El reconocido sobreviviente de la Shoá, easeguró que no estaría vivo "si no fuera por el poder de la compasión".
"Las chances para que yo no esté hoy parado acá eran muy grandes, y mi destino hubiera sido el mismo que de Ana y de otros 1,5 millones de bebés judíos que fueron asesinados si no fuera por el poder de la compasión", aseguró Soetendorp, invitado de honor de la ceremonia cuyo padre fue amigo personal de Otto Frank y ex director de la organización.
Soetendorp contó que si él pudo sobrevivir al exterminio nazi, fue gracias a una mujer alemana que, durante la ocupación, aceptó tomar a su cargo a ese bebé judío de 3 meses que "alguien de la resistencia" le entregó oculto en una maleta.
"Si ella hubiera dicho 'es muy peligroso', 'tengo también escondida a otra niña judía y mis vecinos de la izquierda y la derecha son miembros del partido facista', o sencillamente 'perdón, tengo que cerrar la puerta', las chances de que yo no esté parado acá serían muy grandes , y mi destino hubiera sido el mismo que de Ana y de otros 1,5 millones de bebés judíos que fueron asesinados", dijo.
Este reconocido activista por los derechos humanos, miembro honorario del directorio de la Fundación Ana Frank, también tuvo palabras especiales para las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que tuvieron a algunas de sus representantes entre el público.
"Ustedes, Madres y Abuelas nos han enseñado una lección para siempre: la humanidad es un solo cuerpo y, cuando una parte duele, el cuerpo entero lo siente; y cuando no lo sentimos más, éste es el comienzo de la muerte y esa sensibilidad de ser una sola familia humana se hace cada vez más fuerte", dijo.
El monumento es una réplica del existente en la ciudad de Amsterdam y su emplazamiento en el espacio verde ubicado frente al Dique 5, fue una iniciativa de la Casa de Ana Frank de Argentina y la Embajada de los Países Bajos, que luego adoptó la forma de un proyecto de ley aprobado por la Legislatura porteña.
Estatua de Holanda.
Réplica emplazada en Puerto Madero.
"A veces nos quedamos con cuánto tenemos de diferentes y nos perdemos de ver cuánto tenemos de iguales: somos ni más ni menos que personas, pero también herederos y sobrevivientes", aseguró el ministro Alberto Sileoni.
Sostuvo además que "estamos en el mundo y en la Argentina vivos sobre otros muertos y la escuela también tiene que ser transmisora de la memoria porque, muertas las víctimas, ¿quién las recuerda si no es el trabajo constante de las otras generaciones?"
"Ana dejó un diario, pero hay otros tantos que no dejaron nada, y si ese horror se pierde se puede volver a repetir", afirmó el ministro.
La escultura sólo tiene la leyenda "Ana Frank, 1929-1945", pero está previsto que la base de mármol incluya el siguiente texto: "En sus 15 años vivió la infinitud de la esperanza, sus palabras se ponen de pie por ella y constituyen un símbolo de resistencia. El diario de Ana Frank inspira los jóvenes en todo el mundo a construir libertad".
En la escultura, la niña está representada de cuerpo entero, muy erguida, portando una maleta a cada lado y con la mirada perdida en el horizonte.
"El monumento es memoria, es homenaje a las víctimas, es esperanza, homenaje a la resistencia, a todos los que en plena inhumanidad conservaron la humanidad y protegieron e hicieron que muchos puedan hoy contar su historia", aseguró Héctor Shalom, titular de la Casa de Ana Frank de Argentina.
En el acto estuvieron presentes también el embajador de los Países Bajos, Martin de la Beij, los legisladores porteños Aníbal Ibarra y María Rachid, el titular del Inadi, Pedro Mouratian, autoridades judiciales y referentes de DAIA, el Centro Simon Wiesenthal, y el CELS, así como de diferentes entidades holandesas.
Ana Frank era una niña judía alemana y fue conocida en todo el mundo por el Diario que escribió durante los dos años y medio que vivió refugiada de las tropas nazis en la ciudad holandesa de Amsterdam.
Tras ser capturada, murió de tifus en al campo de concentración de Bergen-Belsen, pocos días antes de que éste fuera liberado.