Anabel Fernández Sagasti habla en primera persona del plural cuando se consulta sobre las decisiones del Gobierno nacional. Al fin de cuentas, ella es parte. Tiene diálogo directo con el presidente, Alberto Fernández, y está dentro del círculo de confianza de la vice, Cristina Kirchner.
Durante la charla, la senadora nacional y referente del peronismo mendocino desgrana sus ideas para la provincia y suenan a un plan de gestión más que a mero diagnóstico opositor.
Instalada en Buenos Aires hace ya varios días, dice que por ahora no planea regresar. El Senado recuperó su ritmo y debería hacer un viaje relámpago en auto ida y vuelta para estar apenas tres días.
-Aprobaron las primeras leyes en forma virtual, ¿no era posible que volvieran antes?
-No es que nos demoramos. Cuando comenzó la cuarentena, el acuerdo de la oposición con el Presidente fue que las medidas urgentes salieran a través de DNU. Cuando vimos que se iba a extender, empezamos a trabajar en los acuerdos políticos para sesionar en forma remota. En el medio planteamos la cuestión a la Corte. Pasamos de un Congreso analógico a sesiones remotas.
-¿Cómo evalúa el enfoque del Gobierno nacional para enfrentar la pandemia?
-Ha sido muy sensato, democrático y federal. Un presidente que dialoga frecuentemente con todos los gobernadores es un ejercicio que no había visto en mucho tiempo y me parece que es lo que debe seguir sucediendo cuando esto termine. Además, en la medida de la posible, se ha intentado sostener la economía.
-¿Qué desafíos ve para el día después?
-La conectividad, la educación y la salud son temas que habrá que trabajar mucho. Pero también nuevas ideas y nuevas perspectivas. Por ejemplo, debemos ponernos como desafío cómo va a ser el turismo, que hoy es la segunda actividad más importante para Mendoza. Creo que no va a ser como nosotros lo conocimos.
-Hace un año estaba en carrera por la gobernación. ¿Qué hubiera hecho distinto de Suárez si hubiese ganado?
-Primero, tenemos una visión distinta respecto de la deuda. Hubiéramos mostrado las cuentas tal como estaban y lo que significaban para este año. Necesitamos un Estado inteligente que esté a la altura de lo que el mundo reclama hoy. Me parece que eso no está en la idea de la dirigencia actual. La pandemia debe hacernos despertar: va a haber mucho capital deseoso de invertir.
-Suárez insiste en la necesidad de ampliar la matriz productiva. ¿Volvería a apoyar una reforma para habilitar la minería?
-No. Igual, más allá de minería no o minería sí, creo que con las nuevas tecnologías se puede desarrollar sin tocar la ley 7.722. Saliendo de este tema puntual, creo que el Gobierno y buena parte de la dirigencia mendocina intentan emparchar la decadencia que viene desde antes de la pandemia. No es que Mendoza ahora está mal. El PBG cayó 6 puntos en los últimos cuatro años y los ingresos caen desde 2017.
-¿Y cuál cree que es la salida?
-Con viejas estructuras burocráticas del Estado y con viejas ideas no vamos a generar soluciones para este nuevo escenario. ProMendoza, el Fondo para la Transformación y Cuyo Aval, por ejemplo, no van a servir para lo que se viene después de la pandemia. Hay un montón de dirigentes que estamos pensando en renovar y ponernos en sintonía con el desafío del mundo que viene.
-La renovación siempre es necesaria, pero en el PJ tampoco se ve. Más allá de algunos dirigentes jóvenes, el resto son los mismos que fracasaron con los últimos gobiernos.
-No coincido. El peronismo viene renovándose mucho y esto me entusiasma. Tenemos la irrupción de jóvenes intendentes, como Stevanato, Destéfanis, Ubieta, incluso Aveiro. Esto estimula mucho porque trae nuevas ideas y energía. De todas maneras, más allá de hablar de dirigentes hablo de ideas. Hay que abrir la cabeza y pensar en el nuevo mundo, tener un diagrama de lo que Mendoza puede hacer y ofrecerlo al mundo. Por supuesto, todo lo que estamos pensando se lo vamos a acercar al Gobernador.
-Usted tiene contactos frecuentes con Suárez.
-Sí, tenemos una relación frecuente, cordial y también muy frontal para decirnos lo que pensamos con total sinceridad, porque me parece que es lo más sano para la institucionalidad de la provincia.
-¿Qué opina de la reforma constitucional que propuso el Gobernador?
-Siempre opiné que es necesaria. De hecho, planteo lo de las estructuras viejas y tenemos una Constitución de 1916. Pero creo que ahora tenemos problemas o desafíos mucho más importantes.
-¿Le molestó que Suárez dijera que alguna ayuda que usted gestionó ante la Nación es parte de su función como legisladora y nada más?
-No, la verdad que no. Mi función es representar a Mendoza y trato de hacerlo lo mejor posible. Sí me preocupó que dijera que la ayuda nacional podría ser mayor y más rápida. A mí cuando era chica mi viejo siempre me decía: “Yo te puedo ayudar, pero si no te ayudás vos misma no vas a llegar a ningún lado”. Los mendocinos primero nos debemos ayudar a nosotros mismos y después seguro que la Nación nos va a ayudar, porque lo sé, porque Alberto me lo ha dicho.
-¿Esta mirada del futuro que tiene está relacionada con sus aspiraciones políticas? Parece un plan de gobierno para 2023.
-Si vos sos militante política, siempre soñás con que las cosas pueden estar mejor. A mí me toca hablar con mucha gente, de diferentes realidades, y te das cuenta de que tenemos un Estado que no está a la altura de lo que necesitamos los mendocinos.
La deuda, el plan que no se ve y la convivencia de estilos
"Soy muy optimista por cómo está llevando las negociaciones de la deuda el Gobierno nacional. Todos los comentarios que me llegan son alentadores. Si esto sale bien, podremos tener una deuda sostenible y el plan económico va a poder seguir desarrollándose", dice la senadora nacional.
-Justamente hay una crítica persistente por la inexistencia de un plan.
-Sí, lo vienen diciendo desde diciembre. Me parece que la oposición no quiere ver el programa económico que tenemos, que por supuesto es totalmente diferente a lo que hizo. Primero, sostener a los más relegados, por eso los aumentos a los jubilados y la ayuda a pymes y, luego de la pandemia, poner en pie el aparato productivo.
-El último aumento a los jubilados ha sido bastante criticado...
-A mí me parece una hipocresía que la oposición hable de los jubilados. La realidad es que con la ley de emergencia nos dimos un plazo de seis meses para hacer una fórmula nueva ligada a la sostenibilidad del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Obviamente, con esta caída estrepitosa de la recaudación es imposible hacerla.
-Se habla de la convivencia de dos ideas, de dos estilos en el Gobierno. ¿Son ajustes que faltan?
-Somos una coalición de diferentes sectores del gran campo nacional y popular y vamos acomodando y dialogando los objetivos que tiene el Gobierno, pero la conducción es de Alberto Fernández. Podemos adentro opinar, debatir, pero la última decisión es del Presidente.