Duelo de punteros. Y una buena chance para que alguno se despegara en lo más alto, pero se repartieron puntos y ahora tienen a un acompañante que llegó de abajo: Leonardo Murialdo.
No hay dudas que el empate lo terminó lamentando Guaymallén. Y es que se quedó con el grito atragantado. Porque en el final- tiempo-en tiempo de descuento- se le escurrió de las manos la punta en soledad de la zona.
Para el dueño de casa fue casi como una victoria, teniendo en cuenta que debió remar de atrás y parecía que terminaba con las manos vacías.
Ninguno pudo marcar supremacía en el desarrollo, pero fue el "Tricolor" quien mejor entendió el juego y cuando apostó a mover la bola por abajo encontró los espacios para lastimar.
Cuando Charly Alaniz se encendió y se asoció con Benito, la visita generó lo mejor de la tarde, sumado a que el pibe González estaba intratable cada vez que encaró por los costados.
La llave de la apertura se dio por arriba, con un buen cabezazo de Benito que se metió en el ángulo de Pérez.
Después Martiní se perdió un gol increíble y le dio una vida a Lavalle. Cuánto se habrá lamentado el delantero de la chance desperdiciada, con el empate ya consumado.
La dupla técnica del “Melonero” se jugó todo lo que tenía, modificó el sistema táctico- armó línea de tres en el fondo-y salió a buscar la igualdad con los dientes apretados.
Aunque sufrió con cada estocada del Cacique, jugó más cerca del área defendida por Olguín.
Recurrió mucho a los pelotazos, pero la clave estaba en Lucas Merino, que pasó a moverse como volante y abrió los caminos de su equipo.
De un centro de él, Vallecillos se vistió de goleador y en el último suspiro puso las cosas iguales. Un desahogo total para el local.
En el medio se dio un gol anulado a Lavalle que generó mucha polémica.
Ambos llegaron con la firme intención de mirar desde arriba, pero no pudieron y ahora se sumó el “Canario”.
Gol cobrado, vuelta atrás y polémica
En la segunda etapa, cuando Lavalle apretaba y metía muchas pelotas en el área, se dio una situación muy controversial. Tras un centro de Merino, la pelota fue peinada por un jugador y le quedó a Escandar (estaba en clara posición adelantada) que marcó el empate local.
El línea (Nicolás Canizzo) no levantó la bandera y tampoco corrió al centro del campo, desconcertando a todos en el estadio y al propio juez.
El árbitro Araujo convalidó la conquista, pero después corroboraron que el balón rozó en Vallecillos en el camino antes de llegar al defensor, y por eso volvió atrás en su determinación y anuló la acción.
