Ángeles Gutiérrez: un barrio para los docentes

Las casas se hallan en el distrito La Cieneguita y fueron entregadas este año. El nombre de esta barriada del SUTE recuerda a una educadora desaparecida durante la dictadura.

Ángeles Gutiérrez: un barrio para los docentes
Ángeles Gutiérrez: un barrio para los docentes

A veces los sueños se hacen realidad. Hace menos de un año cuarenta familias lograron acceder a su vivienda propia y comenzaron a pensar en un futuro mejor, lejos de los alquileres y otras incomodidades que hasta el momento los habían apretado.

Gracias a un sorteo que se realizó en el SUTE, para sus afiliados que habían presentado carpetas, unas 200 personas ahora cuentan con techo propio.

Las casas están ubicadas en límite impreciso de los distritos del Challao y La Cieneguita, Las Heras, en el barrio denominado Ángeles Gutiérrez como un homenaje a la luchadora social desaparecida durante la última dictadura militar.

El lugar, que absorbe las necesidades de habitantes de Godoy Cruz y Capital, cuenta con 40 casas distribuidas a lo largo de 3 manzanas en terrenos de 200 metros cuadrados.

Una calle principal, un bulevar sin nombre y un puñado de barrios a su alrededor, configuran las características principales del barrio más grande del SUTE, aunque hay otro en Guaymallén de similares características, pero todavía no se entrega.

"Lo bueno es que había muchas familias de mujeres solas y otras que por el sueldo no podían llegar a un plan. El SUTE nos dio casa a todos los que las necesitábamos de manera urgente", contaron Roberto Rosas, Marisa Pardo y Claudia Díaz, reunidos especialmente para recibir a Los Andes en el hogar del primero.

El barrio

En el Ángeles Gutiérrez se respira tranquilidad. Los chicos juegan en la calle y los perros pasean sin miedo a que un auto les pase por encima. De fondo se observa la cordillera de los Andes, que para esta época luce todavía sus picos nevados.

Ubicado sobre calle Brown, está rodeado por otras barriadas como el Amtaga II, Solares de Roca, Mariano Moreno tercera etapa, y el privado Vista Oliva.
 
A pocos metros se encuentra una viña, un hipermercado y hay varios playones donde se proyectan un Cedris - Centro deportivo, recreativo y social -, un instituto superior de educación, otro barrio Amtaga, 40 casas del IPV y hasta una cancha de fútbol 5.

"Hace cuatro años comenzaron los trámites para crear el barrio en el SUTE. Nadie tenía mucha confianza en el proyecto y pocos fueron los que se arriesgaron. Pero los que creímos en el gremio nos empezamos a mover. Lo que pasa es que la duda mayor era que, en la previa, no había que pagar nada, hasta la entrega", dijo Rosas celador y preceptor jubilado, quien además es presidente de la Unión Vecinal.

Lo cierto es que, tras la propuesta del Sindicato 800 personas presentaron carpetas para poder adquirir su propia vivienda, aunque finalmente fueron 40 las familias beneficiadas (20% celadores 80% docentes), dos de las cuales accedieron a dos casas adaptadas para personas con discapacidad.

"Mi casa fue la que sirvió de modelo cuando se entregó el barrio el 18 de enero de este año. Estuvo presente el gobernador y también el intendente Miranda", explicó Rosas. "Como todos los vecinos, fuimos avanzando y mejorando las casas", agregó.

Luego de haber armado la Unión Vecinal, Roberto Rosas y sus compañeros comenzaron a conseguir mejoras para todos los vecinos.

Entre ellas encontramos un bulevar de piedra que fue reemplazado por arbustos, cada uno a cargo de los vecinos que viven enfrente de ellos. "También hemos peleado por tres cámaras de seguridad, de las que supuestamente se va a hacer cargo el IPV", contó Marisa Pardo.

Problemas en casa

Si bien todos los consultados son conscientes de las dificultades que existen en la actualidad para conseguir un hogar propio y agradecen toda la ayuda recibida, no dudaron en señalar errores en la construcción de sus viviendas.

"Las puertas de todo el barrio abren con la misma llave. Son cerraduras de muy mala calidad y las tuvimos que cambiar", detallaron.

Agregaron otros problemas, entre varios más: "Las puertas son latas rellenas de telgopor, hay muchos vecinos que tuvieron que poner rejas, las ventanas están descuadradas y cuando llueve entra el agua, cuando entregaron las casas las cloacas estaban todas tapadas con cemento, los baños están desnivelados, los placares están en falsa escuadra y durante la última lluvia todas las casas tenían goteras o se les filtró por algún lado la humedad".

Desde la UV del barrio comentaron que hicieron una nota para que la empresa a cargo de la construcción se hiciera cargo de las refacciones de manera general, pero no obtuvieron respuesta. "Ahora nos piden notas de manera particular", admitió Rosas.

Otro de los inconvenientes vecinales está relacionado con las acequias, las cuales no tienen entrada ni salida. Es decir que si bien están trazadas correctamente, estas no tienen donde desembocar, ni agua que ingrese a ellas desde algún canal, por tanto el agua se anega. El miedo de los vecinos es que se genere el mosquito del dengue.

Respecto de la inseguridad comentaron que cuando el barrio cumplía un mes, todas las casas ya había sufrido un robo. "Es medio peligroso en la zona de los viñedos y además hay un baldío cercano que sin luz es muy complicado a la noche", dijeron.

Para finalizar, pidieron un servicio de colectivos por la calle Brown y también semáforos, ya que en repetidas oportunidades se han realizado picadas de motos clandestinas. "Nos han dicho que van a venir a asfaltar el barrio y a terminar de limpiar las acequias, porque estaban llenas de escombros", cerraron.

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