Desde las primeras horas de la tarde de ayer quedó interrumpido el tránsito en las adyacencias del estadio Monumental en el barrio porteño de Nuñez, como parte del operativo de seguridad del Superclásico entre River Plate y Boca Juniors, que se disputó anoche por los octavos de final de la Copa Libertadores.
En el marco del operativo, del participaron 1200 efectivos de diferentes fuerzas policiales y de seguridad, se dispuso que al área restringida en el barrio River sólo ingresaran quienes residen allí y simpatizantes con entradas.
En tanto, ochenta efectivos de la Policía Federal custodiaron a dirigentes y al plantel de Boca Juniors - que estuvo concentrado en un hotel de Puerto Madero- en su trayecto hacia al estadio Monumental.
El operativo fue integrado por personal de Prefectura, Gendarmería y las policías Metropolitana y Federal, según la decisión tomada en el Consejo de Seguridad del Fútbol, integrado por representantes de la Ciudad de Buenos Aires, la AFA, la Policía Federal Argentina y el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad.
El dispositivo contó con setenta equipos del SABED (máquinas dactilares para ejercer el derecho de admisión y detectar a personas con pedido de captura) y cuatro unidades satélitales de la Policía Federal -que custodia los cinco accesos de la Ciudad Universitaria -, dos helicópteros; ocho unidades de video operativo. mientras que la Policía Metropolitana se hizo cargo de todas las contravenciones: trapitos, parrillas, vendedores ambulantes.
Las puertas para ingresar al estadio se abrieron a las 17 y el conjunto visitante, Boca Juniors, tuvo que estar en el ‘Monumental’ dos horas antes del inicio del partido, en tanto que el equipo de River Plate estuvo concentrado dentro de las instalaciones del club de Nuñez.
La dirigencia del conjunto visitante, encabezada por su presidente, Daniel Angelici, tuvo dos palcos a su disposición, según un acuerdo entre ambas instituciones, y las entradas de protocolo fueron nominadas y solo ingresaron aquellas personas que acreditasen la documentación correspondiente. La actividad social del club y el Instituto River Plate, en sus diferentes niveles, fueron suspendidos en la jornada de ayer.
Vidrios rotos en la combi de los visitantes
Así como el pasado domingo fue noticia el destrato y violencia que sufrieron los de River en su visita a La Bombonera (tras la caída por 2-0 ante Boca rompieron a piedrazos vidrios del micro ‘millonario’), ahora llegó la lamentable respuesta del lado de enfrente, en la previa del compromiso de Ida de los Octavos de Final de la Copa Libertadores.
El primer cruce se dio en la zona de Puerto Madero, cuando hicieron pasar a micros con fanáticos riverplatenses por la avenida Huergo, donde merodeaban los simpatizantes ‘xeneizes’ que habían ido a respaldar a sus jugadores en el Hotel Madero. Tirándose desde piedras hasta botellazos, se produjo una escaramuza que inquietó a todos los que rondaban por la zona.
Más tarde fueron los directivos las víctimas de la eterna violencia. Fue al llegar al Monumental, en una combi que seguía al micro con los jugadores, que recibieron un ladrillazo que rompió el transporte. Fue el vicepresidente tercero, Rodolfo Ferrari, quien confirmó lo sucedido.
“Un ladrillazo rompió el vidrio de la combi, pero por suerte no había nadie ahí y no pasó nada. Parece ya un clásico cada vez que venimos acá que pase algo con la combi. Por suerte no pasó nada, fue una anécdota y ya estamos ilusionados con el partido de hoy (por anoche)”, contó el dirigente en diálogo con El Superclásico de Radio Belgrano.
