Hoy Los Andes cumple ciento treinta y siete años. Como toda empresa nació de una idea, de un sueño, que su creador, Adolfo Calle, tuvo y pudo plasmar y, nosotros, los que lo fuimos sucediendo en ese sueño, tratamos de continuar.
Durante todo este tiempo reflejó, lo más fielmente que pudo, la realidad histórica que le tocó atravesar. Vivió Guerras Mundiales, momentos de austeridad y de prosperidad, gobiernos de facto y democracias, terremotos y resurgimientos. Y, hoy, sufre el Covid-19. Un diario “vive”, al igual que sus lectores.
Nació siendo el único medio de información formal, luego tuvo que aprender a compartir y adaptarse. Llegaron la radio, la televisión, otros diarios… y hace un tiempo internet. Los actores fueron mutando, pero el diario permaneció. En épocas de redes sociales, donde todo corre más rápido que los dedos que tipean, lo que hace la diferencia entre un tuit anónimo y la información de un medio es la historia que lo acompaña y la responsabilidad que conlleva respetarla.
Este 2020 nos sacó de eje a todos. De golpe, y sin aviso, Argentina, se detuvo, pero nosotros, los medios de comunicación, permanecimos. Desde el primer momento, fuimos esenciales. Muchos piensan que los diarios van a morir pronto, que nadie lee en papel, que las noticias valen, si son rápidas, que el medio es lo digital. Pero, en información, la primicia y profundidad siempre fue lo que valió. El salir antes siempre fue la carrera que todos los periodistas tuvimos, sólo que cambiaron las plataformas de acceso, y nos tuvimos que adaptar.
Nosotros tenemos un compromiso con nuestros lectores. Los conocemos. Sabemos que son distintos y tratamos de llegar a cada uno de la manera que les resulta más útil. Hay quienes tienen la costumbre de tomarse un café leyendo el diario, hay otros que solamente miran los títulos en el celular y, también, hay otros que leen un poco más, en su tablet o en su computadora. Nosotros sabemos que nuestros lectores leen diferente, que tienen edades y disponibilidad de tiempos distintos, pero que todos comparten la misma necesidad de saber la verdad. No somos médicos, nuestra esencialidad reside en transmitir información veraz.
Cada año, para el aniversario de Los Andes, solíamos hacer una fiesta, invitábamos a los actores del momento, pero esta vez, nos pasó lo que a todos, tenemos que celebrar con nuestros contactos estrechos; por eso queremos compartirlo con nuestros lectores, proveedores, clientes y colaboradores, nuestra familia. Queremos darles las GRACIAS por el regalo de “elegirnos”. Sin el apoyo de todos ustedes no existiríamos. En estos momentos tan difíciles y de tanta incertidumbre, Los Andes apuesta al futuro, como hace ciento treinta y siete años.
Queremos compartir un brindis imaginario y los tres deseos de la ocasión: salud, fuerza y prosperidad.