El año 1991 marcó el destino deportivo de Andrés Damico, quien hasta ese momento era un apasionado del básquetbol. Pero por circunstancias de la vida cambió de disciplina y el esgrima fue su nuevo desafío. Este deporte es precisamente el que le ha dado muchos logros, entre campeonatos mendocinos, nacionales e internacionales en todas las categorías. Damico, en la actualidad, reparte sus tiempos esgrimís ticos entre la enseñanza a las nuevas camadas mendocinas, como así también la competencia en preveteranos.
Este año Damico fue galardonado con el premio Llama por su larga trayectoria en esgrima y sus logros de esta temporada, donde por ejemplo sumó una medalla de oro en sable en el marco el Panamericano disputado en Cochabamba, donde también se colgó una presea de plata en florete; además de haber sumado en 2019 un subcampeonato Sudamericano en espada (Brasil). Pero eso no fue todo. También logró el título en el Torneo Argentino -en sable- y campeonatos provinciales en florete, tanto en espada como en sable.
Andrés, un buen día tuvo que emigrar a Chile, donde se dedicó a la enseñanza de la esgrima y, con el tiempo, su semillero entregó varios esgrimistas a la federación transandina. En la actualidad el maestro Damico es profesor de la especialidad en el Gimnasio N°3. Después de una jornada didáctica, habló con Más Deportes y en la charla, indicó. "Estoy muy contento. Este año me reintegré a las pedanas con todo, competí en todos los torneos posibles en Mendoza, como también en el resto del país. Así, entre todos los niveles, clasifiqué al Sudamericano en San Pablo y luego al Panamericano en Bolivia. Antes de esta competencia entrené muy duro y logré una buena cosecha".
"Estuve 15 años afuera del país, pero Mendoza tira y me volví. Desde entonces pasaron siete años y recién en esta temporada volví a las pedanas como entrenador, pero también me propuse volver a competir y es lo que hice en la categoría Preveteranos", agregó.
-En Mendoza ¿que estás haciendo en el ámbito de la enseñanza de esgrima?
-Hace tres años que estoy con un proyecto en el Gimnasio Municipal N°3 donde formamos esgrimistas. Es una escuela de iniciación. Estoy contento porque hay varios chicos que tuvieron muy buenos resultados como es el caso Enzo Santibáñez, Guadalupe Soria y Francisco Lucero, quienes ya compitieron a nivel sudamericano.
-¿Cómo empezaste en este deporte?
-En realidad mi primer deporte que practique fue básquetbol, pero un día en el equipo que estaba comenzando, tenía algunos inconvenientes y eso me hizo pensar en dejar. En el mismo tiempo acompañaba a mi hermana Carla a sus prácticas de esgrima y fue así como me fui enganchando y comencé a practicar en la pedana de la UNCuyo, con María Puga, y desde ese momento me enamoré de la esgrima.
-¿Siempre estuviste en la misma especialidad?
-Como todo esgrimista empecé con florete, pero con el tiempo pasé a sable y espada. me cautivaron y continúe interviniendo con esas modalidades.