El año comenzó para el gobierno de Francisco Pérez casi con los mismos contratiempos que tuvo al iniciar 2014. Hay un asunto saliente: el debate postergado del Presupuesto volvió a marcar el ritmo de la política mendocina. Esta vez hay un detalle mucho más serio que la pulseada por el endeudamiento que trabó durante varios meses la anterior pauta de gastos y recursos: es la pelea por los recursos para solventar el exigente calendario electoral provincial de este año.
Cuando Pérez firmó aquel decreto con el que anunció que el Estado no financiaría la campaña electoral, la oposición, y muy especialmente el radicalismo, se predispuso para una nueva confrontación sobre el cierre del año, con el convencimiento de que detrás de la medida oficial había una clara intención política de condicionar las chances de los rivales del justicialismo tanto en las PASO como en las generales.
El clima político enrarecido y las desconfianzas terminaron empantanando la discusión del paquete presupuestario, del que, por lo menos, el oficialismo logró dejar a salvo las leyes recaudatorias (Avalúo Fiscal e Impositiva) para poder comenzar este mes con la facturación de los impuestos. Así, no se pudo cumplir con aquel pacto de mitad de año por el cual oficialismo y oposición se comprometían a compartir la redacción del Presupuesto 2015.
Esta vez los diputados del radicalismo impusieron una media sanción que sorprendió a sus pares del PJ pero de la cual lo que más molesta en el oficialismo es el artículo que establece el financiamiento de las primarias abiertas. De ahí que la posterior reglamentación de la ley que establece las PASO que efectuó Pérez, ratificando su postura inicial de negar todo aporte económico del Estado a las candidaturas, fuese tomada en la UCR como una rápida y desafiante respuesta, y una virtual declaración de guerra en el inicio del año electoral.
El desenlace es incierto. Los radicales consideran que encarar un calendario de elecciones como el que se prevé sin el respaldo financiero del Estado es totalmente inviable para toda la oposición, en especial para los partidos más "chicos", y consideran que es el justicialismo el que tiene más fácil acceso al aporte privado por el vínculo con el sector que le otorga la acción de gobierno. En cambio, en el PJ defienden a capa y espada la decisión del Gobernador. "No hay recurso provincial que aguante y más aún con la cantidad de elecciones desdobladas que se están programando desde los municipios", señaló en forma enfática uno de los principales referentes del PJ.
En cuanto al Presupuesto, el futuro es otra vez incierto. En el PJ esperan que, conforme lo acordado en el Senado antes de la finalización de diciembre, la media sanción pueda ser discutida y aprobada en febrero, aunque no ven mal que se pueda extender esa posibilidad a marzo. Pero mientras siga la belicosidad que marca la discusión por los recursos para las campañas, hay quienes se animan a pensar en otro período extenso en el que el equipo de Pérez deba gobernar aplicando la actual pauta de gastos y recursos.
El partido, otra pulseada. Y así como Pérez comenzaba el año pasado reformulando su gabinete y contrastando al mismo con los sectores tradicionales del PJ, ahora le toca, ya como presidente del partido, tratar de digerir la rebelión desdobladora, que coloca en una vereda opuesta al siempre respetable poder territorial de los llamados "caciques".
Entre los que no comparten la idea de desdoblar, sí reconocen que Las Heras (Miranda y Ciurca), San Rafael (los hermanos Félix) y Maipú (los hermanos Bermejo) conforman un armado de gran porte que obliga a encarar un frente interno con los restantes sectores y que permita equilibrar al peronismo. En eso trabajan los azules de San Martín, con Tanús y Giménez a la cabeza, el llamado paquismo y muchos kirchneristas, como los diputados nacionales Carmona y Fernández Sagasti. Algunos aseguran que también parte del sciolismo, cuyo principal referente es el ahora desdoblador Ciurca, está incluido en esa movida reunificadora. Y surgen especulaciones con respecto al armado de fórmulas para las PASO de agosto. Hay quienes imaginan una de consenso que integren Tanús y Roby o Costa, o viceversa.
Por el momento todos cuidan la relación con el Gobernador, que quedó bastante mal parado al tener que ceder ante el poder territorial de la mayoría de sus intendentes. Tanto del lado de los jefes departamentales que adelantan elecciones como entre los que se mantienen firmes junto a la estrategia de unidad de Mazzón, opinan que Pérez debería encabezar la lista de candidatos a diputado nacional. Pero en el paquismo son cautos por el momento y aclaran que la estrategia electoral del sector se fijará en función de lo que decida Pérez sobre su futuro político y si pretende candidatearse o bien esperar formar parte de un eventual nuevo gobierno nacional del Frente para la Victoria.
En estos días de descanso con su familia, a los que llegó para nada conforme con lo que está sucediendo políticamente en la provincia, Francisco Pérez debería pensar seriamente en el complicado año que ha comenzado. El complejo calendario electoral que se presenta con los desdoblamientos anunciados, más las dificultades financieras a la vista, lo obligarán a ejercer un liderazgo político que internamente se ha visto deteriorado. Y pensar sobre qué ejes el justicialismo mendocino montará la difícil campaña que se aproxima. Hay dudas en el oficialismo sobre si la discusión pública con la oposición, y en especial con el radical Cornejo, es el camino correcto.
Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar