Ambiente: tras la Cumbre de Madrid, persisten los desacuerdos

Tras la Conferencia del Cambio Climático en Madrid, el mes pasado, nuestro especialista analiza la situación ambiental mundial actual.

Ambiente: tras la Cumbre de Madrid, persisten los desacuerdos
Ambiente: tras la Cumbre de Madrid, persisten los desacuerdos

La COP 25 (Conferencia de partes para la Lucha Contra el Cambio Climático) fue celebrada en Madrid del 2 al 13 de diciembre pasado debido a los acontecimientos políticos ocurridos por esos momentos en Santiago de Chile, que era la ciudad elegida para su realización.

En el encuentro participaron unas 30.000 personas representantes de 200 países con la presencia masiva de jóvenes que han decidido tomar parte y protagonismo en las decisiones que hacen a la continuidad de la calidad de vida de nuestro planeta. Las COP fueron creadas por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) como entidades dedicadas a la investigación y recomendaciones hacia todos los países que la conforman. Esto tuvo inicio en 1991 con la primera reunión realizada en Berlín y para ser continuada una vez por año en distintas ciudades como modo de universalizar el proceso no solo de toma de conciencia del problema ambiental sino de estudiar los riesgos y sugerir a los estados medidas de mitigación.

El acuerdo de París, (COP 21) refrendado por 195 países fue tal vez la más importante manifestación de la humanidad para combatir el calentamiento global, entrando en funcionamiento el 4 de noviembre de 2016 y debiendo sustituir al protocolo de Kioto en el año en curso. Como sabemos, la esencia de dicho acuerdo es mantener la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados de aumento en relación con la existente en la era preindustrial. Varias metas fueron fijadas en París, pero la del 2050 fue muy exigente para la voluntad de los principales países desarrollados que podría definirse como emitir GEI (Gases de efecto invernadero) solo hasta el volumen que pueda ser absorbido por la naturaleza o por tecnologías creadas por la humanidad. El acuerdo fue ratificado por 147 países, pero no por algunos de los principales contaminadores como Estados Unidos.


Disconformidad. Las protestas no faltaron en la capital española. | AFP
Disconformidad. Las protestas no faltaron en la capital española. | AFP

Parece claro que para llegar a un punto de quiebre en la situación actual es necesario llegar a la transición energética recomponiendo la minería y sustituyendo las fuentes energéticas fósiles, algo que no es fácil conseguir según lo observado en las discusiones de la referida última COP, la cual no se destacó por resultados positivos ni consensos entre científicos, ambientalistas y negociadores. Esto nos hace pensar que para el 2050 será casi una utopía conseguir la neutralidad del carbono. 

La conferencia de Madrid nos deja entrever que no serán cumplidos los objetivos de París de 2015 para que, en este 2020 en desarrollo, en Glasgow (Escocia), comience el reemplazo del protocolo de Kioto, es decir no pasar del 2% de aumento en la temperatura en relación con el período preindustrial y hacer todos los esfuerzos para que no se pase de 1,5%.

La realidad es, según lo expresado por Antonio Guterres, secretario general de la ONU, que no hay voluntad política para parar la guerra contra el planeta. Será muy difícil convencer a gobiernos de tomar decisiones que echen por tierra en el corto plazo cuantiosas inversiones realizadas en fuentes fósiles de energía, en un mundo creciente donde ella será cada vez más necesaria. El objetivo final, continúa Guterres, es definir políticas para que la transición hacia la economía verde sea en beneficio de la humanidad o por lo menos su mayor parte y además justa para aquellos que resulten perjudicados económicamente en ese proceso.

A 30 años de creadas las COP se han hecho progresos que están muy lejos de ser lo que se buscaba y mucho de esto se debe a la postura negacionista de los cinco países que concentran 51% de la contaminación del planeta comenzando por China, la fábrica del mundo, con 27%, Estados Unidos con 13%, India 7%, Rusia 4% (Netherlands environmental assessments agency). Estos países están fuera de todo compromiso ambiental no obstante que algo han comenzado a hacer merced a cierta presión de sus poblaciones. La UE (Unión Europea) también es un fuerte contaminador (9%) pero es muy activa en sus acciones de mitigación.

