Ann Romney, de 63 años, logró llegar al electorado estadounidense contando anécdotas de su numerosa familia formada junto al candidato republicano Mitt Romney, un hombre de imagen fría que ha sido humanizado por su esposa desde hace 43 años.
Acusada en abril pasado por una comentarista demócrata de "no haber trabajado ni un solo día en su vida", Ann Romney no dudó en defenderse escribiendo el primer tweet de su existencia: "Yo elegí quedarme en la casa y criar a mis cinco niños. Créeme, fue un trabajo".
Estados Unidos entero y Michelle Obama a la cabeza, aún siendo esposa del presidente y opositor político, alzaron su voz para defender el trabajo de las amas de casa, otorgándole visibilidad a la esposa del candidato republicano sin insistir en el marco de altos privilegios en el cual ella ha vivido siempre.
Ann Davies antes de casarse con el multimillonario hombre de negocios, ya provenía de una familia de fortuna de Michigan (norte).
No tenía aún 20 años cuando se casó con el joven Mitt, de 22, después de convertirse a la religión mormona de su prometido. La pareja partió a estudiar -Ann sacó una licenciatura en francés- a Brigham Young University (oeste), donde vivían "en un sótano, comiendo pastas y atún en lata", según contó en la convención republicana de Tampa en agosto pasado.
La prensa estadounidense dio con una entrevista antigua, en la cual Ann Romney recordaba que después de su luna de miel en Hawai, la venta de unas acciones permitió a la pareja estudiar sin tener que trabajar.
La esposa del candidato republicano no es ajena a la vida política después de haber sido "Primera Dama" de Massachusetts, estado del que su marido que fue gobernador entre 2003 y 2007, cuando ella aprendió a lucir siempre sonriente y acercarse a la gente en actos masivos.
Durante la campaña presidencial de este año, su papel fue el de endulzar la imagen de su esposo, juzgado con frecuencia como distante y poco conocedor de las realidades de la clase media. Su misión fue también intentar atraer el voto de las mujeres, que suelen votar mayoritariamente a los demócratas.
Madre de cinco varones nacidos entre 1970 y 1981, esta abuela de 18 nietos ha tenido que afrontar dos malas jugadas con su salud: una esclerosis que le fue diagnosticada en 1998 y luego un cáncer de mama en 2008, actualmente en remisión.
En varias entrevistas ha dicho que es una amante de los caballos, animales que la han ayudado a superar la enfermedad y por los cuales ha ganado varios premios.