Andrés Heiremans está al mando de la reconocida bodega Cruzat, especializada en vinos espumantes y que tiene a Pedro Rosell entre sus accionistas.
El ejecutivo cree que este año puede mejorar la ecuación para el negocio si se mantiene baja la prevista en los índices de inflación.
-El negocio de los espumantes creció en Argentina ¿Cree que llegó a un techo?
-El mercado de los espumantes está recién empezando en Argentina. A pesar de tener un consumo creciente en los últimos años, sigue siendo bastante estacional y la diversificación de ocasiones de consumo es algo todavía incipiente.
Desde un punto de vista productivo, cada día hay más y mejores productos en el mercado, lo que hace que los consumidores vayan aumentando su interés en este tipo de vinos.
-Además de los espumantes tradicionales ¿Hay espacio para productos más innovadores?
-Siempre hay interés por productos diferentes, sin embargo, hay tendencias históricas que muestran que el gran interés se concentra en productos tradicionales que siguen al líder: Champagne.
-En el mercado hay muchas propuestas de espumantes dulces ¿Qué opinión le merecen?
-Hay buenas propuestas de vinos espumosos dulces, que seducen a consumidores que vienen de otras bebidas y que además se combinan muy bien en cócteles frescos y modernos. Creo que es muy bueno tener una gran diversidad de productos que atraigan a todo tipo de consumidores hacia el vino.
-¿El aumento de precios en góndola ha afectado el consumo?
- El gran mercado de los espumantes argentinos es el mercado interno. En el país hay una dinámica de aumentos de precios muy particular que lo hace poco comparable a otros mercados.
En términos relativos, los precios han tratado de recuperar las alzas de costos producto de la inflación y las diferentes devaluaciones, cosa que el consumidor entiende sin disminuir el consumo de este tipo de productos.
-En este contexto, ¿le preocupa la inflación prevista para 2017?
-La tendencia de la inflación es a la baja, por lo que lejos de preocuparnos, vemos con gran optimismo la situación económica del país y creemos que repercutirá positivamente en el mercado vitivinícola en general.
-¿Hay posibilidades en el mercado externo?
-El vino espumoso argentino, es todavía un producto desconocido en el extranjero. Siempre hay posibilidades en nichos de consumidores que buscan algo diferente, pero tenemos mucho trabajo por hacer, primero para lograr una identidad de producto y luego para salir con una oferta cualitativa permanente hacia los mercados.
-¿El tipo de cambio es competitivo para hacer envíos al exterior?
-Definitivamente no. La gran inflación que ha sufrido el país en los últimos años no ha podido ser compensada con las devaluaciones. Existe un valor internacional de cada producto, dentro del cual tenemos que competir todos los productores mundiales.
La competencia es muy dura y no podemos subir precios en el extranjero, menos considerando que los vinos espumosos son aun desconocidos en el exterior.
-¿Tiene previstas nuevas inversiones para 2017?
-Cruzat ha crecido en forma constante en los últimos 6 años, lo que nos obliga a estar invirtiendo permanentemente en aumentar nuestra capacidad instalada y la tecnología para abastecer correctamente el mercado.
Tenemos mucha fe en este proyecto y nos sentimos responsables de producir el mejor vino espumoso de la región.