El artículo 6 de la conferencia de Paris de 2015, uno de los más discutidos, hace mención del intercambio comercial de cuotas de carbono, en lo que se refiere al costo que los contaminadores deben pagar por emitir GEI. Para conseguir este propósito se propone recurrir a mecanismos de mercado aplicables en beneficio del medio ambiente, es decir tener la posibilidad de negociar documentos que representen créditos de carbono entre países y otros entes, claro está, bajo determinadas reglas y sistemas de control.

Por ahora no hay acuerdos con estos puntos por lo cual aparece otra alternativa que plantea la cláusula 6 que es que cada país pueda aplicar un impuesto de manera particular sin utilizar mecanismos de mercado para sancionar a aquellos que no consigan controlar sus emisiones de acuerdo con los compromisos asumidos.

El poco éxito obtenido hasta ahora ha llevado a los ambientalistas a proponer la aplicación de penalizaciones a los países transgresores. Es más, han pensado en la configuración de un delito penal internacional ya intentado 1972 por el ex primer ministro sueco Olof Palme, al cual han llamado "Ecocidio" utilizando el título del libro del mismo nombre, cuyo autor es el sociólogo austríaco Franz Broswimmer en el que analiza las históricas guerras de la humanidad contra la naturaleza. Sobre él, el activista y divulgador ambiental inglés Charles Secrett concluye de una manera muy pesimista que "Ese proceso inacabado nos llevará a la derrota final".

Se cree que habrá que llegar a esta y otras sanciones para que los países saquen sus promesas del discurso y de los papeles y las transformen en realidad. Muchos de ellos hoy están ganando tiempo con apariciones intrascendentes a los efectos de no perder posicionamientos de privilegio y mucho menos desmontar proyectos e instalaciones productivas contaminantes de gran valor actual, económico e industrial.

Mientras tanto tenemos que saber que el aumento de la población producido en la segunda mitad del siglo XX ha obligado a un abrupto crecimiento de la producción de alimentos. Ya es 34% la superficie terrestre que está dedicada a este propósito, la mayor parte de ella es para la producción de carnes que como sabemos es muy contaminante. Por otra parte, se ha duplicado la superficie urbanizada del planeta y las regiones que más han sufrido este proceso han sido los bosques tropicales que son lugares de preferencia en la radicación de las poblaciones.

El 75% de la superficie terrestre, así como 66% del suelo marino ha sido alterado por la acción humana según lo indica WWF (Fundación mundial para la Vida Silvestre). En definitiva, podría decirse que estamos consumiendo productos de la naturaleza por encima de la capacidad de regeneración. La emergencia climática no es un fenómeno futuro. Según la joven militante ambiental sueca Greta Thunberg hay mucha gente que está sufriendo esto ahora, nadie puede negar que los últimos años han sido los más calurosos, particularmente del 2015 al 2018, especialmente en el hemisferio norte, el más poblado y donde están los mayores contaminadores.


Prédica. Greta Thunberg y su lucha contra la emergencia climática. | AFP
Prédica. Greta Thunberg y su lucha contra la emergencia climática. | AFP

Si continuamos así, dicen los activistas ambientales, para el fin de siglo la temperatura habrá aumentado entre 2,9 y 4,5 grados (Climate Tracker) en relación con la pauta inicial fijada en París 2015. Detallando que el primer escalón representa el resultado de los actuales compromisos y el último y más irresponsable sería alcanzado si no hacemos nada de lo que prometimos en las COP. La eventualidad de este último caso, aseguran, significará muertes, refugiados ambientales y caos social y económico. Aun así, estas afirmaciones, por ahora, no sirven para convencer a quienes no quieren escuchar y tienen poder para decidir sobre sus comunidades y una buena parte del mundo.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA