Luego de la tragedia vial en Tucumán -en la que un colectivo con jubilados mendocinos volcó en la ruta y causó la muerte de 15 personas-, surgieron testimonios de vecinos de La Madrid (en aquella provincia) y que hacían referencia al vandalismo y robo de carteles viales en el lugar.
Es que aunque no se haya tratado posiblemente del factor principal que desembocó en el accidente, la falta de señalización potenciada por la escasa visibilidad a raíz de la neblina, conspiraron en la mañana trágica del lunes.
El robo y los daños a la señalética caminera es una problemática que preocupa en todo el país -sobre todo en las zonas rurales o alejadas de los focos urbanos-. Y Mendoza no es ajena. Por esto mismo es que la Dirección Provincial de Vialidad, y a modo de prueba piloto, analiza construir carteles con plástico reciclado. "Estamos pensando seriamente esa posibilidad y que así el cartel pierda el valor que pueda tener entre quienes los roban. Incluso, la idea es también hacer los postes de plástico, ya que los de madera también son robados. La chapa y la madera son valiosos en el mercado negro, o para darles otras utilidades", sintetizó el administrador general de Vialidad Provincial (DPV), Oscar Sandes.
El funcionario resaltó además todo el trabajo de mantenimiento que se está haciendo en las rutas mendocinas y referidos al asfalto y la señalización en el piso (como complemento a los carteles).
La zona Este de la Provincia es una de las más golpeadas por el vandalismo. En la ruta 153, por ejemplo, en los últimos 2 años debieron ser repuestos en 2 oportunidades los 100 carteles instalados en esos 150 kilómetros que separan a Las Catitas de Monte Comán.
"La última vez los cortaron con una motosierra, por lo que les tomó apenas unos minutos. Y lo hacen en lugares alejados, en momentos en los que no hay mucho tránsito. Suele haber todo un trabajo previo", dijo el consejero de la DPV en el Este, Jorge García Salazar.
Seguridad
Olga Acosta es una de las vecinas de la zona donde volcó el colectivo de la empresa Destino Cero, en Tucumán. "Los carteles tienen que estar elevados, seguros, para que los vándalos no los destruyan. Aquí ponen carteles que no tardan ni un mes en ser destruidos. Entonces la gente que viene de otros lados y llega a este cruce no sabe para dónde rumbear", denunció en las horas posteriores a la tragedia. Y aunque no suele dejar un saldo tan trágico, también ocurre en Mendoza.
"Aquí se roban todos los carteles. A veces lo hacen sólo por hacer daño y los dejan tirados, y otras veces se los llevan", detalló Rosa Cobre, una vecina de Chapanay (San Martín), quien agregó que es "muy común en la zona" este tipo de hechos. "A ello se suma que no tenemos badenes, por lo que los autos y camiones no disminuyen la velocidad y es una combinación muy peligrosa".
Sandes reconoció esta problemática general, e indicó que -pese a que está penado y el robo o destrucción de la señalética es un delito; suele ser muy difícil su detección in fraganti. "En una ruta de 300 kilómetros, por ejemplo, es difícil detectar estos casos. Porque roban de noche, o porque lo hacen luego de haber pasado varias veces en distintos momentos y asegurarse de que no pase nadie por el lugar. Tratamos de generar conciencia en la gente para cuidar y respetar los carteles, porque aportan a la seguridad", destacó el funcionario.
Además subrayó lo hecho desde el inicio de esta gestión en ese rubro. "Faltaban 10.000 carteles y ya hemos colocado cerca de 3.000. Hemos intervenido 8.000 de los 17.000 kilómetros de rutas que tiene Mendoza, y hemos cambiado las luminarias que también son claves en la seguridad. Se cambiaron 5.500 a led y estamos avanzando en un programa para colocar 10.000 luminarias de sodio donde actualmente no hay o hay luces incandescentes", sintetizó.
En lo referido a mantenimiento, la dependencia provincial intenta trabajar por lo general con obras por administración. Esto le permite a Vialidad hacer compras directamente al proveedor (para abaratar gastos). Incluso, tiene su propio taller para fabricar la cartelería y optimizar los gastos fijos en construcción de carteles nuevos y repuestos.
Zonas rojas
Además de la mencionada ruta 153, la 14 (en la zona de Barrancas), la 50 (a la altura de Palmira) y otras calles y vías rurales del Este mendocino son los lugares donde se han vuelto una constante los robos de carteles.
"Es una realidad que se ha tornado normal y compleja en zonas donde hay poco tránsito, y puede generar graves pérdidas. En Palmira, en la zona del carril Chimbas y San Pedro, hemos tenido que cambiar 4 o 5 veces ya la cartelería", indicó el consejero del Este.
La mayoría de las veces tiene que ver con el valor de reventa en chacaritas -sobre todo la chapa-; aunque también están quiénes lo roban para tener un cartel colgado en una habitación. Incluso -y también en zonas rurales- algunos las utilizan como compuertas en las fincas, como tapas de hornos, mesas y hasta como parte de techos o paredes de precarias viviendas.
