Alejandro Gabriel Amitrano asesinó a golpes a su hija en 1999, pero se lo detuvo en 2014 en Gualeguachú, Entre Ríos. Por el hecho fue condenado a prisión perpetua en la provincia de Mendoza.
Según informó canal 7, el hombre desde su sentencia solicitó el beneficio de ser trasladado a San Luis, donde vive su familia. Insistió en pasar el resto de sus días en un penal de esa provincia, para que sus allegados pudieran visitarlo en prisión.
Tras una serie de idas y vueltas en la Justicia, la jueza Mariana Gardey, que está a cargo de la Justicia de Ejecución Penal de Mendoza, le otorgó el traslado el año pasado. Por tal motivo, Amitrano cumple condena en la cárcel de máxima seguridad de Pampas de las Salinas. La misma está ubicada a 250 kilómetros de la localidad de Villa Mercedes.
Actualmente, el recluso recibe visitas de su esposa, Juana Godoy. Con esta mujer entabló una relación desde que se fugó por el homicidio hacia Entre Ríos. Ambos tienen una hija de 7 años.
Asesinada a golpes
En el 2016 la Corte provincial dejó firme la sentencia y confirmó la máxima pena contra Alejandro Amitrano (45), quien fue condenado en el 2014 por el crimen de Rosario Belén, su pequeña hija que aún no había cumplido un año cuando fue ultimada a golpes en 1999.
La pequeña murió producto de la brutal violencia que ejercía su padre contra ella. El caso fue resonante en la provincia y el acusado pasó 13 años en calidad de prófugo.
Según la necropsia, la nena tenía 5 fracturas costales de origen traumático y signos de haber sido atacada en la cabeza. No obstante, el golpe que le quitó la vida se lo habría dado con un pie o un puño contra el abdomen, de manera tal que el intestino se reventó contra la columna vertebral.