AMIA: por el final de la impunidad

Debe ser un compromiso sostener el reclamo de justicia por el atentado a la mutual judía en el país y mantener fresca la memoria.

AMIA: por el final de la impunidad
AMIA: por el final de la impunidad

Fue bien recibido el decreto presidencial disponiendo la creación de un registro público de personas vinculadas a actos de terrorismo y su financiamiento. Tiene por objetivo reforzar el sistema de prevención. Allí se incluye a la organización libanesa Hezbollah, que, precisamente, es acusada por la Justicia de nuestro país como responsable de ejecutar el luctuoso ataque a la sede judía.

También tuvo trascendencia el día de recordación del atentado terrorista la actitud del presidente Macri con respecto a la trágica muerte del fiscal Alberto Nisman. El primer mandatario, en el acto alusivo que encabezó en la Casa Rosada, destacó “el esfuerzo y el compromiso” del funcionario judicial caído como responsable de la investigación de lo sucedido en la AMIA. “Queremos saber qué pasó con el fiscal y con su denuncia. Es una de las tantas heridas que necesitamos curar”, remarcó el jefe del Ejecutivo para referirse a Nisman, que generó tremendo impacto político pocas horas antes de morir, con una fuerte denuncia contra la gestión de Cristina Fernandez de Kirchner por supuesto encubrimiento a través del memorando de entendimiento con el gobierno  de Irán en relación a la investigación del atentado de julio de 1994.

Son algunos de los aspectos relacionados con aquella tragedia, complementaria de la voladura de la Embajada de Israel, que las autoridades políticas, a su turno, fueron dejando de lado con el correr de los años por distintas razones o con diferentes argumentos.

No ha pasado inadvertido para los argentinos de bien que durante un cuarto de siglo lo peor de la política trabó las investigaciones judiciales o las condicionó. Y hasta optó por atajos inexplicables, como el acuerdo con Irán, tendiente a garantizar la impunidad de los autores intelectuales y de los ejecutores del plan criminal que terminó con el feroz ataque a la sede porteña de la AMIA.

Es por ello que el aporte de la actual gestión presidencial a favor del definitivo abordaje de la denuncia de Nisman y su muerte tienden a sumar claridad y a poner en orden las cosas como no se había hecho en estos 25 años de duelo inconcluso.

Este cuadro de situación lleva a mirar con aliento voces, como la del Presidente, que pretenden de algún modo acelerar los tiempos a favor de la verdad. También es esperanzador el debate instalado en el Congreso de la Nación sobre juicios en ausencia. La aplicación de este mecanismo de carácter procesal permitirá que se pueda avanzar en hechos puntuales con un abogado defensor de oficio cuando los sospechosos se encuentren prófugos o en un país que deniega extradición. Se trata de una iniciativa que ya en el año 2013 había promovido la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) como consecuencia del entendimiento del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con Irán, pero que ha dormido en los cajones legislativos hasta ahora. En este momento, el gobierno nacional es un fuerte promotor del avance de esta iniciativa, razón por la cual se espera que tenga abordaje y más posible aprobación.

Otro gran aporte es la continuidad de la desclasificación de archivos de Inteligencia, material de notable validez que se encontraba abandonado y que el actual gobierno dispuso movilizar nuevamente.

El respaldo de la comunidad internacional es un aval de suma cuantía y del cual el gobierno de turno debe valerse para enfrentar, de una vez por todas, años de inacción y complicidad con el terror.

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