participarían.
De otra manera no puede entenderse que dos dirigentes del mismo gremio, el de los Municipales de la Capital Federal, vayan en listas diferentes: su titular, Amadeo Genta, irá en segundo lugar detrás de Juan Labake y su secretario gremial, Alejandro Amor, como noveno candidato a diputados en la lista del Frente para la Victoria.
A pesar de su pertenencia abierta y pública al proyecto kirchnerista, la CGT "oficial" que encabeza Antonio Caló pudo sacar muy poco rédito en la distribución de los cargos. Solo un dirigente, Oscar Romero, de los mecánicos, cuenta con posibilidades "entrables" al ubicarse en el undécimo lugar en el Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires. Situación que no se repite con Zunilda Valenciano, de UPCN, que va en el octavo -no entrable- lugar en la Capital Federal y mucho menos Víctor Santa María, de Edificios de Rentas, ubicado como primer senador suplente por la Capital Federal.
Lo llamativo y lo que anticipa una ruptura a corto plazo es lo que sucedió con otro de los integrantes de la CGT "oficial". Su secretario de prensa y titular del gremio de Sanidad en la Capital Federal, Héctor Daer, figura en el noveno lugar en la lista de diputados nacionales de Sergio Massa. Daer responde a la conducción nacional de sanidad de West Ocampo, uno de los hombres fuertes de los "gordos", lo que permitiría vislumbrar que, de acuerdo con los resultados de las elecciones, el grupo en conjunto se alinee con el actual intendente de Tigre.
Y si hablamos de sorpresas, no es menor lo que sucedió con uno de los integrantes de la CTA "oficialista", ya que Fabián Alessandri, titular de ATE-Zona Norte, también se anotó como candidato de Massa. ¿Otra ruptura en puerta, mirando a futuro?
Massa suma también a gente de la CGT-Azul y Blanca, que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo. Carlos Acuña, de Estaciones de Servicios, va cuarto en la lista a diputados provinciales en Buenos Aires.
El caso restante es el de Gerónimo Venegas, titular de los obreros rurales y de las 62 Organizaciones, quien figura en primer término como candidato a diputado nacional pero por su propia agrupación: Unión con Fe, en la provincia de Buenos Aires, junto a Alieto Guadagni. Venegas también es un caso emblemático porque en su momento trabajaba codo a codo junto a Hugo Moyano, a punto tal que el líder de los camioneros fue quien lo impulsó para que liderara el brazo político del movimiento obrero. Pero el acuerdo duró poco tiempo y se alejaron políticamente -se afirma que mantienen la amistad personal- lo que derivó en una nueva división.
No va a pasar mucho tiempo. Las Primarias primero y las generales después dejarán marcado el mapa político con miras a las generales de 2015 y con toda seguridad los dirigentes sindicales comenzarán a reubicarse de acuerdo con las posibilidades que brinden unos y otros.
La gran incógnita pasa por establecer si esos alineamientos serán individuales o si se lograrán los acuerdos que le permita al sindicalismo actuar corporativamente. De todos modos, por lo demostrado hasta el momento, tanto a nivel nacional como provincial, es muy difícil que ello suceda.