Por Alfredo Leuco - Gentileza Radio Mitre
Pobre Aníbal Fernández. Tiene mala suerte. Parece que todos los planetas están alineados en su contra. Desde algunos delincuentes hasta las personas más honestas del país lo tienen apuntado como el que abrió las puertas del narcotráfico a gran escala en la Argentina.
Hay por lo menos siete testimonios que no tienen nada que ver entre sí, que acusan a Aníbal Fernández de ser el máximo responsable del brutal contrabando de efedrina. Sus excusas son muy insólitas y ya aburren por lo repetidas. Dice que el grupo Clarín lo ataca con mentiras para ocultar las bestialidades del gobierno de Mauricio Macri.
Es imposible que alguien, por más poderoso que sea, pueda ordenarle a narcos temibles como Ibar Perez Corradi o Mario Segovia o a pistoleros de la calaña de Martín Lanatta que declaren en contra de Aníbal Fernández igual que lo hicieron Elisa Carrió, de la que nadie duda de su honestidad total o Gustavo Vera en nombre del Papa Francisco y hasta un compañero de su gobierno y gran amigo de Néstor Kirchner en su momento como José Ramón Granero. Durante la campaña electoral hasta Felipe Solá se manifestó en ese mismo sentido y Julián Domínguez también lo hizo aunque en forma más solapada y reservada.
Todos, absolutamente todos, coincidieron en colocar a Aníbal Domingo Fernández en el banquillo de los acusados. Algunos hicieron acusaciones fuertísimas y otros fueron más prudentes. Pero todos, absolutamente todos lo identificaron como el jefe del desembarco de un negocio criminal que manejó 500 millones de dólares, que provocó un triple crimen y que consistía en exportar en forma ilegal precursores químicos para fabricar drogas sintéticas.
Lo más novedoso es lo que dijo el Bochi Granero, ex dentista de Néstor Kirchner y de formación desarrollista. El está procesado por la jueza María Servini porque fue el secretario del Sedronar, el organismo estatal encargado de combatir la droga y de ayudar a los adictos.
Granero fue muy claro cuando le dijo a esta radio que Aníbal, “siempre se opuso al control de los precursores químicos. Ni siquiera quiso llenar el vacío legal que todavía existe. Hasta hoy no está reglamentada la ley que se sancionó al respecto. Aníbal Fernández pidió el veto de la totalidad de la ley. Y Néstor y Cristina sabían todo.” Epa, epa. Estas son palabras mayores. Se puede comprobar por las cartas que Aníbal envió a los legisladores que Granero está diciendo la verdad. Pero lo más grave es que los jefes de esta asociación, Néstor y Cristina sabían todo. Nadie dudaba de eso. Durante sus gobiernos no volaba una mosca sin que lo ordenaran los Kirchner.
Lo valioso de este testimonio es que Granero era amigo de Néstor desde mucho tiempo antes de que Aníbal lo conociera. No es un oligarca ni un hombre de la corpo. Fue funcionario del mismo gobierno de Aníbal. Cuando se le preguntó si sabía quién era “La Morsa”, dijo que no pero que todas las características darían para un personaje, en obvia referencia al patrón del mal de Quilmes. Finalmente y para que no queden dudas, Granero dijo que si Aníbal llegaba a consagrarse gobernador “hubiera sido como suicidarse. Afortunadamente ganó María Eugenia Vidal. Las comunidades no se suicidan, decía Arturo Frondizi”.
Aníbal dice que Clarín compra las declaraciones de delincuentes condenados. No es el caso de Granero, ni Elisa Carrió, ni Gustavo Vera ni el Papa Francisco que a través de varios de sus más cercanos colaboradores nos pidió a muchos periodistas que ayudáramos a que no ganara el narcotráfico la gobernación de Buenos Aires.
Hace unos días, la Pastoral Social, a través de su titular, monseñor Jorge Lozano dijo que en el gobierno de Cristina, “se minimizó el drama del narcotráfico y el crimen organizado desplazó al estado.”. Recuerdo que Aníbal y sus cómplices ocuparon lugares claves en estos temas. Desde ministerios hasta el Renar y la Aduana.
No hay que olvidar el rol de los hermanos Zacarías, todos amigos de Néstor y con funciones estratégicas en el poder ni los aportes de campaña para Cristina en el 2007 por parte de la mafia de los medicamentos y las droguerías. Hasta Damián Ferrón que fue uno de los fusilados en el triple asesinado de General Rodríguez aportó de su bolsillo 400 mil pesos que no es una cifra menor: estamos hablando de hace nueve años.
Mario Segovia, el rey de la efedrina, hace 8 años que está preso. Dijo por escrito y ante la justicia que Aníbal lo recibió en su despacho de la Casa Rosada y que un hombre de su íntima confianza le ayudó con los trámites para poder portar un arma. Y muestra papeles que se pueden peritar tranquilamente.
¿Qué dijo Martin Lanatta por televisión y ante la justicia?
Lanatta que está preso, condenado por ser uno de los autores materiales del triple crimen de General Rodríguez dijo que Aníbal Fernández es “La Morsa”, el jefe de la mafia, el hombre más rico de la provincia de Buenos Aires y el que mandó a asesinar a Forza, Ferrón y Bina. Pero eso no es todo. Dijo que el criminal fue un empleado de Aníbal y de la SIDE conocido como Máximo y que el ex jefe de gabinete recaudaba para él y para Cristina en el tema del contrabando de efedrina.
¿Qué dijo Ibar Esteban Perez Corradi ante la jueza María Servini?
Que Sebastián Forza le dijo que “La morsa” era Aníbal. Lapidario, contundente. También nombró a Ricardo Echegaray, el escudo protector de todos y todas.
¿Qué dijo la doctora Elisa Carrió?
Que Aníbal manejaba la droga desde el gobierno con sus secuaces.
El otro día le dije Aníbal está acorralado por los jueces y por la realidad: fue imputado por enriquecimiento ilícito por el fiscal Juan Pablo Zonis y ya tiene dos procesamientos. Está acusado de haber recibido una coima de más de 5 millones de dólares del mexicano Carlos Ahumada Kurtz y procesado por el manejo turbio y escandaloso que hizo de Fútbol para Todos junto a otros personajes salidos de “El Padrino” de Cóppola como Julio Grondona. El otro procesamiento es uno de los más criminales y va derechito al juicio oral. Es por el plan Qunita donde hubo sobreprecios fenomenales por 140 mil kits para embarazadas y encima los productos eran una porquería que se rompían en dos minutos. La empresa que fue la proveedora y la forma en que le adjudicaron este negocio es para el record mundial de bajezas y truchadas.
Dejaron los dedos pegados por todos lados y perjudicaron a mujeres pobres y a punto de parir. Todo muy nacional y popular.
Contrabando, drogas, crímenes, armas, enriquecimiento, son las palabras que conforman una asociación ilícita donde Aníbal fue coronel y los K generales. Pobre Aníbal. Al parecer hay una conspiración intergaláctica liderada por Clarín en su contra. Nadie acusa de nada a Lino Barañao, por ejemplo. O a Julián Domínguez. Y fueron kirchneristas. Pero muchos acusan de mucho a Aníbal. No es magia, es mafia. Esa es la nueva línea divisoria en la Argentina democrática donde no hay lugar para los corruptos ni para los golpistas. Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio.