Ante una nueva convocatoria a las urnas

Ante esta segunda experiencia de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, la confusión aún reina entre los ciudadanos porque la dirigencia política no cumple debidamente con la intención legislativa que dio origen a este tipo de elección de precand

Ante una nueva convocatoria a las urnas

La ciudadanía es convocada hoy nuevamente a las urnas para definir quiénes serán los candidatos a diputado nacional que competirán en las elecciones legislativas nacionales de octubre.

Si se cumpliera con la intención de la ley que dio vida a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) los argentinos estaríamos definiendo ordenadamente a los mejores postulantes por los distintos partidos políticos.

Pero, lamentablemente, estas organizaciones no se han repuesto al máximo de la crisis política vivida hace más de una década, lo que trajo como consecuencia mayores divisiones internas, falencias de representatividad, personalismos y la proliferación de listas de candidatos que lo que logran, en mayor medida, es evitar que las diferencias se diriman en el seno de los partidos tradicionales. Hay excepciones que deben ser muy valoradas.

Las especulaciones llevan a los funcionarios y a los candidatos en general a confundir más al electorado antes del voto. Por ello no resulta casual que varios sondeos realizados en el país hayan determinado que una buena parte de la población diga desconocer el verdadero sentido de las PASO o bien sea indiferente a la convocatoria de hoy.

La publicidad oficial instructiva sobre las actuales elecciones, que viene siendo difundida en los últimos días, es valorable desde el punto de vista de la información elemental para que el votante sepa cómo desenvolverse, pero no aporta mayormente al espíritu de la ley que habilitó las primarias. Se trata de una tarea que debería realizarse con tiempo y de la que deben estar a cargo tanto el Estado como los distintos partidos.

Más allá de todas estas falencias, es destacable que la democracia argentina mantenga su ritmo. En este aspecto es muy importante el sentir popular expresado a través de las urnas. Es el pueblo el que con su perseverancia y paciencia sostiene el sistema y el que debe corregir el rumbo haciendo uso de la soberanía republicana que posee.

El voto es la manera de expresar el apoyo a un modelo de gobierno pero también de manifestar disconformidad y alguna necesidad de cambio de rumbo.

En condiciones de gobernabilidad normales, no hay otra herramienta más representativa de la voluntad popular que el silencioso pero contundente camino electoral. Y no sólo se participa en el comicio emitiendo el voto.

Mucho se puede aportar respondiendo al llamado a ser autoridad de mesa y también colaborando en la fiscalización del acto cívico, no únicamente para beneficiar a un determinado partido o candidato sino, fundamentalmente, para evitar de esa manera que, ante la ausencia, se filtre la mala intención del que saca provecho de lo ajeno. La transparencia es garantía de elección libre.

Salvando aquellas fallas, intencionales o no, que llevan a distorsionar el pleno sentido de las PASO, el ciudadano debe hoy pensar que con su voto puede contribuir a la selección de los mejores representantes al Congreso, la institución democrática por excelencia en una nación verdaderamente republicana. El equilibrio de poderes, el respeto al disenso, el pluralismo sobre el hegemonismo político, son pilares fundamentales que también se construyen y hacen perdurar a través del voto.

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