En el caso del deporte, la actividad se vio fuertemente modificada con la cancelación de campeonatos y hasta de los Juegos Olímpicos que se iban a llevar a cabo en Tokio este año. Sin embargo, vimos también como la actividad profesional fue generando protocolos, burbujas (como fue el caso de la Liga de Campeones y luego la NBA) y todo tipo de adaptaciones para que estos eventos tuvieran lugar. Es importante entender que los grandes espectáculos deportivos suponen no solamente el ejercicio laboral de los atletas que lo practican, sino también, una gran estructura económica que se desarrolla como soporte de la industria deportiva del más alto nivel. Pensemos cuáles son los costos de los partidos que no se televisan, las carreras de Fórmula 1 que no se corren y los campeonatos que no se disputan, y cómo se ven alterados los intereses de los esponsores o auspiciantes. Este puede ser quizás uno de los motivos más importantes de la reanudación de algunos eventos de máximo nivel.
Y en ese punto, muchos deportes de primer nivel (y de máxima rentabilidad también) se reanudan adaptándose a protocolos de salud e higiene que supone testeos, distanciamiento, higiene e inclusive el traslado a ciudades “burbujas” donde se realizan esos eventos, el deporte como muchas actividades se adapta y continúa. Sin embargo, vemos en esta forma de continuidad, no solo nuevos protocolos de higiene, salud y distancia social, sino que observamos una transformación importante en un elemento central de la práctica del deporte espectáculo, el cambio del lugar de los espectadores. ¿Las personas que estaban en las canchas, en los ringsides, en las gradas de un autódromo, dónde están? En principio podemos pensar que las audiencias de los eventos deportivos se trasladaron desde las tribunas a las pantallas de televisión y que esto se debería traducir en un aumento notable de los índices de audiencia; pero se pueden ver resultados muy diferentes según los países. La consultora Nielsen sostiene en un artículo publicado en Agosto de 2020 que las mediciones de espectadores de las ligas más importantes de Estados Unidos (MBL de Baseball, la NBA de Basketball y la NHL de Hockey) han experimentado una fuerte caída del 38% de sus audiencias, sobre todo en el segmento de seguidores de entre 18 y 49 años. Y parte de esa caída encuentra según el estudio, varias explicaciones, y destaca que el hábito de mirar televisión compite fuertemente con la oferta de entretenimiento “on demand” y de las productoras de contenido como Netflix que plantean una nueva forma de consumir entretenimiento.
Por otro lado, según la misma consultora, otro estudio publicado en junio, en Europa, reveló que los partidos de la Liga Española han aumentado un 48% la audiencia internacional y, en algunos países como Sudáfrica, ese aumento de televidentes del torneo español ha llegado al 73%, por lo que se podría pensar en las ganas de ver fútbol de los aficionados que estuvieron meses sin deportes y mirando noticias con un único tema como el Covid-19.
En la Argentina las empresas televisivas que tenían los derechos por televisar el deporte rey, suspendieron el cobro del “pack Fútbol” ante la imposibilidad de vender el producto. Sin embargo, con el inicio de las Eliminatorias (rumbo al Mundial de Qatar 2020) podremos analizar cuáles son los ratings de los partidos de la Selección Argentina, en un contexto en el que el fútbol se reanudó con La Copa Libertadores y donde el automovilismo hizo lo mismo, aunque ambos, sin público presente. Es decir que, por ahora, la única forma de verlo es por televisión, o en el caso de la Libertadores, también por Facebook. Con ese dato puede observarse que aparecen nuevas formas de consumo de los eventos deportivos.
Si bien es cierto que la tele, o la transmisión en general de los deportes ha cambiado enormemente y se ofrece una experiencia cada vez más ampliada y con alternativa (múltiples cámaras, cámaras exclusivas, análisis instantáneos de acciones deportivas, audio exclusivo), podemos pensar que el público que tiene como hábito el consumo de espectáculos deportivos en vivo está deseoso de volver a vivir esos rituales de manera presencial. En este punto, es útil comprender que, tanto en la función de espectadores, como en la práctica, el deporte juega un rol importante en las sociedades modernas. Como mencionan Elias y Dunning, en el libro “Deporte y ocio en el proceso Civilización” de 1986, la vida en las sociedades modernas están plagadas de controles de las emociones y las conductas, existen reglas de comportamiento y expectativas de roles por cumplir. Por todo ello, el deporte cumple junto con otras actividades recreativas, un espacio donde las emociones pueden liberarse, donde la tensión acumulada encuentra un espacio para el disfrute personal a la vez que es un espacio de socialización diferente al del trabajo o la escuela.
Pensemos que hemos estado estos últimos meses bajo una mayor tensión y con un aumento restrictivo de los espacios de ocio, eventos y prácticas deportivas grupales. Sin embargo, la práctica de algunas actividades (sobre todo las individuales) se han protocolizado, no prohibido. Veamos como dato que en un contexto de fuerte caída del rubro económico, la venta de bicicletas aumentó más del 50% para quienes completaron la encuesta de la Cámara Argentina de Comercio e Industria de Bicicletas. En este caso particular, habrá que pensar en otros factores como el aumento del combustible, el costo del boleto de transporte público y nuevas prácticas de distanciamiento social. Ergo, este aumento (muy extraño como mencionamos en el contexto de una fuerte caída económica) se da en un marco en donde muchas de las actividades recreativas están prohibidas momentáneamente, y puede pensarse en el papel que juega la práctica de deportes en las sociedades modernas cuando aumentan las restricciones.
Ahora están apareciendo nuevas formas de transmisiones deportivas y muchos espectadores optan por otras ofertas de entretenimiento; sin embargo, en las sociedades modernas donde se vive bajo las tensiones de modelos económicos estresantes, el deporte va a seguir teniendo espectadores y practicantes.