El Grupo de Lima, que integran 14 países de la región, levantaron el lunes sus voces contra los comicios en los que el presidente Nicolás Maduro logró la reelección, lo que agudiza las ya tirantes relaciones de Venezuela con otras naciones y podría llevar al país sudamericano a un mayor aislamiento internacional.
Maduro enfrenta el boicot internacional en medio de una compleja crisis económica y social que podría agravarse aún más de concretar Estados Unidos y la Unión Europea sus advertencias de sanciones contra Venezuela.
Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía decidieron reducir el nivel de sus relaciones diplomáticas, llamar a consultas a sus embajadores y convocar a los embajadores venezolanos en sus países para expresar la protesta por el proceso electoral que objetaron por "no cumplir con los estándares internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente", señaló un comunicado del bloque.
El Grupo de Lima decidió convocar para la primera quincena de junio en Perú a una reunión de los responsables de migraciones para definir la respuesta al masivo éxodo de venezolanos que se espera.
Se estima que más de dos millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años como consecuencia de la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas y una severa recesión.
El bloque acordó la posibilidad de realizar contribuciones financieras a los organismos internacionales competentes para fortalecer las capacidades institucionales de los países en la región, especialmente los vecinos, para atender el flujo migratorio de venezolanos y apoyar los suministros de medicamentos y las acciones de vigilancia epidemiológica.
El grupo había adelantado hace varias semanas que no reconocería la legitimidad del proceso comicial en un intento por detener la elección; lo que Maduro descartó de manera reiterada pese a las advertencias de Estados Unidos y la Unión Europea que amenazaron con endurecer sus sanciones contra el gobierno venezolano.
Maduro, quien ganó la consulta de la víspera con 68% de los votos y superó a su más cercano rival, el candidato independiente Henri Falcón, por 47 puntos porcentuales, había desestimado de antemano las advertencias Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo Lima asegurando que sólo le importaba el respaldo de los venezolanos.
Rusia, China, Cuba, Bolivia, Nicaragua y El Salvador son de los pocos países que hasta el momento han mantenido su abierto respaldo al gobernante reelecto.
Venezuela vive una crisis dramática, considerada por muchos como la peor en décadas en el hemisferio.
Debido a la falta de divisas, el país sudamericano no puede importar gran parte de los alimentos y las medicinas que necesita. El país con las mayores reservas de petróleo del mundo registra además la peor inflación a nivel global.
El Fondo Monetario Internacional espera una hiperinflación acumulada del 13.000 por ciento a final de 2018 y un retroceso del PIB del 15 por ciento este año.
Los "puntos rojos" y el "carnet de la patria"
La proliferación de los llamados puntos rojos fueron una de las principales causas que llevaron al candidato opositor Henri Falcón a no reconocer la reelección de Nicolás Maduro, con el 67,7 por ciento de los votos emitidos, en los controvertidos comicios del domingo.
Los puntos rojos ya fueron utilizados por el oficialismo en elecciones anteriores. Consisten en mesas instaladas bajo toldos de color rojo a metros de los centros de votación. Allí ofrecen información sobre las opciones electorales, pero supuestamente se controla el voto. El Consejo Nacional Electoral (CNE) se ha negado a ordenar su eliminación y solo pidió que fueran colocados a 200 metros de los centros de votación.
Falcón denunció que en la elección del domingo fueron desplegados 12.700 puntos rojos, lo que representa casi uno por cada uno de los 14 mil centros de votación del país.
Maduro calificó de "infantil" la denuncia de Falcón, señalando que los puntos rojos han funcionados en muchas elecciones en los últimos 20 años.
Respecto del carnet de la patria, en la campaña electoral, Maduro prometió repartir un premio en metálico a quienes votaran este 20 de mayo. Para ello promovió el uso del carnet de la patria, un documento que emite el Gobierno para registrar a sus seguidores y gestionar la entrega de bonos en dinero.
"Contra la dictadura y a favor del pueblo"
Estados Unidos, Alemania y España también cuestionan la legitimidad de las elecciones.
El vicepresidente estadounidense Mike Pence anunció en un comunicado que Washington no se quedará sentado de brazos cruzados mientras se profundiza la crisis venezolana. "Estados Unidos está en contra de la dictadura y con el pueblo de Venezuela", dijo Pence al instar al gobierno de Maduro a que permita el ingreso de ayuda humanitaria.
Asimismo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, expresó que Estados Unidos junto con otros países espera adoptar medidas económicas y diplomáticas para apoyar el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
"Estas no fueron las elecciones libres y justas", afirmó en su cuenta de Twitter el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania. El gobierno germano condenó lo que consideró los "intentos de intimidación" contra la oposición venezolana e instó a las autoridades a que permitan la entrada de ayuda humanitaria.
Por su parte, España anunció el lunes que estudiará junto a sus socios europeos la adopción de "medidas oportunas" contra Venezuela, pero no ofreció detalles.
En un comunicado el gobierno español instó a Caracas a que dé los pasos necesarios para lograr una solución democrática, pacífica y negociada a la crisis interna.
Además, España dijo que apoyará los intentos de negociación aceptados por todas las partes que contribuyan al regreso de Venezuela a la institucionalidad democrática, el respeto de los derechos humanos y la búsqueda de soluciones que palien la grave crisis humanitaria.