La Amistad: el barrio paceño que nació con el terremoto de 1985

Son 33 casas a lo largo de una única calle. Tras el sismo, los primeros vecinos vivieron meses en carpas. Les decían “Los Pitufos”.

La Amistad: el barrio paceño que nació con el terremoto de 1985
La Amistad: el barrio paceño que nació con el terremoto de 1985

Las 33 casas que hoy forman el barrio La Amistad, levantado en las orillas del pueblo de La Paz, entre las calles Control y Osvaldo Pinto, nacieron como las más humildes entre las humildes, ya que antes de tener un techo, la gente vivió durante meses en carpas donadas por el gobierno hasta que por fin, recibieron un módulo de material para cada familia, eran estructuras de apenas seis metros por tres, con techo a dos aguas de caña y barro y con un baño precario que se montaba afuera.

"En el terremoto de 1985 hubo mucha gente afectada en La Paz y algunos de ellos nos vinimos a estos terrenos, que por entonces eran un gran descampado de don Nicolás Batagliese. En esos años acá solo había una casita, que como tenía los papeles en orden nadie la pudo voltear y hoy también es parte de nuestro barrio", cuenta Elizabeth Ortiz, "La Chavela" para todo el vecindario de La Amistad y sus alrededores.

Desde hace algún tiempo, la mujer integra la unión vecinal de un barrio muy particular, formado por 33 casas repartidas a las orillas de una única calle de tierra, desnivelada y con forma de batea. Cuando llueve se hace imposible cruzar por La Amistad y en las casas de la mitad de la cuadra, donde el desnivel es mayor, es donde más se sufre el tema. "Nunca traen una camionada de ripio como para emparejar un poco", se lamenta Valeria Lucero. Primer asunto entonces, los vecinos quieren el asfalto, esa es como una necesidad en la que todos coinciden.

En la comuna aseguran que están rellenando algunos patios de La Amistad, ya que por el desnivel del que hemos hablado, algunos fondos suelen enlagunarse si la lluvia se prolonga. Tener asfalto es algo más complicado, pero el intendente Gustavo Pinto promete que si llega del gobierno provincial un dinero adeudado de 2012, tiene previsto hacer asfalto e incluir en la obra a la calle de La Amistad.

"Esto nació como un barrio de emergencia por los problemas que había dejado el terremoto y los primeros vecinos pasaron nueve meses viviendo en carpas, hasta que llegaron aquellos módulos de un solo ambiente en los que había que acomodar las camas, la cocina y la mesa para comer. Eso fue a comienzos de 1986 y la comuna ayudó mucho, creo que el intendente era don Marcelino Blanco", dice Chavela.

El barrio nació así, con módulos precarios y letrinas en terrenos de no más de 220 metros. "Al principio nos alumbrábamos con candiles y recién con los años fue llegando la luz y el resto de los servicios, como el gas y las cloacas", cuenta Deolinda Páez, vecina del barrio y directora de la escuela de danzas del lugar.

En aquellos primeros tiempos no había calle sino casi una huella y el barrio no se llamaba La Amistad sino Los Pitufos; así al menos es como le decía la mayoría de los paceños a los módulos del terremoto. "Para darte un ejemplo, vos ibas al hospital y te anotaban así: fulana de tal, domicilio en casa tanto, barrios Los Pitufos", dice Deolinda y sonríe un poco.

-¿Y por qué Los Pitufos?

-Y porque los módulos eran muy chicos y bajitos. También nos decían El Cementerio porque con el techo a dos aguas parecían mausoleos.

-Triste ¿no?

-Y sí, la gente se sentía mal, como menospreciada y en un momento nos juntamos a proponer nombres.

Eloísa lo piensa un momento al asunto y sigue: "Al final quedó La Amistad, aunque muchas veces acá de eso no hay mucho, porque los muchachos a veces se pelean o se emborrachan hasta la madrugada y entonces hay que estar llamando a la policía, pero también es cierto que cuando alguien necesita algo importante, ahí estamos todos".

En el año 92 y por gestiones municipales, el barrio recibió un segundo módulo, que incluía un baño interno y que permitió ampliar el pequeño espacio en el que vivía la gente; desde entonces y según las posibilidades, cada vecino ha ido agregando alguna pieza más a su casa. "Lamentablemente acá hay mucho desempleo y de la gente que trabaja, la mayoría son empleados del estado o hacen changas", explica Chavela.

En una de las casas, el barrio supo tener un centro de alfabetización para adultos pero ya no funciona y solo ha quedado como recuerdo un cartel despintado; tampoco se reparte más la copa de leche para los pibes del lugar.

El barrio La Amistad está lleno de pibes y también de perros. La gente deja sus bicicletas en las veredas y por lo general, nadie las toca. "Ahora a la copa de leche la dan en la parroquia San José y hasta allá van muchos de nuestros niños", cuenta Valeria Villegas.

En el barrio hay un club y aunque también se llama La Amistad, no todos los que forman el equipo son de allí. El club tiene un potrero donde juegan los pibes: es una cancha áspera, sin rastros de pasto y abierta a orillas del descampado al fondo del barrio. Tiene dos arcos flacos y desparejos, armados con ramas secas de algunos árboles. Un poco más allá, crece un pequeño basural.

"Al barrio le queremos cambiar un poco la cara porque estamos algo olvidados", dicen las mujeres y completan: "La comuna nos va a renovar los canastos de la basura porque hay muchas casas que no los tienen y entonces, si dejás la bolsita en el suelo, los perros te la desarman". El asfalto sería el gran cambio para La Amistad, pero la gente del barrio, por ahora  se conforma con mucho menos, con que les renueven los canastos.

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