En los últimos tiempos, los mendocinos nos hemos acostumbrado al caos en el tránsito. Sucede que el parque automotor se ha multiplicado en forma geométrica, mientras las posibilidades de agilizar el movimiento de vehículos están acotadas en una provincia como Mendoza, que cuenta con zanjones y canales derivadores que se convierten en un problema difícil de superar.
No se trata de una situación que afecte solamente a los sectores aledaños al microcentro -si bien es donde hay mayores y más notables inconvenientes- sino que se traslada hacia la periferia.
Días pasados hicimos alusión a la oportuna determinación de las autoridades de la comuna de Guaymallén de repavimentar la calle Mitre, a la que habría que sumarle las obras que ha realizado Maipú con la ampliación del carril Rodríguez Peña, por señalar sólo dos ejemplos. Y ahora aparece una decisión similar de parte de la Municipalidad de Godoy Cruz, con la futura ampliación del Puente Olive.
La agilización del tránsito en la zona es una preocupación de esta última comuna. Meses atrás se procedió a la inauguración de un puente sobre el zanjón Guaymallén en las adyacencias del cementerio y ahora se ha previsto encarar el problema que se genera en el Puente Olive.
Sucede que en este último sector, a pesar de la construcción de una rotonda, la cantidad de vehículos que transitan a diario -se habla de 35 mil vehículos por hora en los momentos pico- genera numerosos inconvenientes que se trasladan a las calles cercanas. La intención, se indicó, es lograr que la rotonda actual pueda duplicar la posibilidad de los carriles, a la vez que se procederá a ensanchar la conexión de la calzada con el zanjón.
La obra, que demandará una inversión de más de 6 millones de pesos, contempla además la refuncionalización de las veredas y la colocación de rampas, a la vez que se intentará imponer el concepto de “pulmón verde” con la parquización de los bordes del zanjón y la construcción de una ciclovía, generando un circuito de dos kilómetros y medio que se conectará con futuras bicisendas.
Durante muchos años, el carril Cervantes se convirtió en la principal vía de circulación en la unión entre Godoy Cruz y el sector norte de Luján, donde se desarrollaba una importante actividad industrial.
Con el correr del tiempo, los sectores aledaños fueron ganados por la construcción de barrios y la puesta en funcionamiento del Acceso Sur constituyó una necesaria oxigenación en el tránsito. Sin embargo, obras posteriores, como la ampliación de calle Sarmiento en su conexión con Maipú, volvió a generar inconvenientes en el tránsito vehicular en el Puente Olive.
De continuar la actual tendencia en cuanto al crecimiento vehicular, es muy factible que las obras actuales resulten insuficientes en el mediano o largo plazo, pero es valioso que se actúe en la coyuntura para solucionar los inconvenientes.
De todos modos, con miras a futuro surge la necesidad de que los municipios comiencen a trabajar en conjunto y dejen de lado las circunstanciales diferencias políticas a los efectos de alcanzar soluciones de fondo.
La ampliación de carriles en los accesos Este, Norte y Sur pueden ser algunas de ellas, como así también la necesaria construcción de los anillos de circunvalación, de los que tanto se ha hablado pero que nunca llegaron a concretarse.
El hecho cierto y concreto es que la dirigencia política debe abocarse a trabajar en el tema porque ha quedado demostrado que los problemas en el tránsito no sólo generan malhumor entre los automovilistas que se ven afectados, sino también importantes pérdidas económicas, tanto en lo que hace a gasto en combustible como en las demoras en comenzar la actividad laboral.
Obras que deberían también ser cumplimentadas con la necesaria mejora en el servicio público de pasajeros, que cada vez resulta más insuficiente y que se convierte en el motivo esencial para la utilización del automóvil para llegar al microcentro.
