Amores a distancia

Amores a distancia

Facundo tiene 27 años, vive en Mendoza y hace poco menos de un año conoció a Constanza en unas vacaciones en la Costa Atlántica. Ella vive en Buenos Aires, pero eso no se transforma en un impedimento para que puedan seguir "juntos".

"Hoy las redes sociales posibilitan encuentros que antes eran imposible. Tiene que ver con una cuestión de tiempo, inmediatez y de distancia, no física pero sí simbólica. La distancia real sigue siendo la misma, pero al hablar con ella todos los días, al verla en una computadora, mandarnos fotos y estar contándonos todo permanentemente la sentís más cerca. Se da una instantaneidad que antes parecía imposible", destacó el joven.

Si bien Facundo es consciente de que es distinto al encuentro real, lo define como un "mientras tanto".

"Con Coty viajamos cada vez que podemos. Yo voy a Buenos Aires, ella viene para acá y mantenemos la relación así hasta que podamos consolidarnos. Tampoco me parece bien que toda la relación se base en internet y Whatsapp", destacó.

En una situación similar, aunque con una distancia 15 veces mayor que los separa, se encuentran Carla (21) e Igor. Ella vive en Mendoza y él en Italia.

"En agosto del 2011 viajé con mi hermano y mi abuela de vacaciones y, saliendo a la noche, conocí a Igor en un boliche. Estuvimos viéndonos sólo cinco noches y tuve que volver, pero quedamos enganchados. Nos pasamos Facebook y seguimos escribiéndonos por Inbox hasta que me abrí una sesión en Skype", contó la joven que se autodefinió como "antitecnología" hasta que conoció a Igor.

"Me tuve que hacer fanática de todos estos medios", reconce y resalta su importancia para la continuidad de la relación, sobre todo Skype.

"En junio del 2012 me volví a ir a Italia y ahí ya me quedé casi un mes. Creo que sin la tecnología actual sería muy difícil mantenernos juntos. Él me regaló un celular para que pueda tener Whatsapp y ahora hablamos todos los días y de todo. Yo vivo esta relación, nadie me la cuenta y no podría estar como pasaba antes a 15 mil kilómetros esperando una carta o gastando diez pesos por minuto para hablar por teléfono", concluyó.

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