Amar y creer para crecer

"Quería escribirles estas líneas porque siento la necesidad de compartir nuestra visión de Mendoza y del futuro", dice Anabel F. Sagasti.

Amar y creer para crecer
Amar y creer para crecer

Y también, por qué no, contarles un poco de una historia que estoy segura representa la de muchos de Uds.

A lo largo de la vida tenemos distintos intereses. El mío fue la política; ya de joven, en el centro de estudiantes del Magisterio, entendí que se podían lograr muchas cosas si nos proponíamos conseguirlas y esa acción repercutía en la vida de mucha gente, con quienes, sin saberlo compartíamos los mismos anhelos.

Como muchos de ustedes, no me sentí representada por los dirigentes de aquella época. Es por eso que decidí cambiar las cosas desde dentro, generar una nueva opción, otra forma de hacer las cosas, pero como imaginarán eso resultó más complejo y difícil de lo que imaginaba con mis 17 años.

Por esas cosas de la vida, me tocó coincidir con un proceso histórico como no se había visto en décadas en la Argentina; miles de jóvenes nos sentimos interpelados por ese llamado a participar en política. Escuchamos esa exclamación que hablaba de otra Argentina posible, de que se podía, de que lo nuestro valía… y nos quedó marcado a fuego que era el tiempo de dirigentes claros y transparentes, que expusieran sus convicciones más allá de cualquier medición o encuesta. Sobre todo, que propongan acciones pensando en lo mejor para la patria, sin pensar en agradar a los poderosos.

Después de tanto camino andado, cada victoria y cada derrota nos dejaron múltiples enseñanzas y unas cuantas certezas: la más importante es hacer, hacer y hacer. Por eso, algunos años atrás decidimos compartir nuestro sueño y ponerlo en marcha, con claros objetivos. Así fuimos dando pasos firmes en la construcción de un plan de trabajo serio, elaborado junto a los mejores profesionales y consensuado con cientos de ciudadanos de diversas áreas con miradas y experiencias totalmente disímiles. Por eso nuestra propuesta es real, busca aportar soluciones reales a problemas y situaciones reales, nada de verso. A esta altura, ser francos y sinceros es la única garantía de progreso, estoy convencida de esto.

Soy parte de una nueva generación en la política que comparte una visión, que va mucho más allá de una cuestión generacional, porque si la política no sirve para que la gente sea feliz… la política no sirve para nada.

Queremos un gobierno con el que podamos sentir que tener un empleo no es un privilegio, que estudiar es un derecho que el Estado debe garantizar, que poner una fábrica o abrir un emprendimiento debe ser un desafío estimulado y no boicoteado con leyes y ordenanzas. Un gobierno donde la tecnología sea universal y sirva para acercarnos, un gobierno que ponga en valor el esfuerzo y se termine con el imperio del dinero sobre el esfuerzo de la producción.

Soy consciente del enojo, del sufrimiento de muchos, pero creo en el futuro. La gente, con su voto, corrige e intenta rumbos nuevos. A veces sale bien, a veces sale mal, pero siempre lo que viene tiene que ser mejor que lo que pasó.  Este es el desafío: aprender de los errores y avanzar; el fracaso siempre es una oportunidad para aprender, y en Mendoza sabemos renacer aún desde nuestras propias cenizas.

Admiro profundamente a cada uno de los que, con su esfuerzo personal, sostienen nuestra querida provincia. Sobrevivir a tantas dificultades ha demostrado que aquí habitan héroes de carne y hueso, héroes que son protagonistas de sus propias historias de vida.

A ustedes, héroes de enorme corazón, les digo que todo lo que soy lo pongo a entera disposición para acompañarlos en el camino hasta alcanzar sus sueños de una vida mejor, digna y a la vez, hermanada con la necesidad del otro.

Acá estoy, junto un gran equipo que viene trabajando con mucho compromiso y ganas de dejar todo en la cancha. Acá estamos todos los que deseamos transformar nuestras vidas y sabemos que tenemos la fuerza imbatible que nos da el amor y la unión del pueblo.

Gracias por el tiempo, la confianza, la entrega y gracias por permitirme ser Anabel, la mendocina, la mujer que busca cambiar la historia de nuestra Mendoza.

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