Ambivalencia de Obama

Ambivalencia de Obama

Thomas L. Friedman - Servicio The New York Times - ©2015

Su Señoría, me pongo de pie de nuevo en defensa de la política del Presidente Barack Obama con respecto a Siria.

Obama ha estado en lo correcto en su ambivalencia con respecto a involucrarse profundamente en Siria. Sin embargo, él nunca ha tenido el coraje de su propia ambivalencia para expresarle con claridad su razonamiento al pueblo estadounidense.

Sigue permitiendo que lo golpeen hasta que termina haciendo y diciendo cosas que su instinto le dice que no funcionarán, así que él se queda con lo peor de todas las posibilidades: Su retórica supera a la estrategia, y la estrategia no funciona.

En el ínterin, detractores republicanos de Obama carecen por completo de la sabiduría de nuestra propia experiencia. Promueven despreocupadamente "dispare, listo, apunte" en Siria sin razón alguna para creer que su enfoque funcionará allá mejor de lo que funcionó para nosotros en Irak o Libia. La gente que no sabe cómo reparar el centro pobre de Baltimore cree que sabe cómo rescatar el centro de Alepo…   ¡desde el aire!

Personalmente, yo preferiré al líder que carece del coraje de su propia ambivalencia por sobre los detractores que carecen de la sabiduría de su propia experiencia. Sin embargo, la ambivalencia no es una licencia para hacer nada. Podemos hacer cosas que marquen una diferencia, pero solo si vemos a nuestros enemigos y aliados en Siria con la mirada clara.

Por ejemplo, el cliché que rige actualmente es que el astuto zorro, el Presidente Vladimir Putin de Rusia, ha superado una vez más las maniobras de los desprevenidos estadounidenses, al desplegar algunas tropas, aviones y tanques a Siria para respaldar al régimen del Presidente Bashar Assad y para combatir a fuerzas de Estado Islámico que lo amenazan. Si tan solo nosotros tuviéramos un presidente que fuera tan audaz, tan duro, tan inteligente.

¿De verdad? Bien, piensen en esto: Digamos que Estados Unidos no hiciera nada justo ahora, y solo dejara que Putin empezara a bombardear a ISIS y apuntalara a Assad. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que cada musulmán suní en Oriente Medio, eso sin mencionar a cada yihadista, tenga la foto de Putin en un tiro al blanco en su teléfono celular?

Los musulmanes suníes son la gran mayoría en Siria. Son la secta dominante en el mundo árabe. Putin y Rusia serían vistos como yendo con todo para proteger a Assad, chií genocida, criminal de guerra, proiraní y alauita. Putin alienaría a todo el mundo de musulmanes suníes, incluidos musulmanes rusos.

Lo que es más, digamos que a través de algún milagro los rusos derrotan a ISIS. La única forma de mantenerlos derrotados es reemplazándolos con suníes moderados. ¿Cuáles suníes moderados van a alinearse con Rusia mientras Putin es visto como el principal defensor del asesinato con bombas de barril de más suníes que cualquiera en el planeta, Bashar Assad?

Putin estúpidamente entró a Siria en busca de una barata dosis de azúcar para demostrarle a su pueblo que Rusia sigue siendo una potencia mundial. Bien, ahora él está trepado en un árbol. Obama y John Kerry simplemente deberían dejarlo ahí arriba durante un mes -a él y a Assad, combatiendo a ISIS solos- y verlo convertirse en el principal enemigo en el mundo de musulmanes suníes. "Oye, Vladimir, ¿cómo te está yendo con eso?"

La única forma en que Putin puede bajar de ese árbol es con nuestra ayuda para forjar una solución política en Siria. Y eso solo ocurre si los rusos y los iraníes obligan a Assad -después de una transición- a dimitir y dejar el país, a cambio de que la oposición acceda a proteger la seguridad básica e intereses de la comunidad alauita de Assad, y que ambas partes den la bienvenida a una fuerza internacional en el territorio para garantizar el trato.

Sin embargo, para llegar a ese punto necesitamos medir igualmente nuestra retórica con nuestros intereses en Siria. Nuestros intereses en estos momentos son la eliminación o contención de las dos mayores amenazas que causan metástasis: ISIS, cuyo crecimiento puede amenazar las islas de decencia en la región como Líbano, los kurdos y Jordania y la tragedia de refugiados sirios, cuyos números están creciendo a grado tal que están inundando Líbano y Jordania y, si continúan, podrían desestabilizar a la Unión Europea, nuestro vital socio en el mundo.

Si queremos algo mejor -una democracia multisectaria en Siria pronto-, tendríamos que entrar y construirlo nosotros mismos. La noción de que solo haría falta armar a más moderados sirios es una locura.

Durante el fin de semana pasado el New York Times informó que "casi 30.000 combatientes extranjeros han viajado a Irak y Siria desde más de 100 países desde 2011". ¿Así que 30.000 personas han ido a Siria para unirse a ISIS a fin de promover la yihad y un califato? ¿Cuántos árabes y musulmanes han caminado a Siria para promover la democracia multisectaria? Al parecer, cero.

¿Por qué tenemos que buscar moderados como un hombre con una varilla de radiestesia buscando agua, y después entrenarlos, mientras nadie tiene que entrenar a los yihadistas, que llegan en tropel allá? Es porque los yihadistas están en control de ideales, aunque distorsionados. No hay masa crítica de moderados sirios en control de los ideales; ellos pelearán por sus propios hogares y familias, pero no por un ideal abstracto como la democracia. Nosotros intentamos compensar eso con "entrenamiento" militar, pero eso nunca funciona.

¿Hay verdaderos demócratas en la oposición siria? Lo pueden apostar, pero no suficientes, no con la organización, motivación y crueldad de sus oponentes.

Todos quieren una intervención inmaculada en Siria, una en la cual parezca que uno está haciendo algo, pero sin el costo político de poner tropas en el terreno o tener que hacer desagradables compromisos con gente desagradable. No hay tal opción.

Creo que la imprudente prisa de Putin por entrar a Siria pudiera, a final de cuentas, hacer que necesite más un trato, o cuando menos un perdurable cese al fuego, que detenga los flujos de refugiados. Si podemos hacer eso, por ahora, habremos hecho mucho.

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