Ante la caída en el consumo de vinos

Se observa una caída en el consumo de vinos en la franja de precios que constituye 75% de las ventas totales. Un problema actual y que puede proyectarse seriamente a futuro. Es necesario tomar conciencia y actuar en consecuencia.

Ante la caída en el consumo de vinos

La tendencia viene manifestándose en las últimas décadas y se sigue profundizando ahora, aunque por diferentes motivos. La Argentina fue, durante muchos años, líder en el consumo de vinos per cápita a nivel mundial llegando, en la década de 1960-70, a 90 litros por habitante por año.

Sin embargo, por diversas circunstancias, para muchos el ingreso masivo de bebidas sustitutas, como las gaseosas, los jugos, los amargos y el agua mineral y los cambios de hábitos en la población, como es el hecho de priorizar almuerzos frugales, y para otros la ley de fraccionamiento en origen, determinó que en el consumo comenzara una fuerte caída, a punto tal de alcanzar, en los últimos años, una cifra inferior a los 30 litros anuales.

No se trata de un fenómeno que se plantee exclusivamente en la Argentina sino que tiene su correlato en el resto de los países vitivinícolas, incluyendo a aquellos con tradición milenaria, como Francia, España o Italia. El consumo per cápita fue decayendo con el correr de los años, y en los últimos tiempos se profundizó como consecuencia de las crisis económicas, como sucede actualmente en España.
Frente a ese panorama, la vitivinicultura argentina tuvo una valorable capacidad de reacción.

Decidió dejar de lado aquella tendencia de priorizar la cantidad de vino elaborado por sobre la calidad, para trabajar en el mejoramiento de los caldos. Realizó importantes inversiones, que comenzaron con la reconversión de viñedos hacia variedades más nobles, continuaron con la incorporación de tecnología en bodegas y concluyeron con la participación en ferias y concursos internacionales a los efectos de posicionar al vino argentino en los principales mercados.

Los resultados no pudieron ser mejores. Los consumidores más exigentes reconocieron la calidad del vino argentino y las exportaciones pasaron de algunas decenas de miles de pesos a finales de la década de 1980, a centenares de miles de dólares en la primera década del siglo XXI. El cambio producido en la industria favoreció también al consumidor local, a quien se le amplió el abanico de ofertas en vinos de muy buena calidad.

Ese panorama optimista se fue diluyendo en los últimos años. En primer lugar, porque decisiones económicas desacertadas adoptadas a nivel nacional golpearon fuertemente a la industria, como consecuencia del mantenimiento de un dólar desfasado y una inflación interna creciente que le hizo perder competitividad a los vinos argentinos en los mercados internacionales. Y, en los últimos meses, la crisis económica que afecta al país y que recae también con fuerza sobre el consumo local.

Otro dato a tener en cuenta radica en la cadena de comercialización. Es mucho más amplia la brecha de ganancias con que se queda el último eslabón -el de las ventas- en el caso del vino que en el de las cervezas o las gaseosas, esencialmente porque en estos dos últimos casos hay una mayor concentración en la oferta, frente a la amplia gama de bodegas que intentan impulsar sus productos en el mercado local. Los representantes de los sectores vitivinícolas han expuesto esta situación ante los funcionarios nacionales, pero hasta el momento no han obtenido respuestas favorables.

El pronóstico a futuro es más que complicado. Porque mientras el gobierno español y el Mercado Común Europeo han adoptado medidas para facilitar la salida de vinos españoles, afectados en el consumo interno por la recesión, en la Argentina no hay visos de decisiones en ese sentido por parte de quienes tienen a su cargo la conducción del país. Los gobiernos de las principales provincias vitivinícolas deberían actuar en consecuencia y exigir a sus pares nacionales la adopción de medidas que permitan modificar la situación. De lo contrario, de continuar el actual estado de cosas, el panorama de la principal industria de base agrícola local puede llegar a sufrir serias consecuencias muy difíciles de revertir.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA