Estefanía Herrero (29) es solo una de los 2.200 ciudadanos argentinos varados en Andorra y por las que recientemente el primer ministro del lugar, Xavier Espot le pidió intervención urgente al presidente Alberto Fernández para su repatriación. La joven es de Godoy Cruz y viajó a Andorra en noviembre del año para trabajar de forma temporal en el principado, una práctica muy común entre varios jóvenes argentinos que "hacen temporada" en este lugar.
Sin embargo, el brote de la epidemia en Europa (primero) y luego se la pandemia a nivel mundial alteró sus planes -como ocurrió a toda la humanidad- y tornó su situación a desesperante. Es que está en la misma situación de miles de varados argentinos en el mundo; y en su caso sin trabajo y con el contrato de alquiler del departamento que se extendería -en el mejor de los casos- hasta el 30 de abril. Pero el vuelo que la traerá de regreso a Argentina está programado recién para el 25 de mayo, siempre y cuando pueda salir y no haya imprevistos u otras modificaciones en la planificación. A ello se suma que la visa temporal de trabajo y residencia que le han otorgado vence el 30 de abril. "Calculo que la irán a extender", acota, con una mezcla de resignación y preocupación.
"Me vine el 13 de noviembre para trabajar, una amiga que había estado haciendo temporada me invitó a venir. Empecé a dejar currículum en distintos lados, hasta que el 14 de diciembre conseguí trabajo en un complejo turístico, tipo camping. Trabajaba en el restaurante y -en teoría- tenía trabajo hasta el 30 de abril. Pero el viernes 13 de marzo fue mi último día. Me avisaron que no vaya al día siguienre; y directamente me llamaron para pagarme una liquidación final", agrega la joven desde el principado ubicado entre España y Francia.
Toda la actividad está frenada en el lugar, donde viven 70.000 persona y el principal motor es el turismo. Y al igual que en el resto del mundo, los andorrenses están confinados en sus viviendas. "Entre los argentinos que están acá, hay muchas personas de Mendoza y de Bariloche, porque en temporada viene a trabajar gente que lo hace en los centros de esquí de Argentina. A quienes tienen sus pasajes de vuelta, en los centros de esquí de acá les están dando alojamiento para que se queden hasta que tengan que volver. Pero no es a todos", relata Estefanía.
A la espera
En un principio, Estefanía tenía pensado estar de vuelta en Mendoza los primeros días de mayo, aunque en plan de vacaciones para luego volver a tabajar -con visa- a Suecia y Alemania. Pero la pandemia la obligó a cambiar los planes. "Cancelaron el vuelo que tenía adquirido y me programaron otro para el 25 de mayo. Aunque esto tampoco es seguro, ya que las cancelaciones y reprogramaciones están siendo constantes", describe la joven.
Las idas y vueltas también son una constante. Es que de Aerolíneas Argentinas la mandan a averiguar al consulado argentino, y del consulado la mandan a la aerolínea. "Se pasan la pelota y parece que nadie tiene muy en claro qué hacer. No tenemos información exacta", insiste.
El alojamiento es otro tema que preocupa. Es que junto a los dos compañeros de piso con quienes alquila, intentan encontrar una solución. Sobre todo porque deben entregar a la inmobiliaria el departamento el 15 de abril. Y, en cuanro a posibilidades concretas, tienen una chance de prolongarlo hasta el 30 de abril como mucho. Claro que quedarían otros 25 días más en el lugar hasta que salga el vuelo (de acuerdo al itinerario). Mientras más se acerca la fecha, mas apremia el tiempo; sobre todo porque la inmobiliaria está cerrada (más allá de que están comunicados con los responsables) y también los hoteles.
"Cuando me dieron de baja en el trabajo, se me pagó un monto de liquidación final con el que estoy haciendo frente a los gastos de alquiler, pasaje y comida. Pero es imposible para mí y para muchas otras personas en las mismas condiciones hacer frente a los gastos hasta el 25 de mayo", resalta.
Pedido de Gobierno a Gobierno
Durante los primeros días de abril, el premier andorrano Xavier Espot envió una carta a Fernández para que se le permita a empresas aéreas reprogramar vuelos que estaban programados para fines de marzo y fueron suspendidos a último momento. En ellos podrían haber embarcado más de mil varados.
"El Gobierno de Andorra necesita que nos volvamos, y creo que por eso es que nos está dando más respuestas y mostrando más preocupación que el argentino", concluye Estefanía.