A dos años de la muerte dudosa Andrés García Campoy (20), los familiares del joven entienden que la caso no está aclarado: no hay procesados, ni se ha cerrado, por lo tanto persisten la dudas sobre si se trató de un caso de violencia institucional-"gatillo fácil"- o bien de un suicidio.
La muerte del "Andy", como la llamaban sus amigos, se produjo el 13 de junio de 2014, en una situación por demás extraña: el estudiante de higiene industrial fue parado en un control rutero en Luján y luego sacó una arma del auto y, según los gendarmes, se suicidó.
"Creo que a esta altura, con un informe de un especialista en criminalística y la pericia de forense que sostiene que no se trató de un suicidio, hay suficientes elementos para procesar a los dos gendarmes implicados,e incluso para realizar un juicio oral donde se pueda esclarecer la situación para la familia del chico y también para los uniformados", sostuvo ayer Ramiro Villalba, abogado de la familia de la víctima.
El caso, inicialmente se tramitó en el fuero provincial y luego la causa fue girada al juez federal Walter Bento.
Tanto el querellante como el fiscal Fernando Alcaraz pidieron al magistrado el procesamiento de dos gendarmes por homicidio agravado por ser funcionarios de una fuerza de seguridad, delito que tiene una pena de prisión perpetua. Pero el juez todavía no resuelve el pedido.
Ambas partes también solicitaron realizar una batería de medidas pero algunos no fueron aceptadas por el juez.
Luego, en marzo de este año, Villalba recusó a Bento por considerar que el magistrado había preopinado sobre la causa en una nota aparecida en Diario Uno pero la cámara de apelaciones -en un fallo dividido- decidió que Bento continuara con la investigación que, en opinión del abogado "está demorada".
Muerte en la ruta
El 13 de junio de 2014, "Andy" Campoy fue detenido en su Peugeot 504 por un retén vial en la ruta 7, en Luján, a la altura del kilómetro 1060, que llevaban adelante agentes de Gendarmería Nacional.
El joven se detuvo, mostró los papeles del auto en regla, le hicieron abrir el baúl y todo estaba en orden.
Según declararon inicialmente dos gendarmes, luego Andrés abrió la puerta trasera de su auto, tomó un arma (después se sabría que era una carabina modelo 1890) , y después de gritar algo como como "...mirá lo que tengo para vos", tras tirar un tiro al aire -según contaron los testigos de esa tarde- se disparó en la cabeza y quedó dentro del auto. Las dudas, para la familia, aún persisten.