Amigos y familiares de Genaro Fortunato, el rugbier que murió al ser atropellado por su pareja luego de una discusión en San Rafael, marcharon este mediodía en reclamo de justicia. La convocatoria fue realizada a través de las redes sociales para hoy a las 12 en San Martín e Yrigoyen, bajo el lema "Justicia por Genaro Fortunato".
El joven deportista, de 25 años, se encontraba el sábado por la noche en el bar La Mona y tras discutir con su pareja, Julieta Silva, de 29, salió del local con intención de evitar que la mujer se fuera. Sin embargo, Silva subió a su automóvil y lo atropelló, provocándole la muerte.
La fiscal que entiende en la causa, Andrea Rossi, indicó que "la imputada sale con su auto que estaba estacionado en el carril derecho, hace marcha atrás, en ese momento aparentemente él habría intentado retenerla, ahí él se cae producto de la inercia de correr o querer pararla, ella sigue, hace 150 metros, gira en U y vuelve en dirección a la ruta. El chico estaba en el piso reponiéndose y es ahí cuando ella lo atropella".
Silva se encuentra detenida en la penitenciaría local y el testimonio dado por un cuidacoche complicaría su situación judicial.
"Hubo una indefensión de la víctima al estar en el suelo y venir ella con el auto", dijo la fiscal.
En tanto, las versiones que indicaban que la pelea entre la pareja se produjo a raíz de un mensaje enviado a la víctima por una ex novia, donde le decía que estaba embarazada, fue desmentida por la madre de esa joven.
En declaraciones a la prensa, la madre de Agostina Quiroga aseguró que su hija no le envió ningún mensaje a Fortunato la noche de la tragedia y admitió que hacía unos meses que la relación con su hija había concluido por el noviazgo con Julieta Silva.
"Agostina estuvo de novia casi cinco años con Genaro. La última conexión que tiene Agostina con Genaro fue el 27 de agosto, solamente por teléfono por el tema de la bebé, pero hacía un tiempo que ellos no estaban juntos. Genaro sabía que estaba embarazada", dijo la mujer.
Silva, en tanto, pasó la noche en el penal sanrafaelino, donde recibió la visita de su abogada defensora, Florencia Garciarena, quien solicitó la prisión domiciliaria.