"El Jardín de los Abuelos" es un centro de jubilados del barrio Antártida Argentina I, en Luzuriaga, que surgió con muchas dificultades en 2008 y que hoy posibilita la atención médica y en otras especialidades, de 1.000 afiliados mensuales.
La entidad -que presta servicios al PAMI- fue fundada por una dirigente vecinal tenaz y empeñosa, Juana Barboza (76), que hoy sigue al frente de la organización.
En los comienzos, el centro no tenía sede y funcionaba en la casa de la señora Barboza, hasta que el municipio entregó en comodato un terreno de 400 m2 con una edificación, en la intersección de las calles Irízar y pasaje Manuel Belgrano, en la parte del barrio que esta próxima a las vías del Metrotranvía y a la variante Hipólito Yrigoyen.
En la actualidad y luego de superar diversos obstáculos, la organización posee 2 consultorios médicos, atendidos por los médicos Graciela Ávila y Norberto Peruzzato.
La forma de participar de las actividades de la casa es por medio de la afiliación del PAMI, o como socio adherente. En la actualidad los asociados activos suman 470. A la atención de los profesionales médicos se añaden las prestaciones en nutrición, podología, masoterapia y enfermería.
Como el local hace tiempo que queda chico para la cantidad de visitantes -1.000 personas mensuales-, se encaró una obra de ampliación que está en plena ejecución, con el apoyo de la Municipalidad de Maipú.
En este momento se están construyendo 2 dependencias: una es un salón de usos múltiples (SUM), de 70 m2, y dos consultorios, donde habrá atención oftalmológica y de odontología. También se dispondrá de sanitarios nuevos, incluido un baño para personas con discapacidad.
Cuando concluya la construcción, se habrán totalizado 100 m2, que en este momento están a nivel del entretecho.
"Aquí -dice Juanita, refiriéndose a las instalaciones que actualmente están en uso- estamos muy apretados, por eso esperamos ansiosos las ampliaciones".
Para conseguir fondos para la obra, la entidad dispone de la cuota de los socios y del producido que les proporciona la venta de frutas y verduras, donadas por el frigorífico Riveira Hermanos y por el comerciante Alejandro Fernández. Estos benefactores ceden sin cargo los productos, y la comisión directiva los comercializa a buen precio, y en ocasiones hasta se entregan sin cargo al vecindario, como ocurrió con una partida de durazno de exportación.
El municipio de Maipú, por decisión de intendente Alejandro Bermejo, se hizo cargo del aporte de materiales y la dirección técnica del proyecto. Primero se inaugurará el SUM y posteriormente los ambientes reservados a la atención de los médicos.
"Cuando tengamos las nuevas dependencias -comentan Rubén Olmedo y Orlando Rosolen- se extenderán y mejorarán las prestaciones. Pensamos habilitar talleres para estimular la memoria, dar cine y ofrecer clases de folclore y hasta de yoga. Igualmente se podrá cumplir con el calendario de vacunación anual de la gripe.
Las personas que concurren a las instalaciones del Antártida provienen no sólo de Luzuriaga sino también del radio céntrico de la ciudad de Maipú y de otros distritos, como Cruz de Piedra, Russell y Coquimbito.
Iris Violeta Cobos, del barrio Municipal, comentó estar muy contenta con la atención. "Sigo a la médica de familia (doctora Ávila) porque me escucha y me dedica tiempo, y la entrega de las recetas se hace en tiempo y forma". Por su parte, Juan Cerda y su esposa Alicia, de Coquimbito, también se sienten contenidos en el centro, y dos veces al mes lo visitan.
La doctora Ávila manifestó que aunque hay mucho trabajo, la buena disponibilidad y la colaboración del personal atemperan los esfuerzos, citando la gran ayuda que dispensa la enfermera, Mirta Ortega. Otros usuarios de la institución manifestaron que si no tuvieran este eslabón del barrio Antártida, tendrían que desplazarse a otros lugares de atención más alejados.