Un rotundo "no" a la reforma constitucional que impulsa el Gobierno provincial, en la que está incluida la reelección del gobernador, fue avalado ayer por el congreso de la UCR y de esta manera, los radicales cerraron las puertas a una negociación con el oficialismo. Para tomar esa decisión, los dirigentes máximos del partido junto a los congresales discutieron acaloradamente durante cuatro horas e incluso algunos militantes casi se van a las manos.
El congreso estaba previsto a las 9 en el cine Ducal de Rivadavia, pero haciendo honor a la expresión "horario radical" (que se usa en el mundillo político para expresar que un acto comienza siempre más tarde de lo acordado), empezó pasadas las 11.30 y por el tono de los discursos, se extendió más de lo pensado. Además de los 226 congresales titulares y los 114 suplentes que dieron el quórum, ningún dirigente de peso del radicalismo se perdió el evento e hicieron notar sus respectivas presencias con ofensivas y contraofensivas verbales durante toda la siesta.
Apenas comenzó el congreso que desde ayer preside el intendente de La Paz, Gustavo Pinto (quien integra el espacio de los territoriales que son socios políticos del presidente del partido Alfredo Cornejo), circuló un documento que fue aprobado al final con escasas resistencias y que había sido previamente acordado por los diversos sectores de la fuerza, a pedido de Cornejo.
El escrito contempla los motivos que tiene el partido para no dar aval a la reforma constitucional que impulsa el gobernador, Francisco Pérez. Contra las especulaciones que hubo la semana pasada, el documento es un "no" con mayúsculas a la reforma ya que no deja ninguna grieta para una negociación con el peronismo que permita un cambio de opinión
El documento incluye el ya conocido impulso del partido a tres normas legislativas que apuntan a separar las elecciones nacionales de las provinciales, institucionalizar la boleta única y que el Estado financie a los partidos políticos. Además, suma un compromiso para discutir las primarias abiertas en un futuro.
Pero pese a que era un hecho que esas premisas serían respaldadas por el congreso, surgieron opiniones díscolas. La más contundente fue la del intendente de la Capital, Víctor Fayad, quien a pesar de que advirtió que tenía sólo 12 congresales que le responden (que por lo tanto no inclinarían la balanza en la votación), tomó la palabra por más de media hora y a contramano de la mayoría de sus correligionarios se manifestó a favor de reformar la constitución y de la reelección de Pérez. "¿Cuál es el problema que tienen con la reelección?", preguntó primero. "¿Se creen que es automático, que si se aprueba la reelección, el Gobernador es reelecto?", dijo luego.
Recurrió al archivo (aunque luego fue refutado en sus datos por los protagonistas) diciendo que los ex gobernadores radicales Roberto Iglesias y Julio Cobos tenían las mismas intenciones reeleccionistas que Pérez. Pero mientras el capitalino hablaba, se oían gritos en su contra desde el público, de boca de militantes de otros espacios del partido. Fiel a su estilo confrontativo, Fayad no se privó de contestar esos cuestionamientos y hasta en un momento expresó: "Si no te interesa, andate". Esa aseveración subió la temperatura entre sus militantes y los de Cornejo, y ambos grupos estuvieron a punto de irse a las piñas.
Quienes también marcaron diferencias con la conducción fueron la senadora nacional Laura Montero y el ex legislador Fernando Armagnague. Montero pidió que el partido impulse las primarias abiertas en lo inmediato y Armagnague, entre otras cosas, cuestionó al radicalismo por el sistema de alianzas de las últimas elecciones y por haber votado recientemente en el Senado al candidato del gobierno, Héctor Caputto, como vocal del Tribunal de Cuentas. "Es un hombre que está procesado", dijo.
Cobos subió al escenario (hasta allí la mayoría de los que hablaban lo hacían desde sus asientos) y pidió "respeto" y "tolerancia". Mostrando su distancia con Fayad, aseguró que para que hubiera esas dos condiciones, los oradores debían ser "breves" y prometió que hablaría "sólo 8 minutos". Hizo propuestas concretas, como la conformación de un foro con representantes partidarios para llevar una propuesta al congreso del Comité nacional que será el 26 próximo.
El foro se haría mañana desde las 17. También corrigió al intendente de Capital por haber dicho que él e Iglesias buscaron la reelección. "El ingeniero Iglesias tuvo que excusarse ante escribano público. Yo envié dos proyectos, el primero fue en 2005 y no hablaba de reelección, el segundo fue luego, estuvo acordado por todos los partidos, hablaba de reelección del gobernador pero yo me excluí", expresó.
Con un tono menos confrontativo que el de Fayad, Iglesias apoyó la reforma constitucional. "Yo estoy de acuerdo por una cuestión de coherencia, ya que nosotros la impulsamos. Incluso estaría dispuesto a discutir la reelección", aseguró mientras viajó al pasado recordando sus intenciones de cambiar la carta magna. Su propuesta tampoco tuvo eco.
Él último orador fue Cornejo quien llenó de agradecimientos a los dirigentes por el discutido congreso. Criticó al oficialismo por "hegemónico" y pidió al radicalismo "un pacto de no agresión". Nadie puede garantizar que lo cumplan los dirigentes radicales después de un encuentro tan debatido. Sin embargo, a la hora de votar el documento que propulsó Cornejo, las manos levantadas invadieron el cine Ducal.