Se complicó la situación de Alfredo Osorio (22) y Carolina Olmos (24), una pareja de cartoneros que son juzgados por la muerte de un matrimonio de jubilados de Maipú, Paulina Bronzini y Antonio Ortega (ambos de 76 años de edad).
Osorio y Olmos llegaron al debate acusados de homicidio criminis causa pero ahora se amplió la acusación.
Ayer, cuando la pareja llegó a la sala de debates de la Séptima Cámara del Crimen, la fiscal Daniel Chaler les informó que decidió un cambio de calificación. Al homicidio le sumó robo agravado por ser en despoblado, en calidad de coautores.
El debate comenzó el 7 del mes pasado y, se estima, que llegará a la etapa de alegatos luego de la feria judicial.
En la mañana del domingo 17 de agosto de 2014, el matrimonio de jubilados salió de su finca de El Porvenir al 1000 de Coquimbito para pasar un día de campo en un camping cercano a la Virgen de Lourdes, en Agrelo.
Según la investigación posterior, los jubilados Bronzini y Ortega fueron emboscados cuando iban a comer algo en las inmediaciones de la Virgen de Lourdes, cerca de las rutas 7 y 40 del distrito Agrelo, Luján de Cuyo.
Allí habrían sido abordados por los cartoneros (y por algún otro cómplice) que los obligaron a subirse al auto del jubilado -un Citroën C3- y los llevaron hasta un descampado cercano a la planta potabilizadora de Lunlunta, Maipú.
En ese lugar, Osorio les habría quitado las pertenencias y los habría golpeado para luego tirarlos al canal.
Los septuagenarios fueron arrastrados por las aguas y, de acuerdo con la necropsia, murieron de asfixia por inmersión.
Durante la segunda jornada del debate se escuchó una versión diferente: según declaró Osorio, su primera intención fue robarles pero luego, cuando el hombre se descompensó, lo subió a su propio auto con la intención de llevarlo a su casa, siguiendo las instrucciones de Paulina Bronzini, quien también iba en el auto.
Luego, Osorio contó que, ya en Maipú el jubilado se bajó del auto, hubo un forcejeo en la orilla del canal y él terminó cayendo al cauce y arrastrando en la caída a Ortega.
La jubilada, cuando vio que su marido era arrastrado por la corriente, decidió tirarse. La próxima semana se volverá a abrir el debate y se escuchará a los últimos testigos.