La periodista Fernanda Iglesias le realizó para La Nación una entrevista a Ana María Giunta, una de las actrices más emblemáticas del cine argentino. Ella confesó que a sus 70 años no puede caminar, necesita del oxígeno para respirar y toma 17 remedios al día. Tiene ayuda de un psiquiatra y una piscóloga además de una enfermera y un médico quien la revisa una vez por semana.
El año pasado estuvo tres veces en terapia intensiva. En su última internación un cura le dio la extremaunción y ahora encima debe abandonar la casa que habita donde está la Asociación Civil de talleres integrales. Tiene una casa pero no la puede habitar por los desniveles. Un drama que la perjudica aún más.
"Primero tuve un ataque cardíaco-respiratorio, me sacaron con una inyección de adrenalina en el corazón. Después me detectaron diabetes y presión alta, pero estoy bien. Mi marido se ha deteriorado más que yo, porque cada vez que me llevaban a la clínica, le decían que no salía. Y se ponía loco", comentó Giunta quien también dijo que con su marido tiene una relación especial. Un caballero que conoció en Mendoza y que se enamoró de ella a sus tiernos 15 años.
Sobre su vivienda ella aseguró: "Esta casa me la dio una señora en comodato, la conocí a través de Gonzalo Urtizberea. Ella no tiene marido, no tiene hijos, pero tiene un sobrino que reclama la casa como herencia adelantada. Yo no tengo nada firmado y entonces se la voy a entregar", remarcó.
En su casa hay desniveles asi es que no podrá volver a ella fácilmente. ¿Dónde irá? "No sé. Le pedí ayuda a todo el mundo. Me ofrecieron el lugar que tenía antes, en Callao 56. Pero es un edificio que se está viniendo abajo. También me ofrecieron muchas salas, pero no me entran todas las cosas que tengo".
Sobre la ayuda del Gobierno aseguró que le dieron: "una carta muy formal... Nada más".