EL DESEO DE GARDEL: contaba Orsi que aunque él jugaba en Independiente y Gardel era un hincha muy distinguido de Racing, ambos mantenían una cordial relación en aquellos años 20 del amateurismo argentino.
Solían encontrarse en los llamados "comités", que eran locales nocturnos donde se reunían los políticos de la época y donde el Zorzal era contratado para cantar. Recordaba que en cierta oportunidad se reunieron en vísperas del tradicional clásico de Avellaneda y Gardel le sugirió mientras compartía una rueda de mates con su gran amigo Irineo Leguizamo: "Te quiero en Racing, Mumito. Para nosotros juega el maestro Ochoíta, ¿sabés lo que serían ustedes dos juntos?".
Pedro Ochoa era el ídolo de Gardel, al que había inmortalizado en el tango "Patadura", cuando lo nombraba: "Ser como Ochoíta, el crack de la afición…" y "Hacer como Ochoíta, de media cancha un gol…".
MI AMIGO EL ZORZAL: "Mumo" no ocultaba su admiración por Gardel, al que definía como "una persona de modales finos, elegante en el vestir, de fácil sonrisa, que enseguida entraba en confianza y que cantaba el tango con una voz inigualable, que hacía suspirar a las mujeres". Señalaba además que Gardel lo aconsejaba cuando se veían: "Tenés que elegir entre el violín y la pelota, Mumito. Porque las dos cosas no vas a poder, vas a tener que elegir. Para mí, tenés más chapa de jugador".
RECUERDO AZUL: cuando hacía un repaso de los equipos que había dirigido en el fútbol mendocino, Orsi elegía como el mejor aquel de Independiente Rivadavia que en 1960, 1961 y 1962 ganó tres campeonatos consecutivos. Con su excelente buena memoria mencionaba a los futbolistas más calificados de aquel gran plantel: Raúl González, el Gringo Filizzola, Tito Torres, Amadeo Gándola, Juan Alberto Bendazzi, Manuel Barrionuevo, Carlos Moyano, el Negro Yácomo, el Conejo Cortez, Manuel Santos, Emilio Fernández, Orlando Braconi, el Arbolito López, Juan Reggio, Pedro Gómez, Carlos Villarroel, Pedro Romero, Agustín Merlos, Patricio Jofré y Osvaldo Aliendro.
GANAR O MORIR: comentaba además que aquel Mundial de 1934, que ganó Italia, se jugó bajo el régimen fascista de Benito Mussolini, conocido como "Il Duce", quien en la final frente a Checoslovaquia les hizo una dura advertencia a los jugadores italianos: "Vincere o morire" ("Vencer o morir").
Aquel partido en que la Azurra se impuso 2 a 1, con goles de Orsi a poco del final y de Schiavio en el tiempo suplementario, se jugó el 10 de junio de 1934 en el Stadio Nazionale del Partido Nazionale Fascista de Roma. El campeón formó con Combi; Monzeglio y Ferraris IV, Allemandi, Monti y Bertolini; Meazza, Ferrari, Schiavio, Guaita y Orsi. DT: Vittorio Pozzo.
Tiempo después se comentó que el arquero de la selección de Checoslovaquia, Frantisek Planicka -quien fue amigo de "Mumo" Orsi - se dejó hacer el último gol de Schiavio, por miedo a que el equipo fuese ejecutado por Mussolini. El checo les salvó la vida a todos.