Las "políticas demonizadoras" como las de Donald Trump abonaron el terreno a los abusos de derechos humanos en 2017, concluyó la oenegé Amnistía Internacional en su informe anual difundido ayer que denuncia la falta de progresos en América Latina.
Esas políticas cristalizaron en la respuesta a la crisis de los refugiados en Estados Unidos y Europa, según Amnistía, citando como ejemplo la orden ejecutiva del presidente estadounidense prohibiendo la entrada a ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.
“En 2017, millones de personas por todo el mundo sufrieron el fruto amargo del aumento de las políticas de demonización”, dijo Amnistía coincidiendo con el lanzamiento del informe, por primera vez, en Estados Unidos, concretamente en Washington.
La organización con sede en Londres acusó a los países ricos de abordar la crisis de los refugiados "con una mezcla de subterfugios y absoluta insensibilidad".
“La mayoría de líderes europeos han sido incapaces de afrontar el gran desafío de regular la inmigración de un modo legal y seguro, y decidieron que no hay prácticamente ningún exceso en sus esfuerzos por mantener a los refugiados alejados de las costas del continente”, añadió la organización.
Salil Shetty, la presidenta de la organización, acusó en particular a Trump.
La organización denunció, en su capítulo sobre las Américas, que "la discriminación y la desigualdad continuaron siendo la norma por todo el continente".
"Los altos niveles de violencia siguieron asolando la región, con oleadas de asesinatos, desapariciones forzosas y detenciones arbitrarias".
Los defensores de los derechos humanos sufrieron "crecientes niveles de violencia" y la "impunidad se mantuvo".
"Sin duda estamos enfrentando un grave retroceso en materia de derechos humanos en el continente", dijo Erika Guevara, directora de Amnistía Internacional para las Américas.
Atribuyó esta crisis a “estrategias ineficientes” de los Estados para atender las necesidades básicas de su población, y a la “negligente respuesta” de estos Estados a la influencia del crimen organizado y a intereses económicos y políticos que perpetúan graves abusos.
La organización señaló en particular la extrema violencia que se vive en Brasil, El Salvador, Honduras, México y Venezuela, y calificó como "preocupante" el perdón concedido por Perú a su expresidente Alberto Fujimori.
En el caso de Venezuela, Amnistía estimó que el país afronta "una de las peores crisis de derechos humanos de su historia reciente, alimentada por una escalada de la violencia promovida por el gobierno" de Nicolás Maduro.
En México, más de 34.000 personas siguen desaparecidas y "las ejecuciones extrajudiciales fueron abundantes", además de la tortura y los malos tratos.
La organización saludó “el potencial paso adelante” tomado por el Senado mexicano con la aprobación de una ley para combatir e investigar las desapariciones.
En el caso de Brasil, Amnistía condenó la violencia policial en Río de Janeiro y el aumento de las violaciones de los derechos humanos en el resto del país.
Críticas a España por la crisis catalana
Amnistía Internacional (AI) criticó en su informe anual el “uso excesivo de la fuerza” con el que la policía española trató de impedir el referéndum catalán del 1 de octubre pasado, y las “violaciones” a los derechos de los migrantes en el país.
En la consulta sobre la independencia de Cataluña, prohibida por la justicia, hubo un "uso excesivo de la fuerza, incluyendo el uso de fogueo y pelotas de goma", afirmó en una conferencia de prensa en Madrid el director de Amnistía en España, Esteban Beltrán.
Como consecuencia, recordó el responsable, "decenas" de personas resultaron heridas y una perdió la visión de un ojo.
Beltrán se refirió también a los dirigentes catalanes detenidos.
La solución del presidente a los tiroteos: armar a los docentes
El presidente estadounidense, Donald Trump, repitió su convicción de que armar a algunos maestros tendría un efecto disuasivo frente a posibles atacantes que busquen sembrar el terror en las escuelas.
En una seguidilla matinal de tuits, el mandatario estimó que esa medida, muy controversial y rechazada por una parte de la comunidad educativa, podría ser determinante: “Una escuela 'sin armas' es un imán para la gente mala”, lanzó.
Trump había ya argumentado a favor de esa propuesta durante una reunión el miércoles en la Casa Blanca con sobrevivientes de la matanza en una escuela secundaria de Florida, que dejó 17 muertos la semana pasada. Este jueves debe encontrarse con legisladores estatales para continuar las discusiones sobre este tema sensible.
“Maestros y entrenadores altamente entrenados y adeptos a las armas solucionarían instantáneamente el problema, antes de que llegue la policía. Gran poder disuasivo”, escribió Trump, destacando que según la experiencia los tiroteos duran en promedio “tres minutos” y que le toma “de 5 a 8 minutos” a la policía responder.
Estimó que 20% de los docentes, aquellos adeptos a las armas y con “antecedentes militares o entrenamiento especial” podrían portar “armas ocultas”, lo que les permitiría “inmediatamente responder los disparos si un psicópata salvaje entra a una escuela con malas intenciones”.
Según Trump, los maestros armados serían mucho más efectivos y menos costosos que contratar guardias de seguridad en las escuelas, presentando por primera vez un argumento económico.
“Si un 'tirador psicópata' sabe que una escuela tiene un gran número de maestros expertos en armas (...) nunca atacará esa escuela (...) Problema solucionado”, señaló.
Tras el tiroteo en Florida, Trump ha dicho que promoverá controles a las compras de armas y propuso prohibir un dispositivo que permite convertir armas semiautomáticas en ametralladoras. Pero su insistencia en armar a los docentes ha levantado una ola de polémica.
Durante un debate cerca de Miami por la cadena CNN, numerosas voces se elevaron para advertir contra ese escenario.
“¿Debo formarme como una policía en vez de educar a los niños?” inquirió Ashley Kurth, una profesora del liceo Marjory Stoneman Douglas de Parkland, donde ocurrió el tiroteo hace una semana. “¿Debo vestir un chaleco antibalas de kevlar?”, agregó.
“No creo que los maestros deban estar armados. Pienso que deben enseñar”, dijo por su lado el comisario Scott Israel.