Autoridades aeronáuticas confirmaron que fueron hallados “restos humanos” en la avioneta caída en el delta del río Paraná Guazú, encontrada el sábado tras 26 días de búsqueda, e informaron que fueron enviados a la morgue para que se realicen estudios de ADN.
El jefe de la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC), Juan Pedro Irigoin, afirmó que las características del accidente aéreo que sufrió la aeronave Mitsubishi matrícula LV MCV “indican que no va a haber sobrevivientes”.
El funcionario dijo que el Equipo de Antropología Forense halló “restos humanos” en el lugar donde fue encontrada la avioneta, los cuales fueron enviados a la morgue judicial de San Isidro para ser sometidos a análisis de ADN.
“Este hecho está a cargo del Juzgado 2 de la doctora (Sandra) Arroyo Salgado. Todo lo que sea forense es responsabilidad del juzgado”, sostuvo en declaraciones a la prensa en el aeródromo de San Fernando.
En ese sentido, la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac) ratificó en un comunicado que “el equipo forense confirmó el hallazgo de restos humanos, los cuales fueron son enviados a la morgue judicial por instrucción del juzgado”.
“Los procedimientos que se están llevando adelante priorizan el trabajo del equipo forense y mantienen especial respeto de la manipulación de los restos de la aeronave, teniendo presentes las dificultades de la zona”, agregó.
La jueza Arroyo Salgado dispuso restricción en el acceso al aeródromo de San Fernando, donde familiares esperan información oficial de las tres personas que iban a bordo de la avioneta.
En el bimotor siniestrado viajaban el piloto Matías Ronzano, de 30 años; su copiloto Facundo Vega, de 25 años; y Matías Aristi, de 37 años, hijo del dueño de la empresa Aibal SA, propietaria del avión.
Paula Suárez, de la Jiaac, informó que partes del avión encontrado el sábado en la confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande, Entre Ríos, fueron llevados esta tarde al aeródromo de San Fernando para comenzar a establecer las causas del siniestro aéreo.
Fuentes de la investigación dijeron que las primeras pericias permitieron establecer que el avión debió sufrir “una falla brutal”, dado que “cayó de nariz, a pique, en un posición de 90 grados”.
“El avión cayó a muy alta velocidad, al punto que los dos motores quedaron enterrados dos metros bajo tierra en la zona del río donde fue encontrado”, precisaron las fuentes.
El director de Infraestructura de la ANAC, Alejandro Alvarez, respaldó el protocolo de búsqueda del avión encontrado en el delta del Paraná, tras las críticas que recibieron las autoridades aeronáuticas por parte de pilotos civiles y allegados a los familiares de los tres ocupantes.
“Siempre estuvimos trabajando con el método que corresponde trabajar, que nos llevó a no perder nunca el objetivo. Aún en condiciones complejas, logramos el objetivo de encontrar la aeronave. Y, por una cuestión humanitaria, dar respuestas a los familiares”.